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Las pensiones públicas son sostenibles (respuesta a Juan Ramón Rallo)
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Las pensiones públicas son sostenibles (respuesta a Juan Ramón Rallo)

"El sistema público de pensiones está quebrado, ¡es una estafa piramidal!, ¡desconfíen de los políticos!", gritaba desaforado, sin dar un solo dato, Juan Ramón Rallo en

Foto: Cientos de jubilados, portestando por las pensiones en Bilbao. (EFE)
Cientos de jubilados, portestando por las pensiones en Bilbao. (EFE)

"El sistema público de pensiones está quebrado, ¡es una estafa piramidal!, ¡desconfíen de los políticos!", gritaba desaforado, sin dar un solo dato, Juan Ramón Rallo en el debate televisivo de 'La Sexta Noche' el pasado 31 de marzo. El abogado y máster en la Rey Juan Carlos (activista de lo que se ha venido en denominar el anarcocapitalismo), director del Instituto Juan de Mariana, profesor de un centro de estudios, persona educada y magnífico polemista, tuvo una fuerte réplica por parte de los jubilados presentes (que sí traían profusamente datos escritos).

Confieso que me cae bien Juan Ramón Rallo. Tengo una tendencia natural a que me resulten simpáticos los provocadores y ver cómo se desenvuelven retorciendo los datos para llevar el ascua a su sardina. ¡Qué sería de nuestra vida sin los polemistas! No bastándole con el debate, Rallo me responde en un artículo en el que parece que se ha quedado, como decimos, encasquillado. En ese sentido, me llama la atención lo que le responde la gente en los comentarios: "Señor Rallo, escribir… 'entre los defensores de este timo piramidal con sello de aprobación estatal'… es todo menos académico, serio y digno de tener en cuenta". Pero vayamos a los que dice Rallo.

No suelo responder a las provocaciones tras el debate, pero en este caso, dada mis simpatías personales, lo voy a hacer. Prometiendo no generar dúplica ni cruce de cartas (por falta de tiempo). Pero colocando las cosas y al autor en su sitio. Pone en mi boca cosas que yo no he dicho (de lo contrario no podría construir su artículo). Dice que yo he dicho que el déficit de la Seguridad Social se debe esencialmente a las bonificaciones empresariales. He comentado, pública y privadamente, que es debido a la caída del empleo, la baja productividad y, en una parte, a la desacertada política del Gobierno de la Nación de reducir los ingresos sin suplirlos por otros (bonificaciones empresariales). Qué distinta la realidad de lo que se dice con lo que deconstruye Rallo, ¿verdad?

Desempleo, débil productividad, bajos salarios

La primera causa del déficit de la Seguridad Social es la escasa generación de rentas salariales, hecho imponible de las contribuciones. En un primer momento, la destrucción de empleo supuso el primer gran golpe a los ingresos de la Seguridad Social. Pero estructuralmente, la escasa productividad española resulta la piedra de toque del problema. Escasez derivada de la falta de inversión en I+D. En definitiva, una baja productividad que provoca, junto a la reforma laboral, una deflación salarial empobrecedora.

Según 'Estadística sobre actividades de I+D 2016' (INE), la variación de la inversión en I+D durante el período 2009-2016 fue del -9,1% en España, del +12,5% en Italia, del +13,6% en Francia, del +27,4% en la UE-28 y del +37,9% en Alemania. Tan trágico panorama para nuestro país, que lastra nuestro crecimiento a largo plazo, lleva como resultante una evolución de nuestra Productividad Total de los Factores desoladora. Esto fuerza a las empresas, tantas veces centradas en el corto plazo, a resistirse a subir salarios y repartir el valor añadido.

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Los errores del Gobierno de la Nación

En ese sentido fue colaboradora necesaria la reforma laboral del gobierno del PP, el Real Decreto Ley 3/2012, de 10 de febrero. Reforma que provocó el descuelgue de los convenios colectivos y dejar en el aire las retribuciones de los nuevos contratos, en definitiva, una depreciación salarial en toda regla. Una situación que ha provocado que los ingresos de la Seguridad Social no pudieran seguir a los gastos, cayendo estrepitosamente en la depresión y creciendo de forma insuficiente en la recuperación.

Otro error del Gobierno de la Nación, que desconoce Rallo, fue ampliar las bonificaciones en la cuota empresarial debilitando la capacidad de ingresos por cotizaciones sociales sin suplir esta deconstrucción estructural por nuevos ingresos. Esto ha supuesto que el gasto por pensiones contributivas cayera por primera vez en muchos años por debajo del 10%, tal y como recoge este artículo de El Confidencial, mismo periódico en el que escribe Juan Ramón Rallo.

El debilitamiento de la cuota empresarial

Decía Richelieu: "Dadme seis líneas del hombre más honrado de Francia y encontraré motivos para ahorcarle". Pues bien, en la errada respuesta de Rallo a mi persona, en el propio texto, está reconocido su error en el programa televisivo. "Se estima que el impacto recaudatorio de las bonificaciones empresariales a la Seguridad Social asciende… a unos 3.500 millones de euros", señala Rallo. ¿De qué fuente académica sacaba Rallo esa cifra?: ¡De Podemos (como reconoce)! Pero, démosla por buena, no neguemos los datos del tertuliano. 3.500 millones de euros al año representan, ni más ni menos, que un tercio de media anual del déficit de la Seguridad Social. ¡Ni más, ni menos!

Cuando yo espeté a Rallo durante el programa que era la primera vez, en mis 30 años impartiendo clase en la Facultad de Ciencias Económicas, que yo oía una crítica al sistema público de pensiones sin dar un solo dato, Rallo se sacó uno de la chistera: "¡Las cotizaciones empresariales para las pensiones están en su máximo histórico de 93.000 millones de euros!". En ese momento el conocido periodista, Jesús Maraña, se giró y me espetó: "Antonio, ¡este hombre se está inventando los datos!". ¿Pero de dónde se saca Rallo ese dato? A la salida del programa, le expliqué que los ingresos por cotizaciones empresariales para las contributivas eran de 69.000 millones de euros y que probablemente él estaba sumando otras partidas que no tenían nada que ver. Para mayor abundamiento le remití por whatsapp, a través del programa, el informe de la serie histórica (y que les dejo a ustedes).

Se observa un descenso en la resultante de dividir las cotizaciones de los empleadores del Régimen General por el número de cotizantes del mismo

¿Y dónde reside el invento de Rallo? Hablando de las pensiones contributivas, Rallo suma a las cotizaciones empresariales los ingresos del Sistema Público de Empleo Estatal. Y no bastándole con ello, suma también, en despiadada lucha porque le salgan las cifras, el FOGASA (Fondo de Garantía Salarial). ¡Como si el dinero del FOGASA, o del SPEE fuera a las jubilaciones! Para desmontar la hipótesis de Rallo relativa a que las bonificaciones de la cuota empresarial no han afectado al sistema, lo comprobaremos con los datos en la mano. Se observa un descenso en la resultante de dividir las cotizaciones de los empleadores del Régimen General por el número de cotizantes del mismo. En mayor medida, obviamente, para mayor prueba, en los nuevos contratos. No bastando con ello, baste recordar las medidas propuestas por Rajoy en relación a la cuota empresarial de la Seguridad Social.

La privatización parcial de las pensiones

Nos ha costado mucho llegar hasta aquí. De poco sirvió la creación en 1908 del Instituto Nacional de Previsión. O el Retiro Obrero Obligatorio de 1919. O aquel seguro de la perra gorda de 1924. Incluso en parte fue papel mojado la Ley General de Seguridad Social de 1966. Tuvo que llegar la Ley 26/1985 de la Seguridad Social del gobierno socialista la que comenzó a andar el camino (inacabado) hacia la universalización del sistema y, desde los ochenta, a la recuperación del poder adquisitivo.

No en vano, por poner un ejemplo, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero incrementó las pensiones mínimas un 53% durante sus siete años de mandato. Y llevó al Fondo de Pensiones de la Seguridad Social hasta los 66.000 millones de euros. Cantidad, más los intereses (que también me quiso refutar Rallo), que se ha comido Mariano Rajoy agotando así los ahorros de nuestros pensionistas.

Pero, ¿por qué se trata de hacer daño manipulando los datos? Se busca fomentar la capitalización privada y trocar el sistema público en beneficencia

Pero, ¿por qué se trata de hacer daño al sistema incluso manipulando los datos? Porque se busca fomentar la capitalización privada y convertir el sistema público en beneficencia. Por eso, el comité de expertos que montó Báñez antes de la reforma estaba compuesto en gran medida por personas de la patronal del seguro y de la banca (salvo algunas excepciones). Por eso la reforma de 2013 impone subidas miserables de las pensiones animando al respetable a tener que ahorrar, hacerse planes privados y renunciando a la confianza en el sistema público.

El sistema es sostenible

El sistema público y universal es sostenible. A corto plazo, incluso recuperando el poder adquisitivo de los pensionistas, estableciendo prioridades presupuestarias, despejando al mismo tiempo la estructura de ingresos. Y a largo plazo, mejorando la productividad de la economía española que garantice mayores rentas sobre las que obtener los recursos necesarios para devolver a nuestros mayores una parte de lo que nos han dado.

*Antonio Miguel Carmona es Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas

"El sistema público de pensiones está quebrado, ¡es una estafa piramidal!, ¡desconfíen de los políticos!", gritaba desaforado, sin dar un solo dato, Juan Ramón Rallo en el debate televisivo de 'La Sexta Noche' el pasado 31 de marzo. El abogado y máster en la Rey Juan Carlos (activista de lo que se ha venido en denominar el anarcocapitalismo), director del Instituto Juan de Mariana, profesor de un centro de estudios, persona educada y magnífico polemista, tuvo una fuerte réplica por parte de los jubilados presentes (que sí traían profusamente datos escritos).

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