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OID: un negocio redondo bajo el señuelo de la discapacidad

Bajo el señuelo de dar trabajo a personas discapacitadas, funciona en España una red alegal de venta callejera de cupones que utiliza la cobertura de la ONCE mediante personas que, por un exiguo contrato de voluntariado en

Bajo el señuelo de dar trabajo a personas discapacitadas, funciona en España una red alegal de venta callejera de cupones que utiliza la cobertura de la ONCE mediante personas que, por un exiguo contrato de voluntariado en su mayoría o con un contrato mercantil a media jornada, deambulan por pueblos y ciudades españolas con un cupón calcado al de la ONCE.

Es un negocio redondo para unos avispados 'empresarios', ya que no tienen que pagar las cargas sociales, ni los despidos, ni tan siquiera tienen que afrontar los gastos derivados de la puesta en marcha de un sorteo. Utilizan de forma parasitaria el que realiza la ONCE -esta sí, organización legal- que corre con todos los gastos, se anuncia en todos los medios y que los dirigentes de grupos como la Organización Impulsora de Discapacitados (OID) utilizan a su antojo.

Su gancho publicitario dice que, con la compra de su producto, el eurocupón, se ayuda a las personas con discapacidad, cuando la realidad es que los más de 2.000 vendedores de la OID, la mayoría de ellos sin discapacidad, al igual que sus principales dirigentes, está sirviendo para producir grandes beneficios económicos. Un negocio redondo mediante el cual todas las semanas se recauda una media de 1.400.000 euros. El pago de premios es mínimo, puesto que utilizan el sorteo de la ONCE con 50 series diarias, que suponen la salida a juego de 5.000.000 millones de boletos (50 series por 100.000 números cada serie), de los cuales, la OID vende unos 120.000 cupones. Los viernes, las posibilidades de que toque el premio OID son inferiores, ya que la ONCE aumenta la circulación a 9.000.000 millones de boletos con su popular ‘cuponazo’.

Y la Policía, ¿qué hace ante este despropósito jurídico? En la mayoría de las ocasiones, la vista gorda, “¡total, no hacen mal a nadie!”, y en otras ocasiones, cuando deciden intervenir, se encuentran con una auténtica maraña jurídica difícil de descifrarLos citados beneficios están férreamente controlados por cinco personas, cuya cabeza visible es Dionisio González Otero, que figura como administrador único de 13 sociedades, entre ellas inmobiliarias, patrimoniales, de hostelería, etc., y como presidente de SOID (Social Organización Integración del Discapacitado), una asociación que recibe directamente fondos de la venta del Euroboleto y desde donde se invierte en otras sociedades. Lo curioso del caso es que en la asociación SOID, donde se controlan la mayoría de las inversiones, de sus 25 trabajadores sólo dos son discapacitados.

Todo este entramado de sociedades y la venta de un producto pirateado a la ONCE hace de González Otero un asiduo a los tribunales, ya que decomisan con frecuencia los cupones a sus vendedores. Es el presidente de la sociedad Aserdisca SL desde donde, con una plantilla de 53 empleados entre las áreas jurídicas y financieras, le cubren las espaldas y los bolsillos.

Y la Policía, ¿qué hace ante este despropósito jurídico? En la mayoría de las ocasiones, la vista gorda, “¡total, no hacen mal a nadie!”, y en otras ocasiones, cuando deciden intervenir, se encuentran con una auténtica maraña jurídica difícil de descifrar, ya que retienen cupones impresos por la Organización Impulsora de Discapacitados y, sin embargo, muchos de los empleados tienen contratos con otra organización: ONDEE (Organización Nacional de Discapacitados Españoles y Europeos).

*Carlos Monferrer es experto del sector del juego. 


NOTA DE REDACCIÓN.- Zeben Díaz, responsable de comunicación de la Organización Impulsora de Discapacitados, ha dirigido hoy jueves una carta a El Confidencial que, bajo el título "La OID, una organización legal que lucha por las personas con discapacidad y contra el monopolio", quiere servir de réplica. El texto dice lo siguiente: 

"La Organización Impulsora deDiscapacitados es una ONG sin ánimo de lucro, que lucha por la integraciónsocio-laboral de las personas con algún tipo de discapacidad, aunque en losúltimos años también lucha contra un monopolio permitido por los diferentesgobiernos que han pasado por nuestro país.

El señor Carlos Monferrer, autor del artículo, alude a la organización para la que trabajo desde hace casi cinco años yal presidente de la misma, Dionisio González Otero, atribuyéndole una serie decosas de las que la gran mayoría no corresponden a la realidad, por lo que creoque se trata de un mal ejercicio del uso de un medio de comunicación, además depoca fiabilidad al no contrastar su “opinión”, la cual espero que esta no provengade alguna otra Organización Nacional, ya que la OID paga todas las “cargassociales” y los despidos y no tienen ninguna ventaja fiscal al respecto, comosí tienen otras organizaciones sociales.

Es cierto que este grupo tienedoce empresas, pero estas responden a la creación de puestos de trabajo, ya quelas principales son centros especiales de empleo y sus puestos de trabajo estánformados en más de un ochenta por ciento por personas con algún tipo dediscapacidad. Nosotros somos una OrganizaciónNo Gubernamental (ONG) y sin ánimo de lucro, por lo tanto, creemos que las manifestacionesen el artículo de opinión sobre el Presidente de OID, Dionisio González Otero,son desproporcionadas y muy alejadas de la realidad, ya que todos los miembrosde la Junta Directiva son personas con algún tipo de discapacidad.

Desde el principio, estaorganización (OID) ha solicitado a Loterías y Apuestas del Estado los permisospertinentes para iniciar nuestra actividad y celebración de un sorteo propio,hace ya veinticinco años. Dicha petición se nos denegó por criterios tansubjetivos como que el mercado del juego estaba saturado en España y nuestrojuego podría generar ludopatía. Veinticinco años después, la realidad hademostrado que ni el juego está saturado en España, ni nuestro juego generaludopatía.

Lo que se produce con estadenegación es un claro acto de monopolio de hecho, prohibido por la UniónEuropea y así nos lo ha reconocido la Audiencia nacional (ver los Autos en nuestra web: www.oid.es).El monopolio está prohibido en España por la Unión Europea, por lo cual,seguimos creyendo en nuestros ideales y en nuestra filosofía de trabajo, que esla de emplear a las personas con discapacidad y no vender nuestros productos engasolineras y estancos".

Bajo el señuelo de dar trabajo a personas discapacitadas, funciona en España una red alegal de venta callejera de cupones que utiliza la cobertura de la ONCE mediante personas que, por un exiguo contrato de voluntariado en su mayoría o con un contrato mercantil a media jornada, deambulan por pueblos y ciudades españolas con un cupón calcado al de la ONCE.