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La moción de la dignidad de Ángel Gabilondo
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Adriana Lastra

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La moción de la dignidad de Ángel Gabilondo

En el PP creen que de tanta y tan intensa exposición al virus ya son inmunes a la corrupción. Desde esa impunidad, lejos de combatirla, les basta disimular sus síntomas y neutralizar sus efectos

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el portavoz del grupo del PSOE, Ángel Gabilondo. (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el portavoz del grupo del PSOE, Ángel Gabilondo. (EFE)

A estas alturas, las pruebas sobre las graves irregularidades del máster de Cristina Cifuentes son ya abrumadoras. En su descargo, se ha limitado a realizar aspavientos y presentar un acta que luego se ha demostrado falsificada. No hay día en que no aparezcan nuevas falsedades relacionadas con su expediente. Las evidencias se suceden y no se asumen responsabilidades ante la clamorosa indignación de la ciudadanía.

Esta situación, insostenible en cualquier partido con un mínimo de cultura democrática, se vive con absoluta normalidad en el Partido Popular. Es su medio natural. Lo demuestra la ovación que acaba de recibir Cifuentes de todos los dirigentes nacionales del PP en la convención de Sevilla. En la cima del desparpajo, la presidenta del Partido Popular de Asturias, Mercedes Fernández, llegó a calificar a Cifuentes en Sevilla como “mujer coraje”. No debería confiarse Cifuentes ante tales excesos y sí recordar lo rápido que se pasa en su partido del aplauso y el “Luis sé fuerte” a ser “esa persona de la que usted me habla” cuando el cerco se cierra.

En el Partido Popular creen que de tanta y tan intensa exposición al virus ya son inmunes a la corrupción. Desde esa impunidad, lejos de combatirla, les basta disimular sus síntomas, neutralizar sus efectos y contagiar a todo el que se les ponga al lado. El método del PP consiste en indignarse airadamente en un primer momento y, cuando las pruebas les acorralan, construir teorías de la conspiración, querellarse contra periodistas, apagar el plasma y esperar a que el tiempo lo entierre todo en mentiras.

El método del PP consiste en indignarse en un primer momento y, cuando las pruebas les acorralan, construir teorías de la conspiración

Hasta ahora el PP había vivido en soledad esas situaciones. La novedad es que hoy lo hace en compañía de Ciudadanos. Albert Rivera está tan encantado con las encuestas que le fabrican que ha encontrado en ellas el remedio para todo. Al parecer, tras encargar una para decidir qué hacer, ha pasado de conformarse con una comisión de investigación a pedir la dimisión de Cifuentes y su sustitución por otro dirigente del Partido Popular. Lo que hace unos días no le parecían pruebas concluyentes contra Cifuentes sino informaciones de 'medios digitales', hoy le parecen motivos de sobra para pedir su dimisión, siempre intentando salvar el gobierno para el Partido Popular. Rivera debería entender que si Cifuentes no puede presidir la Comunidad de Madrid, tampoco puede hacerlo ninguno de los que la defienden y ovacionan.

El tiempo ha demostrado que Cs se equivocó apoyando la investidura de Cifuentes, digna sucesora de Aguirre, Ignacio González o Granados

El PP de Madrid no puede seguir ni un día más al frente de las instituciones madrileñas por una cuestión de higiene y dignidad democrática. Nadie que pretenda regenerar la vida pública puede ignorarlo sin convertirse en cómplice de la corrupción. El tiempo ha demostrado que Ciudadanos se equivocó apoyando la investidura de Cifuentes, digna sucesora de Esperanza Aguirre, Ignacio González o Francisco Granados. Cualquier otro candidato que ahora eligiese el PP madrileño volvería a estar a la altura de sus antecesores. Ni entonces ni hoy existe posibilidad de regeneración del Partido Popular en el gobierno.

Los socialistas hemos presentado la moción de censura contra el Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid para dignificar la vida pública. Basta poner frente a frente a Cristina Cifuentes y Ángel Gabilondo para saber cuál de los dos representa la integridad política. Con nuestra moción, todos los grupos políticos vuelven a tener la oportunidad de apoyar una alternativa decente para sacar Madrid del colapso y devolver a la ciudadanía la confianza en las instituciones. Solo existen dos salidas: avalar al Gobierno de la mentira del PP o apoyar la regeneración ética que representa Ángel Gabilondo.

*Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE y diputada por Asturias en el Congreso de los Diputados.

A estas alturas, las pruebas sobre las graves irregularidades del máster de Cristina Cifuentes son ya abrumadoras. En su descargo, se ha limitado a realizar aspavientos y presentar un acta que luego se ha demostrado falsificada. No hay día en que no aparezcan nuevas falsedades relacionadas con su expediente. Las evidencias se suceden y no se asumen responsabilidades ante la clamorosa indignación de la ciudadanía.

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