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Turquía vuela alto con un portaaviones español: el Juan Carlos I en el Bósforo
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Turquía vuela alto con un portaaviones español: el Juan Carlos I en el Bósforo

Turquía se olvida de la Unión Europea y proyecta su fuerza en el mar. Para ello construye un nuevo portaaviones con el diseño del Juan Carlos I (L-61)

Foto: Una imagen del portaaviones Juan Carlos I (Ministerio de Defensa).
Una imagen del portaaviones Juan Carlos I (Ministerio de Defensa).

Hace días se hizo público que Turquía construirá un portaviones de la clase Juan Carlos I. Urge explicar las razones de esta decisión. El país vivió desde 1919 hasta 1949 bajo la herencia de Mustafa Kemal Atatürk, quien dejó todo atado y bien atado bajo la tutela del Ejército con dos mandamientos fundacionales: secularismo dentro y aislacionismo fuera.

Adnan Menderes (1950-1960) inició un desarrollo económico que Turgut Ozal (1983-1989) aceleró posteriormente con sus privatizaciones y que produjo tres grandes grietas en el modelo original de la República: primera, la erosión del complejo industrial kemalista en favor de una nueva burguesía al margen de ese complejo y, por ello mismo, islamizante. Segunda, la llegada de una oleada de inmigrantes económicos procedentes del entorno inmediato, en su mayoría musulmanes. Y, tres, como consecuencia de todo lo anterior, la búsqueda de una política exterior capaz de proyectar esa "nueva Turquía".

Ozal empezó por abrirse a la URSS. Ello tuvo un efecto positivo, disparó el comercio bilateral, pero también convirtió a Turquía en un país dependiente del gas y del petróleo ruso. Otro frente fue la UE. Para Ozal entonces, al igual que para el AKP hoy, los turcos son europeos musulmanes. Un punto de vista que no comparten franceses o alemanes

Ozal empezó por abrirse a la URSS. Ello tuvo un efecto positivo: disparó el comercio bilateral. Pero también tuvo otro no tan deseable: convirtió a Turquía en un país dependiente del gas y del petróleo ruso. El último gran contrato con Moscú es, precisamente, la construcción de una central nuclear. Otro frente fue la Unión Europea. Para Ozal entonces, al igual que para el AKP (el partido en el gobierno) hoy, los turcos son europeos musulmanes. Un punto de vista que no comparten franceses o alemanes. La solicitud turca fue rechazada en1990 después de tres años de espera.

El tercer capítulo vino con la caída de la URSS. De pronto, Turquía descubrió que desde el Caspio hasta China ya no había un gran poder, ortodoxo o comunista, sino un hilo de repúblicas independientes de matriz turca y musulmana. Y entró en ese nuevo espacio con todo entusiasmo.

El Islam moderado y el milagro económico

La victoria del islamismo moderado en 2002 y 2007 coincidió con lo que podría denominarse “el milagro económico turco”. Desde 1990, el Producto Nacional Bruto (PNB) se ha cuadruplicado; las exportaciones se han quintuplicado; la inversión extranjera directa, multiplicado por 25, y el volumen de contratación en Bolsa por 40. Actualmente, Turquía representa un 15% del PNB mundial y es miembro del G20.

Todo ello ha actuado como catalizador de una política exterior que ha terminado siendo descrita como “cero problemas con los vecinos” y “profundidad estratégica”, trasunto de un cambio de paradigma. Turquía ya no sopesa entre convertirse en puente o en barrera entre Asia y Europa. Se ve como centro, dada su posición geográfica, y proactiva en política exterior sobre la falsilla de su pasado otomano. Ello la lleva directa a los Balcanes, al Cáucaso y al Oriente Medio.

placeholder Carteles con la imagen de los líderes turcos en Estambul (Reuters).

He aquí un breve balance de situación. Empecemos por los dos grandes espacios en los que Turquía llama a la puerta. En el Oeste, la UE sigue cerrada y sin esperanza de abrirse. Los turcos han respondido con una bajada espectacular de su apoyo a la Unión, tanto por parte de sectores kemalistas como del AKP. Ahora mismo, los europeístas no superan el 13%, según las encuestas. Un 20% de los ciudadanos cree que sería mejor extenderse por el Oriente Medio.

En cuanto Rusia, el comercio bilateral se ha disparado hasta llegar a los 30.000 millones de dólares, si bien el 80% de ese monto son importaciones energéticas. Por otra parte, desde 2010 Moscú comparte con Turquía un “Partenariado Estratégico”. En lo referente a dependencia energética, Estambul ha conseguido reducir su consumo de petróleo ruso de un 40% hasta un 12% con la ayuda de Irán y Azerbaiyán. Sin embargo, el gas sigue siendo algo más correoso y el porcentaje ruso pasa del 50%. Sigue abierta también la discrepancia del aprovisionamiento energético a Europa. Turquía apuesta por un corredor Este-Oeste, Rusia, en cambio, por otro Norte-Sur.

La victoria del islamismo moderado en 2002 y 2007 coincidió con el milagro económico turco. Desde 1990, el PNB se ha cuadruplicado; las exportaciones se han quintuplicado; la inversión extranjera directa, multiplicado por 25, y el volumen de contratación en Bolsa por 40

En el Asia post-soviética cabe hablar de éxito contenido. Hay inversiones significativas y toda una red de institutos de enseñanza media, así como dos universidades, una en Kazajistán y otra en Kirguistán, algo que envidia China y que sólo supera Rusia. En el año 2009, como culminación de esos esfuerzos, el Tratado de Najicheván  creó en Estambul el Consejo de Cooperación de los Pueblos Turcos. No obstante, economía y cultura son los límites aceptados de la presencia turca. La Organización de Cooperación de Shanghái le está cerrada por veto ruso.

Pasando ahora a los Balcanes, el Cáucaso y Medio Oriente, la situación se presenta así. En los Balcanes, la diplomacia turca ha conseguido triunfos claros con su mediación serbo-bosnia. Mientras, en el Cáucaso, se resisten a arriar bandera los espacios tradicionales de confrontación: Armenia y los conflictos congelados (Abjasia, Osetia, Nagorno Karabagh).

Proyectar su poder en el mar

Por último, en Medio Oriente, Turquía tenía su primer aliado en Siria y, cuando llegó la guerra civil, apostó por la oposición. Después intentó sustituir a Siria por Egipto, pero su defensa de los Hermanos Musulmanes le ha costado el que su embajador fuese declarado "persona non grata" el pasado noviembre. Con Israel no hay relaciones desde 2010, por el incidente de la flotilla humanitaria Mavi Marmara. Pero el dossier israelí va más allá, porque Turquía es el único país OTAN que reconoce a Hamás.

Turquía tenía su primer aliado en Siria y, cuando llegó la guerra civil, apostó por la oposición. Después intentó sustituir a Siria por Egipto, pero su defensa de los Hermanos Musulmanes le ha costado el que su embajador fuese declarado persona non grata el pasado noviembre. Con Israel no hay relaciones desde 2010

Por otra parte, Irak sería una buena baza como proveedor energético pero su convulsa situación interna (8.000 muertos en 2013) hace difícil el acceso. Mientras, siguen siendo intratables Chipre y la cuestión kurda. En cuanto a Irán, la iniciativa turco-brasileña anti sanciones fue un minuto de oro, pero finalmente fueron Rusia y los EEUU quienes capitalizaron ese esfuerzo.

Sin esperanzas europeas al Oeste y con su presencia en el Este y al Sur ya encuadrada en los límites descritos: ¿qué puede hacer Turquía ahora mismo, momento delicado en el que Irán vuelve a la región de la mano de Rusia y de los EEUU? Pues presentar batalla en dos frentes. Al Este abrirse a Pakistán, con quien mantiene una relación estratégica, para que el aterrizaje de ese país en Oriente Medio de la mano de Arabia Saudí sea lo menos saudí posible, y ofrecer ayuda en el horizonte post-americano de Afganistán vía el General Dostum, uzbeko, con posiciones consolidadas en el Norte.

Y por el Oeste algo relativamente simple, autónomo, barato y efectivo: proyectar su fuerza en el mar, dotarse de una aviación embarcada como hizo Rusia a partir de la guerra de Osetia en 2008. El modelo escogido ha sido el Juan Carlos I (L-61) que ya navega en la Armada española y que pronto lo hará en la Royal Navy australiana. Es un hecho estratégico relevante. Y para España una excelente noticia. Desde aquí mi modesta felicitación para todo el equipo que la ha hecho posible. 

Hace días se hizo público que Turquía construirá un portaviones de la clase Juan Carlos I. Urge explicar las razones de esta decisión. El país vivió desde 1919 hasta 1949 bajo la herencia de Mustafa Kemal Atatürk, quien dejó todo atado y bien atado bajo la tutela del Ejército con dos mandamientos fundacionales: secularismo dentro y aislacionismo fuera.

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