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En España también se puede

Creo que es un deber mandar un mensaje en esta recta final de la campaña a toda la gente progresista de nuestro país, y es que en España también se puede

Foto: Acto electoral de Unidas Podemos en Oviedo. (EFE)
Acto electoral de Unidas Podemos en Oviedo. (EFE)

Cualquier persona que viera el debate electoral del pasado lunes, con presencia de hasta cinco candidatos a la presidencia del Gobierno, y que lo comparara con los debates que veíamos hace unos años en la política española, caía en la cuenta de algo evidente: España ha cambiado, el bipartidismo no va a volver y van a ser necesarios acuerdos entre diferentes. En 2019, quien no entienda el multipartidismo y la cultura de la coalición en un sistema parlamentario bloquea la política española.

El debate sin duda fue útil a la ciudadanía para escuchar qué propone hacer cada candidato frente a los principales problemas de nuestro país, así como para saber con quién está dispuesta a entenderse cada formación política para gobernar en un escenario poselectoral que, con toda seguridad, va a ser plural.

UP, a pesar de todas las diferencias, está dispuesta a acordar un Gobierno de coalición progresista con el PSOE, porque entendemos que es lo mejor

A este respecto, quedaron claras varias cosas. En primer lugar, que a las derechas se les da muy bien discutir en los debates televisivos, pero también se les da muy bien pactar gobiernos después. En segundo lugar, que mi formación política, Unidas Podemos, a pesar de todas las diferencias, está dispuesta a acordar un Gobierno de coalición progresista con el PSOE, porque entendemos que es lo mejor para el país. Por último, quedó claro que Pedro Sánchez nuevamente prefiere buscar el apoyo de la derecha antes que entenderse con Unidas Podemos para gobernar.

El candidato del PSOE acudió al debate a tender la mano a Pablo Casado, proclamando vicepresidenta económica de su hipotético futuro Gobierno a Nadia Calviño (bendecida por Ana Botín, defensora de la reforma laboral del PP e impulsora de la mochila austríaca para España) y haciendo la promesa, impropia de un presidente del Gobierno en funciones de un país con separación de poderes, de traer a Puigdemont de vuelta a España (no sabemos si encabezando él mismo un operativo de los GEO en Waterloo). Con ello, Sánchez quiso mostrar que está dispuesto a comprar los principales marcos económicos y territoriales de la derecha a cambio de lograr el beneplácito de Casado a una 'gran coalición blanda' o gran Gobierno de cooperación entre el PSOE y el PP tras el 10 de noviembre.

Sánchez anuncia una vicepresidencia económica con Calviño al frente

Esta estrategia desplegada en el debate es poco responsable, en la medida en que comprar los marcos económicos y territoriales de la derecha refuerza un pensamiento único enemigo de la igualdad, el diálogo y la justicia social, caldo de cultivo del mismo fascismo al que se dice querer combatir. Y, más allá de eso, arroja un mensaje que inocula la desesperanza en amplias capas del electorado progresista —incluida gran parte de los votantes socialistas—, que lo que quieren es que PSOE y Unidas Podemos dejemos atrás los reproches y nos entendamos para gobernar juntos, y que no desean ver a Sánchez articulando un pacto de gobierno con el PP.

Comprar los marcos económicos y territoriales de la derecha refuerza un pensamiento único enemigo de la igualdad, el diálogo y la justicia social

Este plan que estaba detrás de la repetición electoral, y que pasa por alguna fórmula de entendimiento entre las dos fuerzas del viejo bipartidismo para gobernar tras el 10-N con Catalunya como la excusa perfecta, necesita de una condición para imponerse, y es que Unidas Podemos salga debilitada. Si nosotros estamos fuertes, va a ser muy difícil que Sánchez se eche en los brazos de la derecha para gobernar, porque podría ser la última vez que el PSOE gobernara en España.

Si nosotros estamos fuertes, va a ser difícil que Sánchez se eche en brazos de la derecha, porque podría ser la última vez que el PSOE gobernara

Por eso, creo que es un deber mandar un mensaje en esta recta final de la campaña a toda la gente progresista de nuestro país, y es que en España también se puede. Que nuestro país ya no es diferente a Europa, y que un Gobierno de coalición progresista como los que ya existen en seis comunidades autónomas también es posible en el Estado. Que, si la gente que quiere cambios políticos en nuestro país nos da más fuerza este domingo, puede haber un Gobierno que combine la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos y que haga frente a la desaceleración económica dando seguridad a la gente, que es la mejor vacuna frente a la extrema derecha.

*Pablo Iglesias es secretario general de Unidas Podemos.

Cualquier persona que viera el debate electoral del pasado lunes, con presencia de hasta cinco candidatos a la presidencia del Gobierno, y que lo comparara con los debates que veíamos hace unos años en la política española, caía en la cuenta de algo evidente: España ha cambiado, el bipartidismo no va a volver y van a ser necesarios acuerdos entre diferentes. En 2019, quien no entienda el multipartidismo y la cultura de la coalición en un sistema parlamentario bloquea la política española.

Pedro Sánchez Pablo Casado