Es noticia
El milagro del agua y los fondos europeos NGEU para el campo español
  1. España
  2. Tribuna
Milagros Marcos Ortega

Tribuna

Por

El milagro del agua y los fondos europeos NGEU para el campo español

Nunca el campo español ha tenido una oportunidad como esta para modernizarse y coger impulso, porque nunca un Gobierno ha dispuesto de tanto dinero europeo

Foto: Foto: Netco.
Foto: Netco.

Estos días hemos celebrado la fiesta de San Isidro Labrador, siempre presente en la mente de agricultores y ganaderos. Las primeras imágenes del Santo le muestran vestido con un traje de campesino, portando un azadón en la mano derecha, otras lo presentan con utensilios agrícolas como una pala, azada, hoz o un arado y acompañado de bueyes, en ocasiones conducidos por ángeles rememorando uno de los milagros.

Hoy la profesionalización de la agricultura y la ganadería seguramente llevaría a cambiar los utensilios y ropajes del santo. La innovación del sector haría que los bueyes fueran sustituidos por maquinaria de última generación con conexión satélite y GPS para dirigirlos. Hoy los esfuerzos de agricultores y ganaderos han hecho que España sea una de las principales potencias exportadoras de productos de calidad del mundo.

Sin embargo, hay algo que no ha cambiado e incluso que se ha agudizado de forma muy preocupante en los dos últimos años, y es la necesidad de seguir mirando al cielo y esperando un milagro. El milagro de que su tarea se vea valorada en sus justos términos, el milagro de que la agricultura vuelva a ser reconocida por el Gobierno de la Nación como el pilar fundamental que es de nuestra economía. No en vano la primera industria exportadora del país es la agroalimentaria, o la segunda, si lo analizamos en términos de volumen de negocio industrial. El milagro que ahora esperan es que se vuelva a creer en el campo, a invertir en su desarrollo, que se les ayude a alcanzar la deseada sostenibilidad ambiental, tal y como exige la Unión Europea, pero sin perder en el camino ni productividad ni competitividad, ya que lo contrario abocaría a la desaparición del sector productivo en nuestro país y el paisaje agrario daría paso a enormes superficies de terreno tan sostenible como abandonado.

El milagro de que la agricultura vuelva a ser reconocida por el Gobierno de la Nación como el pilar fundamental que es de nuestra economía

Nunca el momento fue tan crítico, y nunca el milagro estuvo tan al alcance de la mano como ahora. Nunca el campo español ha tenido una oportunidad como esta para modernizarse y coger impulso, porque nunca un Gobierno ha dispuesto de tanto dinero europeo como en estos momentos.

Me atrevería a decir que pocos proyectos cumplen tan claramente los criterios exigidos por la Unión Europea, desde todo punto de vista; ambiental, económico y social, para ser beneficiarios de estos nuevos fondos como las inversiones para que el campo español disponga de agua y de sistemas de riego.

Desde el punto de vista ambiental, disponer de balsas de almacenamiento, además de contribuir a la fijación de CO2, evita inundaciones y riadas e impide que se desperdicie el agua cuando cae y escasee cuando se precisa. Del mismo modo, cuando se dispone de un regadío modernizado, el ahorro de agua alcanza cifras de hasta un 60%.

Nunca el campo español ha tenido una oportunidad como esta para modernizarse y coger impulso

Desde el punto de vista económico, una hectárea de regadío incrementa exponencialmente su productividad, permite la diversificación de cultivos, y por tanto la posibilidad de adaptar la producción a la demanda del mercado.

Desde el punto de vista social, los datos empíricos nos dicen que donde hay agua hay hasta seis veces más población, y el número de jóvenes que se incorporan al campo es un 30% superior.

La conclusión es evidente: si queremos que el campo tenga futuro, necesita agua; si queremos que haya población en nuestros pueblos necesitamos regadíos; si queremos que los jóvenes se incorporen, hay que asegurar que las explotaciones estén modernizadas y sean competitivas. Y sin agua, nada de esto será posible.
Por eso el agua es y debe de ser una cuestión de Estado. El Pacto Nacional por el Agua que lleva años proponiendo el Partido Popular es más necesario que nunca. Actuar de espaldas a esta realidad y sin consensos solo llevará al empobrecimiento de un medio rural demasiado castigado y cansado de escuchar que son imprescindibles para después tener que luchar en soledad.

Si queremos que el campo tenga futuro, necesita agua; si queremos que haya población en nuestros pueblos necesitamos regadíos

Ahora es el momento de demostrárselo, de creer en el futuro de las zonas rurales, y de luchar por ellas. Ahora hay 140.000 millones de euros que clarísimamente se pueden aprovechar, para esa labor. Por eso, desde el Partido Popular ya propusimos incluir la financiación de regadíos en los Presupuestos Generales del Estado para ejecutar las obras ya previstas en los Planes Hidrológicos de Cuenca, tanto la modernización como los nuevos regadíos. La negativa de la izquierda y la ausencia de Vox en las votaciones en el Congreso de los Diputados impidieron que ese dinero se haya incorporado ya a los presupuestos. Sin embargo no estamos dispuestos a dar la batalla por perdida, por eso reclamamos que los regadíos se incluyan en los proyectos que se presenten a la Unión Europea para su aprobación.

En esta situación crítica, una vez más, el Ministerio de Agricultura se pone de perfil y el Gobierno de la Nación se olvida de la agricultura y la ganadería. Una vez más, al margen del diálogo y sin consenso alguno, está tomando decisiones exclusivamente ideológicas sobre temas tan serios como la reglas de trasvases, sin tener en cuenta ni su aprovechamiento, ni la repercusión que esto puede tener en los cultivos de CCAA como Andalucía, Murcia o Valencia, tal y como vimos hace dos semanas en el caso del Tajo/Segura.

No hay explicación alguna para que decisiones de este calado, no exentas de dificultad, que siempre habían ido precedidas de un diálogo abierto y permanente, se tomen ahora sin tan siquiera intentar el consenso. Como tampoco hay justificación para que, en lugar de abordar las necesarias inversiones de regadíos en toda España o reducir la factura eléctrica, se cambien incluso las reglas de tarifación a los regantes mediante el llamado Fondo para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico Nacional. En lugar de abaratar el coste energético a los regantes para disponer de dos potencias diferentes a lo largo del año, ajustando así la factura al uso real, como estaba previsto en marzo de 2018, lo que ha planteado el Gobierno es justo lo contrario, una subida exponencial de la tarifa eléctrica a los regantes, de más del 50%, dejándoles totalmente fuera de los mercados, ante la imposibilidad de competir en costes de producción con otros países.

Una vez más, al margen del diálogo y sin consenso alguno, está tomando decisiones exclusivamente ideológicas

Se trata de una cuestión de prioridades, y que el sector agroalimentario no lo es para este Gobierno hace tiempo que es una evidencia. Una vez más la ideología y el ecologismo de despacho, de quienes desconocen la realidad del campo y su contribución al medioambiente, llevan a perjudicar seriamente a quienes trabajan de sol a sol en el medio rural español. Nuevamente la ignorancia y prepotencia se imponen y pueden llevar a que se despilfarren 140.000 millones de euros si el Gobierno los maneja a su antojo.

Quizás sea clamar en el desierto, pero desde las filas del Partido Popular no vamos a cesar en nuestra apuesta por el futuro del campo, en defender el valor del agua y la posibilidad que estos fondos ofrecen para disponer de ella y asegurar la vida en nuestros pueblos. Seguimos creyendo que una agencia independiente, como las puestas en marcha en otros países de nuestro entorno, aportaría mucha más objetividad de la que puede ofrecer el Gobierno, y evitaría que los prejuicios ideológicos se impongan a una correcta distribución y aprovechamiento del dinero europeo. De otro modo, los agricultores y ganaderos seguirán mirando al cielo, pero por mucha fe que le tengamos a San Isidro, el milagro estará cada vez más alejado.

Estos días hemos celebrado la fiesta de San Isidro Labrador, siempre presente en la mente de agricultores y ganaderos. Las primeras imágenes del Santo le muestran vestido con un traje de campesino, portando un azadón en la mano derecha, otras lo presentan con utensilios agrícolas como una pala, azada, hoz o un arado y acompañado de bueyes, en ocasiones conducidos por ángeles rememorando uno de los milagros.

Ministerio de Agricultura Agricultura Unión Europea