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El sector del seguro y la secesión catalana

En el mundo de los negocios priman los intereses comerciales. El sector del seguro no se pronuncia institucionalmente respecto a la deriva independentista

Foto: Centenares de independentistas forman un cordón humano (Efe)
Centenares de independentistas forman un cordón humano (Efe)

En el mundo de los negocios priman los intereses comerciales. El Seguro atraviesa la crisis con una notable compostura y 55.508 millones de euros en primas, en 2013, lo que significa un decrecimiento del 3,27%. Pero mantiene resultados o incluso los mejora. Inmerso en su propia dinámica, avanza en el proceso de implantación de Solvencia II, que entrará en vigor el uno de enero de 2016. Respecto a la deriva independentista del actual Gobierno de Cataluña, no hay pronunciamientos institucionales. Existe la convicción, bastante generalizada, de que sus aspiraciones, por muy legítimas que sean, no irán a ninguna parte a menos que se fuerce la legalidad constitucional, algo que no estaría muy bien visto en el mundo, y menos en la Unión Europea, de la que los secesionistas pretenden formar parte.

En las principales asociaciones del sector y en algunas destacadas entidades sí existen posturas encontradas y comentarios en privado. Llama la atención, por ejemplo, que Martín Navaz, consejero delegado de la correduría Confide y presidente de Adecose, la asociación española que agrupa a los más importantes corredores del país, como Marsh, Aon, Willis o Centro de Seguros, manifieste ante sus colegas sus veleidades independentistas, sin asumir, por congruencia, dejar el cargo donde representa a empresas de toda España. Muy diferente es la postura de José María Campabadal, presidente del Consejo General de Colegios de Mediadores de Seguros de España, que a pesar de ser catalán de nacimiento, deja bien claro que él no está en esa onda.

Hay quien ha evolucionado. El periodista catalán Pasqual Llongueras, consejero delegado del grupo ADI, que presta sus servicios al Consejo General de Colegios de Mediadores de Seguros de España, ha pasado de la radicalidad a moderar su visión al respecto tras convertirse en asesor de COPAPROSE, la Confederación Panamericana de Productores de Seguros, y ocupar la secretaría técnica del Centro de Negocios de Seguros (CNS), donde, previo pago, se encuentran matriculadas algunas de las principales entidades del sector. “Yo recomendaría viajar un poco para suavizar las posturas; en América no se identifica a Cataluña si no es como parte de España”, dice.

No hace muchos años, en Barcelona se ubicaban el 25% de las sedes sociales de las aseguradoras que operan en España. Sin embargo, por unas u otras causas, la ciudad no ha dejado de perder cuota: venta de Winterthur a AXA; traspaso de la central No Vida para Europa del grupo Zurich a Irlanda, etcétera. Pesa también el temor de las compañías centroeuropeas, que tradicionalmente se han decantado por Barcelona, al respecto de las intenciones secesionistas. ARAG, compañía especializada en el ramo de defensa jurídica y en seguros de viaje, ha potenciado su sede en Madrid para contar con una alternativa en caso de problemas. Lo mismo ha hecho Nacional Suiza. DKV deja de ser rabiosamente catalana para impulsar su sede central en Zaragoza. DAS está a la espera de acontecimientos. Allianz también mantiene sedes en Barcelona y Madrid, y no parece sentarle nada bien la deriva.

Otras entidades impulsan las operaciones de camuflaje. Catalana Occidente, que ha rediseñado su imagen corporativa, quiere desvincular emocionalmente sus negocios para el resto del país y recupera la marca Plus Ultra para su filial en Madrid, producto de la compra de Groupama. FIATC, Mutua de Propietarios, MGS y Agrupación Mutua son conscientes de que caminar hacia la independencia supondría una regresión en sus cifras de negocio. Lo mismo sucede en las divisiones de seguros de La Caixa o del Banco de Sabadell.

Como apunte curioso resultan las manifestaciones recogidas entre los aseguradores de Andorra. Tanto en la Compañía Andorrana d’Assegurances como los representantes de Grup Becier, fundado en 1945, no están por una Cataluña independiente. Dicen recoger el sentir de los andorranos cuando explican que su deseo es que se mantenga el statu quo, y que su país siga cogobernado y con fronteras entre Francia y España.

En la asociación empresarial de aseguradoras UNESPA se quieren ahorrar la polémica y alguien asegura desde allí que, al final, todo esto quedará en nada. Otras son sus preocupaciones en estos momentos: Solvencia II; la nueva Ley de Contrato de Seguros; el Baremo de Daños Personales; impulsar el ahorro en previsión complementaria o la futura directiva de Mediación, entre otras cosas. 

En el mundo de los negocios priman los intereses comerciales. El Seguro atraviesa la crisis con una notable compostura y 55.508 millones de euros en primas, en 2013, lo que significa un decrecimiento del 3,27%. Pero mantiene resultados o incluso los mejora. Inmerso en su propia dinámica, avanza en el proceso de implantación de Solvencia II, que entrará en vigor el uno de enero de 2016. Respecto a la deriva independentista del actual Gobierno de Cataluña, no hay pronunciamientos institucionales. Existe la convicción, bastante generalizada, de que sus aspiraciones, por muy legítimas que sean, no irán a ninguna parte a menos que se fuerce la legalidad constitucional, algo que no estaría muy bien visto en el mundo, y menos en la Unión Europea, de la que los secesionistas pretenden formar parte.

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