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El peligro de los estereotipos
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Elena Herrero-Beaumont

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El peligro de los estereotipos

El sexo, la raza y la religión de los candidatos a una de las presidencias más difíciles de la historia de los Estados Unidos podrían desvirtuar

El sexo, la raza y la religión de los candidatos a una de las presidencias más difíciles de la historia de los Estados Unidos podrían desvirtuar más que nunca unas elecciones, si políticos y medios de comunicación continúan centrándose en los estereotipos.

Si anteriormente los medios de comunicación norteamericanos hicieron hincapié en la religión mormona del candidato republicano, Mitt Romney, la semana pasada le tocó el turno al sexo de Hillary Clinton, senadora demócrata de Nueva York y candidata a la presidencia.

"No puedo hacerla más joven, más alta...hombre," bromeó Bill Clinton en referencia a su mujer en un bar repleto de seguidores. Fue el domingo anterior a las primarias de New Hampshire, cuando las encuestas apuntaban a una victoria casi segura de su rival demócrata Barack Obama, senador de Illinois.

Sin embargo, en contra de toda encuesta y expectativa, Hillary ganó el martes en New Hampshire, gracias al voto de la mujer, según apuntaron los medios el miércoles.

La mujer trabajadora de este pequeño estado conectó con la debilidad que Hillary mostró en una cafetería en la víspera de las elecciones, cuando trató de responder a una mujer de 64 años interesada en saber cómo la candidata aguantaba el ritmo.

Las imágenes de una Hillary emotiva no cesaron de retransmitirse en todas las televisiones del país mientras los periódicos conservadores más sensacionalistas, como el New York Post, se ensañaban con las lágrimas de la senadora.

"Las mujeres de New Hapmshire vieron cómo los medios humillaban a Hillary y se lanzaron a su rescate", dijo Pat Buchanan, el analista político conservador de la cadena de television MSNBC.

El debate sobre el sexismo norteamericano no ha cesado hasta hoy, despertando la preocupación de periódicos como el Financial Times: "sería una vergüenza que la carrera electoral de los demócratas se convirtiera ahora en una batalla de estereotipos," escribió el diario el jueves pasado.

Y la misma preocupación se respira en los círculos de empresarios e intelectuales del país. En Chicago, en una conferencia organizada el viernes por el Executives Club of Chicago, una de las organizaciones empresariales más importantes de Estados Unidos, se habló del carácter de las elecciones presidenciales y de su impacto en los mercados financieros.

"Estas elecciones serán las más contenciosas de la historia del país, no por lo que defienden los candidatos, sino por lo que son," dijo Robert Froehlich, presidente del Comité de Estrategias de Inversión de Deutsche Bank.

Froehlich, también conocido como "Dr. Bob" por sus intensas y cómicas intervenciones, habló de las peculiaridades de los candidatos: el populismo de Huckabee, la religión mormona de Romney, el pasado bélico de McCain, la raza de Obama y, finalmente, el sexo de Hillary.

"Muchos se preguntan, ¿puede realmente una mujer ser comandante jefe?" dijo Froehlich.

La tentación de fijarse en los estereotipos en lugar de en las propuestas se hace más peligrosa en un momento histórico delicado. Como dijo esta semana en Chicago Madeleine Albright, la antigua secretaria de estado de Bill Clinton, "la próxima presidencia será la más dura y difícil de la historia de este país".

La lucha contra el terrorismo, la proliferación de armas nucleares, el establecimiento de regímenes democráticos, la globalización y el calentamiento global son los retos más importantes a los que se enfrentará la próxima presidencia norteamericana, señaló Albright en una conferencia organizada por el Chicago Council on Global Affairs.

Está en manos del público norteamericano elegir al mejor candidato para hacer frente a estos retos, con independencia de su sexo, raza y religión. El mundo entero está esperando.

El sexo, la raza y la religión de los candidatos a una de las presidencias más difíciles de la historia de los Estados Unidos podrían desvirtuar más que nunca unas elecciones, si políticos y medios de comunicación continúan centrándose en los estereotipos.

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