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Así veraneaban hace medio siglo los millonarios más exquisitos
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Agustín Rivera

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Así veraneaban hace medio siglo los millonarios más exquisitos

Entre Marbella y Sotogrande, la Finca Cortesín de Casares consigue imaginarnos cómo hace medio siglo disfrutaban de sus vacaciones europeas los millonarios más exquisitos. Funciona como

Entre Marbella y Sotogrande, la Finca Cortesín de Casares consigue imaginarnos cómo hace medio siglo disfrutaban de sus vacaciones europeas los millonarios más exquisitos. Funciona como un destino en sí mismo. En su helipuerto aterrizó la semana pasada una pareja que venía sólo a disfrutar de los 2.200 metros cuadrados de SPA y unos masajes de dos tailandesas nativas. En dos horas se habían vuelto a su casa. “Nuestros competidores no están en la Costa del Sol, sino en Italia y la Costa Azul francesa”, destaca René Zimmer, director general del complejo, mientras se toma un tentempié de media mañana en una de las terrazas.

¿Qué aporta Finca Cortesín? Los propietarios, la familia López Granados, dueños de Single Home, ya han invertido 300 millones en el proyecto. Prevén invertir otros 400 millones más. Sólo en la construcción del hotel destinaron 55 millones de euros. El precio también es una nota de corte. La habitación más asequible cuesta 456 euros más IVA y 2.200 euros la más cara, algunas de ellas hasta con piscina privada (hay tres: una interior y dos exteriores: de 35 y 50 metros). Este verano han estrenado un tranquilo beach club.

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El resort, en las antípodas del turismo de borrachera y de low cost que destruye la imagen de España, no sólo es un hotel (de 67 habitaciones, con el proyecto a medio plazo de otras 36 más), sino que sus 215 hectáreas incluyen 18 villas (ocho unidades ya vendidas desde 1,9 millones) y nueve cortijos (cinco aún en venta, a partir de 3 millones), además de un campo de golf de 18 hoyos y 7 kilómetros, sede de la Volvo Mundial Match Play Championship que se celebró este año entre el 19 y 22 de mayo.

Su clientela -el 28% británica, el 25% española y el 9% estadounidense- cuenta con altísimo poder adquisitivo (ganan 180.000 euros anuales de media), ha viajado mucho y exige discreción. “Reunimos elegancia y estilo para gente que aprecia un servicio muy atento, pero nada arrogante; quiero cerca del cliente”, cuenta Zimmer, alemán de 40 años, con experiencia en la cadena Orient Express -en La Residencia (Deià, Mallorca) y en San Petersburgo-.

Morgan Stanley, Ferran Adrià, Hidalgo, Mahou…

Banqueros españoles, una cumbre anual de ochenta directivos top mundiales de Morgan Stanley, un torero de lo más cotizado del verano, la familia Hidalgo (los propietarios de Globalia), Ferrá Adrià o el presidente de Mahou (José Antonio Herráiz Mahou) son algunos de los principales clientes de este resort, que cuenta con una semana de estancia media, aunque hay familias que se alojan hasta incluso tres semanas.

La ocupación en agosto se ha situado en el 78% y la media anual es del 61%. El hotel se inauguró en octubre de 2008, pero hasta abril de 2009 no finalizó el llamado soft opening, el rodaje de apertura e todo hotel. Ese primer año la ocupación no llegó al 29%. El hotel (el golf  abre todos los meses), cierra tres semanas después de Reyes para su puesta a punto anual. “Desde el primer día tienes que empezar con el mantenimiento porque si no lo haces el producto se va deteriorando, reabrimos a principios de febrero”.

Una de las grandes ventajas competitivas del recinto es su variada oferta gastronómica: agrupa cinco restaurantes. Su estrella es el Schilo que fusiona la comida árabe, china, japonesa, vietnamita e internacional europea. “Las degustaciones son muy atrevidas y a la gente le encanta; tiene una cocina abierta”, promociona el director general. El  Jardín, con comida española y sobre todo Don Giovanni (que abre en julio, agosto, Semana Santa y Navidades), a los mandos del Andrea Tumbarello, son los otros productos culinarios principales. El chef ejecutivo del resort es Lutz Bôsing, fichado del hotel Barceló La Bobadilla de Loja (Granada).

Finca Cortesín entró el 16 de julio en las páginas rosa. En su jardín se celebró la boda de Carla Goyanes. La única condición para celebrar enlaces matrimoniales es reservar dos noches todo el hotel. “Las bodas no nos interesan, puedes destruir más que construir”, admite Zimmer, que adelanta que la marca Finca Cortesín planea un proyecto “aún lejano” en Trancoso (Brasil), “pero siempre con los pies en el suelo”, remata. Cuando los ojos observan los 220 metros cuadrados de la Suit Cortesín (a un precio mínimo de 1.200 euros por noche) puedes imaginarte que esto es la década de los sesenta y eres un millonario exquisito y con clase.

Entre Marbella y Sotogrande, la Finca Cortesín de Casares consigue imaginarnos cómo hace medio siglo disfrutaban de sus vacaciones europeas los millonarios más exquisitos. Funciona como un destino en sí mismo. En su helipuerto aterrizó la semana pasada una pareja que venía sólo a disfrutar de los 2.200 metros cuadrados de SPA y unos masajes de dos tailandesas nativas. En dos horas se habían vuelto a su casa. “Nuestros competidores no están en la Costa del Sol, sino en Italia y la Costa Azul francesa”, destaca René Zimmer, director general del complejo, mientras se toma un tentempié de media mañana en una de las terrazas.

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