Es noticia
La consolidación de Sumar, primer asalto de la izquierda hacia las elecciones generales
  1. España
  2. Tribuna
Joan Navarro

Tribuna

Por

La consolidación de Sumar, primer asalto de la izquierda hacia las elecciones generales

A unos días de las elecciones municipales y autonómicas, la mayor novedad de la política española es la rápida consolidación de Sumar, una formación que, formalmente, no se presenta a estas elecciones

Foto: Yolanda Díaz, en una imagen de archivo durante una rueda de prensa. (EFE/Fernando Alvarado)
Yolanda Díaz, en una imagen de archivo durante una rueda de prensa. (EFE/Fernando Alvarado)

Escribo esta columna en un maravilloso rincón andaluz, rodeado de grupos de jóvenes y familias luciendo camisetas de sus respectivos equipos de fútbol horas antes de un partido. Para muchos de ellos, el desplazamiento desde otra provincia supondrá un esfuerzo extra en su ajustada economía doméstica, pero son los extras los que dan sentido al lento pasar de los días, los que nos ayudan a sobrellevarlos. Sin duda, todos queremos que gane nuestro equipo, pero es la competición, es participar lo que nos hace sentir vivos, miembros de algo, rodeados de aquellos en quienes reconocernos. A la misma hora, en plazas de toda España, miles de voluntarios están levantando pequeñas carpas, sacando pegatinas, folletos y mecheros con la insignia de su partido y el rostro de su candidato o candidata al ayuntamiento. Muy pocos son cargos públicos, incluso para quienes ocupan alguna de las más de 65.000 concejalías que se eligen el próximo 28 de mayo, formar parte del concejo municipal es, también, un esfuerzo extra que apenas pueden asumir durante unos años. Sin duda, todos desean que gane su partido, pero es el compromiso con la comunidad, compartir valores con otras personas lo que les hace sentirse útiles y a la vez, reconocidos. Cuando los medios de comunicación fijan su imagen, solo, en los políticos nacionales o autonómicos, ocultan que las elecciones municipales en España son la mayor movilización de participación popular y formación cívica de nuestra democracia.

A unos días de las elecciones municipales y autonómicas, la mayor novedad de la política española es la rápida consolidación de Sumar, una formación que, formalmente, no se presenta a estas elecciones. Desde el anuncio de la candidatura de Yolanda Díaz a la presidencia de Gobierno el pasado día 2 de abril, todas las encuestas señalan que más de un tercio de los antiguos votantes de Podemos están ya en Sumar, una plataforma electoral que, además, empieza a movilizar abstencionistas (antiguos votantes de Podemos) sin apenas reducir el voto socialista. Pero aún es más significativa la clara preferencia entre los electores que aún optan por la formación morada, a favor de Yolanda Díaz como candidata a la presidencia del Gobierno. ¿El día de las elecciones generales elegirán la papeleta de Belarra/Montero/Iglesias? Con seis meses de antelación, los votantes de Podemos ya están diciendo que no. En resumen, Sumar es ya una opción política viable, capaz de disputar la tercera posición nacional a Vox.

Foto: Yolanda Díaz en un acto de Sumar. (Reuters/Isabel Infantes)

Esta rápida consolidación tiene un efecto inmediato en las candidaturas municipales y autonómicas de la izquierda, tanto para aquellas formaciones alienadas con la vicepresidenta del Gobierno, como sobre aquellas otras que, sin ser así, sí cuentan con el apoyo de Izquierda Unida. Quienes voten a los candidatos y candidatas de estas formaciones ya saben quién es su referente nacional y, salvo en los territorios donde se practica el voto dual (se vota a un partido local, diferente del partido nacional) disponer de esta información moviliza, da más valor al voto, es un claro incentivo a la participación electoral, pues no solo se elige al primer regidor, sino que se valora al gobierno nacional y se proyecta el voto hacia el resultado deseado en las siguientes elecciones generales.

Un estudio electoral de la consultora LLYC, efectuado sobre las transferencias de voto a nivel nacional identificadas en los tres últimos barómetros del CIS y aplicado a las capitales de provincia, muestra esta tendencia. La derecha sigue firmemente a la cabeza en número de concejales. PP y Vox incrementan su representación respecto de las últimas elecciones municipales al repartirse la totalidad de los antiguos regidores de Ciudadanos, que desaparece del panorama municipal. Pero si bien en marzo, el PP, acariciaba nuevas alcaldías sin el apoyo de Vox, en abril ya no es así, cada nueva alcaldía será a costa de un pacto con la extrema derecha. Por su lado, la izquierda se reordena sin perder representación. Lo que el PSOE retrocede, lo recupera su izquierda. El mapa municipal y autonómico de la noche electoral será más azul, pero 20 días después, apenas un reducido número de pueblos y ciudades habrán cambiado de gobierno, lo que supone, para la izquierda, un arranque hacia las elecciones generales menos malo que el pronosticado en febrero.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz. (EFE/Alberto Estévez)

Sumar estaría empezando a hacer sus deberes: parar la caída de Podemos. Ahora es el PSOE quien debe demostrar que, tras el cambio de tique electoral, la oferta Sánchez-Díaz funciona y es capaz de recuperar uno o dos puntos entre sus propios indecisos y movilizar una parte de su antiguo electorado, desmovilizado por la formación de la coalición de gobierno con Podemos. Tras el movimiento de Sumar, el futuro del bloque de izquierdas depende ahora del rendimiento electoral del PSOE.

El dominio socialista de la agenda política es claramente superior, como cabe esperar de una formación en el Gobierno, con un equipo curtido en severas crisis, como demuestra el arranque de campaña del presidente Sánchez de la mano del presidente Biden en la misma Casa Blanca. Centrar el inicio de campaña en la vivienda, quitando la iniciativa a Podemos y aumentando la apuesta con anuncios de vivienda social, una competencia claramente municipal, ha proporcionado el oxígeno que los alcaldes socialistas necesitaban, mientras que el Gobierno reafirmaba su perfil más social. Al igual que la incorporación de antiguos miembros condenados de ETA en las listas municipales de Bildu ha supuesto un inesperado regalo de campaña para PP y Vox, la legalización de regadíos pretendida por la Junta de Andalucía y su riesgo para Doñana, ha sido un regalo para la izquierda. El inequívoco apoyo de la Unión Europea a la oposición del Gobierno Español a estas medidas, junto con el ambicioso paquete de ayudas al campo para hacer frente a los efectos de la sequía aprobado en el último Consejo de ministros, ha permitido al Gobierno reafirmar un perfil ecologista cultivando con esmero durante toda la legislatura, junto a la apuesta por el campo, dos opciones siempre difíciles de compaginar.

Foto: Ada Colau y Yolanda Díaz. (Sergio Beleña)
TE PUEDE INTERESAR
Tezanos infla a Sumar y le da un tercio de los votos de Iglesias en plena guerra de la izquierda
C. Rocha A. López de Miguel V. Romero. Valencia

Pero siendo fundamental la iniciativa en la agenda nacional, cualquier contienda electoral requiere, sobre todo, implantación territorial y, aquí, el terreno de juego se vuelve a equilibrar entre el PP y el PSOE. Los dos grandes partidos nacionales se asientan en alcaldías, diputaciones y parlamentos autonómicos, de una forma que el resto de las nuevas formaciones políticas no ha sido capaz de lograr. La desaparición de Ciudadanos y el declive de Podemos se explica más por su incapacidad de consolidar territorio, que por sus errores o aciertos nacionales. Una mala racha en la política nacional se aguanta, si el territorio aguanta. Pero si no hay territorio, quienes un día triunfaron en las encuestas nacionales acaban desapareciendo. Sumar es un nuevo intento de la frágil izquierda española para agrupar territorios sin bandera nacional que, al menos de momento, parece funcionar. Vox, pese a su crisis de consolidación, recibe el voto de parte de antiguos electores de Ciudadanos, lo que le permitirá incrementar su representación municipal y autonómica. Cuando PP y PSOE movilizan sus bases territoriales, lo hacen para ganar alcaldes y presidentes autonómicos, pero también para consolidar electorado con el que asaltar las instituciones nacionales, lo que convierte a las elecciones municipales y autonómicas, de forma inevitable, en una primera vuelta de las elecciones generales.

*Joan Navarro es sociólogo, profesor de Ciencia Política y de la Administración en la UCM, además de socio y vicepresidente de LLYC.

Escribo esta columna en un maravilloso rincón andaluz, rodeado de grupos de jóvenes y familias luciendo camisetas de sus respectivos equipos de fútbol horas antes de un partido. Para muchos de ellos, el desplazamiento desde otra provincia supondrá un esfuerzo extra en su ajustada economía doméstica, pero son los extras los que dan sentido al lento pasar de los días, los que nos ayudan a sobrellevarlos. Sin duda, todos queremos que gane nuestro equipo, pero es la competición, es participar lo que nos hace sentir vivos, miembros de algo, rodeados de aquellos en quienes reconocernos. A la misma hora, en plazas de toda España, miles de voluntarios están levantando pequeñas carpas, sacando pegatinas, folletos y mecheros con la insignia de su partido y el rostro de su candidato o candidata al ayuntamiento. Muy pocos son cargos públicos, incluso para quienes ocupan alguna de las más de 65.000 concejalías que se eligen el próximo 28 de mayo, formar parte del concejo municipal es, también, un esfuerzo extra que apenas pueden asumir durante unos años. Sin duda, todos desean que gane su partido, pero es el compromiso con la comunidad, compartir valores con otras personas lo que les hace sentirse útiles y a la vez, reconocidos. Cuando los medios de comunicación fijan su imagen, solo, en los políticos nacionales o autonómicos, ocultan que las elecciones municipales en España son la mayor movilización de participación popular y formación cívica de nuestra democracia.

Yolanda Díaz
El redactor recomienda