Tribuna
Por
Formas de levantar un nuevo barrio
Valdecarros es ahora mismo el mayor desarrollo urbanístico de España y uno de los principales de Europa. Dentro de 16 años, con 150.000 vecinos, será el barrio más habitado y con mayor densidad de servicios y zonas verdes de Madrid
Hablar de crecimiento urbano es hablar de ensanches. El segundo distrito de Barcelona, por mucho que ahora sea el epicentro de la ciudad condal, se hizo célebre con ese mismo nombre, el Ensanche. Del de Madrid ya casi nadie se acuerda, y eso que partía de la Puerta de Alcalá y conformó los barrios de Salamanca y Chamberí.
El proyecto de Ensanche madrileño es más o menos de la misma época que el barcelonés; lo realizó el arquitecto Carlos María de Castro y el Ayuntamiento comenzó a ejecutarlo en 1860. Visto sobre el mapa, tiene cierta semejanza con dos pulmones. Uno, en torno a Chamberí y Salamanca y el otro, desde Atocha hasta remontar el curso del Manzanares. Los dos rodeaban la almendra central, la del Madrid de los Austrias. El Marqués de Salamanca, uno de los grandes impulsores del proyecto y quien dio nombre a uno de los nuevos barrios, justificó en su época el desarrollo de la ciudad con una frase muy directa que hizo fortuna de inmediato: “Madrid se nos está quedando chico”.
Pasaron algo más de cien años hasta que Madrid volvió a quedarse chico. Sucedió a comienzos de los ochenta, en plena Transición. Ayuntamiento y Comunidad decidieron suspender el crecimiento de la capital. Durante casi dos décadas prefirieron un modelo centrífugo, donde solo crecían las poblaciones de alrededor. Entre 1981 y 1996 la Villa y Corte perdió 300.000 habitantes mientras el resto de la Comunidad ganó más del doble. Esa diáspora del centro sigue siendo responsable de buena parte de los atascos de entrada y salida a Madrid, y también de las posteriores alzas de precios de las viviendas, inevitables ante la acusada escasez de la oferta en su interior.
Casi treinta años después, Madrid está en condiciones de acometer un nuevo ensanche hacia los llamados desarrollos del sureste. Comprenden cuatro nuevos barrios que cierran el crecimiento de la capital al sureste de los barrios de Salamanca y Atocha, equilibrando la movilidad y la calidad de vida en el conjunto urbano. Serán además claves para consolidar la oferta de nueva vivienda asequible en la ciudad.
De las 150.000 viviendas nuevas previstas para Madrid en esta y la próxima década, más de 100.000 se edificarán en el sureste. De ellas, más de 50.000 estarán en Valdecarros, el principal barrio de ese nuevo desarrollo. Por eso, cualquier política eficaz para abaratar la vivienda en Madrid pasará por Valdecarros, donde Ayuntamiento y Comunidad son propietarios del 36% de los nuevos pisos previstos. La Comunidad ya ha anunciado que el precio de sus promociones será entre un 30% y un 40% inferior al del mercado.
La planificación de este nuevo barrio se ha cuidado hasta el mínimo detalle. La urbanización se puso en marcha en 2021 y cada vez avanza más deprisa. Valdecarros se urbanizará y edificará a lo largo de ocho fases en los próximos 16 años. La edificación de las tres primeras, con 13.500 viviendas, comenzará en 2025. En la urbanización se invertirán más de 1.500 millones de euros, que aumentan hasta 7.500 millones de euros si se incluye la edificación. Estamos probablemente ante uno de los mejores ejemplos de colaboración urbanística público-privada. El Ayuntamiento y la Comunidad han compartido protagonismo con relevantes entidades financieras como Sareb y Santander y promotores residenciales como Pryconsa, Oncisa y Zapata, a los que en los últimos meses se han sumado compañías tan relevantes como Azora, Ebrosa, Habitat o Aedas Homes.
No es nada fácil encontrar un nuevo desarrollo de primer nivel en el interior de una gran ciudad. Valdecarros es ahora mismo el mayor de toda España y uno de los mayores de Europa. Dentro de 16 años, con 150.000 vecinos, será el barrio más habitado y con mayor densidad de servicios y zonas verdes de todo Madrid. Conforma un proyecto urbanístico flexible en ocho etapas, capaz de adaptarse a lo largo del tiempo a las nuevas exigencias de los madrileños.
Con Valdecarros, Madrid tardará en volver a quedarse chico.
Luis Roca de Togores es presidente de Valdecarros Madrid
Hablar de crecimiento urbano es hablar de ensanches. El segundo distrito de Barcelona, por mucho que ahora sea el epicentro de la ciudad condal, se hizo célebre con ese mismo nombre, el Ensanche. Del de Madrid ya casi nadie se acuerda, y eso que partía de la Puerta de Alcalá y conformó los barrios de Salamanca y Chamberí.