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Sin pacto de gobierno en Ceuta entre PP y PSOE: la ciudad sale perdiendo
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Ignacio Cembrero

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Sin pacto de gobierno en Ceuta entre PP y PSOE: la ciudad sale perdiendo

La ciudad autónoma es vulnerable a la inmigración irregular y a las asfixias de Marruecos, mientras que Vox pone además en riesgo la convivencia con la gran minoría musulmana

Foto: Juan Jesús Vivas (PP) toma posesión como presidente de Ceuta. (EFE/Reduan)
Juan Jesús Vivas (PP) toma posesión como presidente de Ceuta. (EFE/Reduan)
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Si hay una ciudad en España vulnerable y asfixiada económicamente, esa es Ceuta. Quedó una vez más demostrado en mayo de 2021, cuando más de 10.000 inmigrantes, la quinta parte menores de edad, entraron en la ciudad. Queda demostrado a diario cuando Rabat no cumple con su compromiso, apalabrado el 7 de abril de 2022, de permitir la apertura de una aduana comercial con Marruecos y ni siquiera aplica en la frontera terrestre el llamado régimen de viajeros. Por eso a Ceuta, y también a Melilla, se la menciona en la Estrategia de Seguridad Nacional y está, además, en preparación un Plan Integral de Seguridad para ese territorio de 85.000 habitantes y 18,5 kilómetros cuadrados.

Si hay una ciudad en España cuyo alcalde del Partido Popular ha sido leal al Gobierno de coalición, esa es Ceuta. Juan Jesús Vivas, presidente de la ciudad desde 2001, lo demostró en esos días de mayo de 2021, coincidiendo con la invasión migratoria, y en otras muchas ocasiones. Ha agradecido efusivamente todas las visitas del presidente Pedro Sánchez a la ciudad. Llegó incluso a suscribir, en febrero pasado, un comunicado conjunto con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, al que no daba mucho crédito. Ensalzaba el "proceso de apertura gradual y ordenada" de esa aduana con Marruecos que sigue sin existir y, probablemente, no existirá nunca.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante el viaje a Marrakech. (EC)

Si hay una ciudad en España donde un partido político con respaldo ciudadano amenaza la convivencia, esa es Ceuta. Vox, ahora tercera fuerza política en Ceuta, es allí mucho más radical que su dirección nacional. Prueba de ello son los ataques proferidos por sus cabecillas locales contra los diputados musulmanes en la Asamblea de Ceuta, una ciudad en la que más del 40% de la población practica esa religión. Nada parecido sucede con Vox en Melilla. A esos diputados les acusaron de ser "marroquíes encubiertos", de secundar la yihad y les instaron a presentarse a las elecciones en Marruecos y no en España.

Prueba de ello también son esos mensajes de WhatsApp intercambiados entre su cúpula y que salieron a la luz en enero de 2020, provocando la renuncia de dos de los diputados de Vox. "La tercera guerra mundial tendrá que empezar algún día y será contra el islam", escribió, por ejemplo, entonces Francisco Ruiz, un policía en excedencia y diputado de Vox. Dos años después, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Juan Sergio Redondo, líder local de Vox, publicó en Twitter que Vladímir Putin "solo pide respeto para sus fronteras", pero que ni "EEUU, ni la UE, ni la OTAN lo están haciendo". "Ya está bien de provocar y después aparecer como víctimas", concluyó. La dirección del partido le instó a borrar sus tuits.

Tras las elecciones de mayo, el PP resultó vencedor, pero de nuevo sin mayoría absoluta

Si hay una ciudad en España donde el PP está dispuesto a gobernar con el PSOE, y no con Vox, esa es Ceuta. En las elecciones municipales de 2019, el PP de Vivas no obtuvo ya la mayoría absoluta y empezó a colaborar con Vox, que era entonces la segunda fuerza política, sin permitirle entrar en el Ejecutivo local. Vivas salió escaldado de esa experiencia y, en noviembre de 2020, pactó con el PSOE para seguir gobernando con su respaldo toda la legislatura. Tras las elecciones de mayo, el PP resultó vencedor, pero de nuevo sin mayoría absoluta.

Vivas quiso repetir la misma fórmula de gobierno, pero se mostró también dispuesto a dar entrada al PSOE —que facilitó su investidura como presidente— en su Ejecutivo. Barajó, por otra parte, la opción de incorporar al equipo de gobierno el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), un partido con el que se identifican muchos musulmanes y que está integrado en Sumar. Explicó su empeño en ampliar su base parlamentaria porque hay que "garantizar la estabilidad y tener capacidad de gobierno para afrontar los desafíos" que tiene la ciudad.

Foto: El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, durante la rueda de prensa ofrecida el 2 de mayo de 2022. (EFE/Sergio Pérez)

Si hay una ciudad de España donde el PSOE deseaba gobernar en coalición con el PP, esa es Ceuta. Juan Gutiérrez, secretario general de los socialistas ceutíes, declaró el 28 de julio a la televisión local que en la legislatura que arrancaba su partido no quería seguir dando "apoyos puntuales" a Vivas "como hasta ahora" sino integrar "un Gobierno de coalición". Quería recibir su recompensa por ese respaldo continuado. Con tal propósito, Gutiérrez empezó incluso a negociar con el PP. Aspiraba a obtener tres consejerías (Barriadas, Sanidad y Turismo) y la dirección de cuatro empresas municipales. Seis días después de la declaración de Gutiérrez, el PSOE de Ceuta hizo, sin embargo, público un comunicado en el que aseguraba que "en la actualidad no hay ni puede haber un pacto de gobierno con el PP de Feijóo". No dio más explicaciones.

"Esto es lo que recibe Ceuta [de Pedro Sánchez] como agradecimiento" por su lealtad, comentó Vivas al enterarse del cambio de parecer de los socialistas ceutíes. Sacó la conclusión de que "la dirección nacional del PSOE vetaba cualquier acuerdo sin presentar ningún argumento". Los diarios de Madrid afines a la izquierda hicieron la misma interpretación del rechazo del PSOE ceutí a formar una coalición con el PP: la orden partió de la secretaría general del partido en la madrileña calle Ferraz. Y Ceuta salió perdiendo.

Si hay una ciudad en España vulnerable y asfixiada económicamente, esa es Ceuta. Quedó una vez más demostrado en mayo de 2021, cuando más de 10.000 inmigrantes, la quinta parte menores de edad, entraron en la ciudad. Queda demostrado a diario cuando Rabat no cumple con su compromiso, apalabrado el 7 de abril de 2022, de permitir la apertura de una aduana comercial con Marruecos y ni siquiera aplica en la frontera terrestre el llamado régimen de viajeros. Por eso a Ceuta, y también a Melilla, se la menciona en la Estrategia de Seguridad Nacional y está, además, en preparación un Plan Integral de Seguridad para ese territorio de 85.000 habitantes y 18,5 kilómetros cuadrados.

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