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Madrid 360, una batalla coherente
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Borja Carabante

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Madrid 360, una batalla coherente

Nuestra perspectiva es periférica y congruente. Creemos que los ciudadanos han de tener alternativas para desplazarse en el modo de transporte que necesiten según sus circunstancias

Foto: M-30 en Madrid. (EFE)
M-30 en Madrid. (EFE)

Antes de iniciar una batalla, hay que tener definida una estrategia con amplitud de miras, y en la lucha contra el enemigo que representa la contaminación, la capital cuenta con Madrid 360. Ya no valen políticas cortoplacistas y reducidas, como Madrid Central, que permitan pequeños avances sobre una o alguna de las 24 estaciones de medición de calidad del aire que tiene la ciudad y de la que solo se beneficie una pequeña parte de los vecinos. Madrid necesitaba una estrategia global y ambiciosa que permitiera atacar de manera coherente, integradora y rápida las diferentes fuentes de emisiones que cuelgan sobre el municipio el lastre de ser, en el año 2020, la única ciudad española que incumplió el valor límite anual de NO2 recogido en la directiva europea de calidad del aire.

La Comisión Europea comunicó a España en julio de 2019 que llevaría el país ante el Tribunal de Justicia de la UE por infringir los valores límite de dióxido de nitrógeno (NO2) en Madrid y Barcelona año tras año desde 2010 a 2017. Este anuncio llegó casi ocho meses después de que comenzara a funcionar, de aquella manera, el Madrid Central de Manuela Carmena, un sistema plagado de fallos congénitos que lo llevaron a una muerte prematura el pasado mes de mayo. La Justicia lo tumbó por defectos de forma y, además, la medida estrella de Ahora Madrid resultó insuficiente para combatir la contaminación de la ciudad. No solo era deficiente, sino que nació como una política de imposición que no ofrecía más alternativa a los ciudadanos que la de dejar sus vehículos en el garaje.

Madrid es un municipio donde diariamente, antes de la pandemia, se producían nueve millones de desplazamientos

Este Gobierno, el que lidera José Luis Martínez-Almeida, no libra una guerra contra el coche. No. Nuestra perspectiva es periférica y congruente. Creemos que los ciudadanos han de tener alternativas para desplazarse en el modo de transporte que necesiten según sus circunstancias, porque no todos viven en Chamberí o en Centro ni pueden moverse en bicicleta. Madrid es un municipio donde diariamente, antes de la pandemia, se producían nueve millones de desplazamientos en los diferentes modos de transporte, y no solo de madrileños, sino también del resto de vecinos de la región que vienen a trabajar, estudiar o a comprar al interior de nuestras lindes.

Como Gobierno responsable y garante de la efectividad de las políticas medioambientales y de movilidad que emprendemos con Madrid 360, tenemos la obligación de poner al alcance de los ciudadanos todas las opciones sostenibles posibles para que los viajes que soporta nuestro territorio cada vez generen menos huella. Y ese es el camino que estamos recorriendo.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Almeida. (EFE)

No vamos a negar que el tráfico rodado es la principal fuente de emisiones contaminantes de la ciudad. En 2019, el transporte por carretera contribuyó en un 42,1% a las emisiones totales de los óxidos de nitrógeno (NOx) en el municipio, según el 'Inventario de emisiones' municipal. Por eso, Madrid 360 focaliza las restricciones en los vehículos más contaminantes, aquellos que no tienen distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico (vehículos con motor diésel matriculados antes del año 2006 o gasolina previos al año 2000). Repito una y otra vez este dato, porque es muy importante: un vehículo sin distintivo, también llamado A, emite de media para el municipio de Madrid 1,6 veces más gases que un vehículo con clasificación ambiental B; 7,2 veces más que un vehículo con clasificación ambiental C, y 47 veces más que un vehículo con clasificación ambiental eco.

El Ayuntamiento de Madrid va a limitar su circulación progresivamente desde 2022 hasta 2025, pero, antes de acotar su paso, ha dispuesto una amplia batería de medidas para garantizar la libertad de movimiento a los posibles afectados, turismos que representan el 16,34% de los recorridos que se realizan diariamente en la ciudad: por ahora, seis nuevas líneas de autobuses, entre ellas dos gratuitas y cero emisiones que conectan la principal puerta de entrada a Madrid, Atocha, con otro gran nodo de transporte, el intercambiador de Moncloa; 60 kilómetros nuevos de carriles bus para que moverse en autobús cada vez sea más rápido; una ampliación histórica del sistema público de bicicleta, BiciMAD, extendiéndolo a cinco distritos nuevos; más carriles bici, el más grande comenzará a ejecutarse en unos meses, el de Castellana, que vertebrará la movilidad ciclista de la ciudad; cuatro aparcamientos intermodales nuevos, uno de ellos situado en el centro comercial más grande de Madrid, Islazul, conectado con una línea lanzadera de EMT hasta otro importante intercambiador, el de plaza Elíptica, el punto con mayor contaminación de la ciudad… Y otra medida en la que hemos sido pioneros como Administración local y estamos muy orgullosos de ello, el Plan de Ayudas Cambia 360, más de 100 millones de euros desde 2020 hasta 2023 destinados a la renovación de calderas, la transición hacia flotas de vehículos menos contaminantes y el fomento de la electromovilidad.

Foto: Imagen de Madrid Central. (Jesús Hellín)

Los madrileños están concienciados en la lucha contra el cambio climático y quieren protagonizar la metamorfosis hacia una ciudad sostenible y con mejor calidad del aire, pero para que puedan representar este papel, hay que darles el guion. Buen ejemplo son las ayudas para vehículos particulares que habilitamos el pasado jueves 8 de octubre: 5,5 millones de euros directos al bolsillo del ciudadano para cambiar sus coches. Estas subvenciones han tenido una gran acogida, sobre todo para adquirir vehículos eco y cero.

No hay que olvidar, porque esto no se suele mencionar en las informaciones que aparecen publicadas en medios de comunicación, que Madrid siempre tendrá que dar más de sí que cualquier otra ciudad de España para rebajar los niveles de contaminación del aire. Y lo está dando, sin duda, con más medidas que ninguna gracias a Madrid 360, solo que su situación geográfica genera unas condiciones que provocan, con mayor frecuencia, episodios de inversión térmica dificultando la ventilación atmosférica en los meses de octubre a marzo y, por ende, aumentan el NO2 generando peores registros en las estaciones de calidad del aire que en otros lugares del territorio español.

Tenemos el arma para que Madrid mantenga a raya la contaminación del aire

Pero fíjense en estos datos comparativos con la Ciudad Condal: la capital tiene una superficie de 604 kilómetros cuadrados de superficie y 3,1 millones de habitantes, mientras que Barcelona, rodeada de mar, tiene 101 km² y 1,6 millones de habitantes. Un estudio reciente del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) reflejaba que los ciudadanos de Barcelona pasan más horas al volante que los madrileños, 119 horas y 105, respectivamente. Por otro lado, según el último informe de Traffic Index, que elabora la compañía de navegadores de GPS TomTom sobre 416 ciudades de 57 países del mundo, la ciudad de España donde se producen más atascos es Barcelona. La siguen Granada, Santa Cruz de Tenerife, Valencia, Santander, Murcia, A Coruña y Las Palmas de Gran Canaria. En décimo puesto está Madrid. También nos superan en atascos ciudades europeas como Londres, París o Ámsterdam, donde tanto le gusta mirar a la izquierda.

Para este Gobierno, la política medioambiental se convirtió en una urgencia para cumplir con nuestras obligaciones comunitarias desde que llegamos al Palacio de Cibeles en junio de 2019. En septiembre de ese mismo año, presentamos la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, que convertirá la capital en zona de bajas emisiones para los vehículos A. En solo dos años, hemos aprobado dos ordenanzas que sustentan las medidas más efectivas de Madrid 360 para atacar las mayores fuentes contaminantes: la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad —apoyada por todos los grupos municipales a excepción de Más Madrid—, que prohibirá las calderas de carbón desde el próximo año, y la Ordenanza de Movilidad Sostenible —aprobada el pasado 13 de septiembre—, que ha permitido no dejar en un limbo jurídico la zona de bajas emisiones del Distrito Centro tras la sepultura de Madrid Central y permitirá crear a finales de año otra ZBE en plaza Elíptica ofreciendo seguridad jurídica a los ciudadanos.

Madrid 360 es la batalla más coherente que se libra contra la contaminación para cumplir con Europa y convertir nuestra ciudad en capital de la movilidad sostenible, compatibilizando la reducción de emisiones con las necesidades de movilidad de cada persona. Tenemos el arma para que Madrid mantenga a raya la contaminación del aire.

* Borja Carabante es delegado de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Madrid.

Antes de iniciar una batalla, hay que tener definida una estrategia con amplitud de miras, y en la lucha contra el enemigo que representa la contaminación, la capital cuenta con Madrid 360. Ya no valen políticas cortoplacistas y reducidas, como Madrid Central, que permitan pequeños avances sobre una o alguna de las 24 estaciones de medición de calidad del aire que tiene la ciudad y de la que solo se beneficie una pequeña parte de los vecinos. Madrid necesitaba una estrategia global y ambiciosa que permitiera atacar de manera coherente, integradora y rápida las diferentes fuentes de emisiones que cuelgan sobre el municipio el lastre de ser, en el año 2020, la única ciudad española que incumplió el valor límite anual de NO2 recogido en la directiva europea de calidad del aire.

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