Descansa en paz, Toño

Escribo estas líneas que me pide El Confidencial recién llegado del Tanatorio de La Paz de Madrid, donde he compartido dolor con familiares, amigos y compañeros de José Antonio Alonso.

Siempre he pensado que cuanto más inteligente es una persona, más agradable es su compañía, su conversación o el trabajo con ella. Ese era el caso de Toño, no puedo dejar de recordarle con una sonrisa en la boca, porque fueron muchas las situaciones en las que pude sonreír y hasta reír estando con el. Y algunas no eran ninguna broma.

Es verdad que recuerdo especialmente algunas veladas futboleras durante el Mundial que ganó España en 2010 en Sudáfrica, donde se intercambiaban comentarios sobre la última internada por la banda con otros sobre la situación de la Justicia en España o del PSOE de entonces.

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Pero hubo otras negociando a cara de perro cuando Toño era portavoz del Grupo Parlamentario que sostenía al Gobierno socialista de Zapatero, con la necesidad siempre del acuerdo de otros para poder sacar adelante los diferentes proyectos de ley. Bien fuera con otros grupos o con colectivos que traían sus reivindicaciones al Congreso, enseguida comprendí que se trataba de un excelente negociador, de esos duros que acaban acordando siempre.

Me viene a la memoria una tensa reunión con los representantes de la Liga de Fútbol Profesional en la que nos advertían: "Estáis hablando con los clubes de fútbol que tienen muchos millones de seguidores", a lo que Toño contestó: "Y vosotros con el PSOE que representa a 11 millones de españoles que le han votado y con el Gobierno socialista que representa a todos los españoles". Adivinen cómo acabó la reunión: con acuerdos, sí.

Hablamos de un hombre de éxito en lo profesional y en lo personal, pero de un éxito labrado, conquistado con esfuerzo y sabiduría.

Su extraordinaria carrera política y judicial, pero también la intensidad del cariño (tornada ahora en dolor) de los que le rodeaban son la prueba de ambas afirmaciones.

Era un socialista leonés como Zapatero, su mejor amigo, y eso imprime carácter, como saben los que saben de esto.

Toño es una prueba más de que se puede ser firme y acordar con el diferente. Se puede ser profundo y a la vez divertido (seguramente ambas cosas van ligadas). Valiente pero prudente. Seguro pero flexible (seguramente también estas características van ligadas).

Toño fue ministro de todos los españoles en Interior (en una época apasionante) y en Defensa. Fue la voz de todos los socialistas en el Congreso y mi jefe cuando yo era diputado. Fue siempre un socialista leonés al que escuché con atención mientras fui secretario general de los socialistas de Castilla y León. Fue mi amigo. Pero sobre todo fue una persona recta, trabajadora, culta, inteligente, divertida, comprometida y honesta.

No se puede pedir más. Bueno, sí, una cosa: que no se hubiera ido tan pronto por el maldito cáncer.

Descansa en paz, Toño, son muchos los que te quieren mucho.

*Óscar López es senador y ex secretario general del PSOE de Castilla y León.