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El papel de la seguridad privada en la sociedad actual
El aumento de riesgos en un entorno cada vez más complejo y globalizado, el desarrollo tecnológico y la internacionalización, incrementan la necesidad de proteger a ciudadanos, empresas e infraestructuras críticas
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el sector de la seguridad privada emplea entre 20 y 25 millones de personas en todo el mundo, una cifra en aumento debido a la proliferación de riesgos transnacionales como el crimen organizado y el ecosistema delictivo que genera. En países como Estados Unidos, el número de guardias de seguridad supera con creces al de policías, y en regiones como América Latina, con más de cuatro millones de empleados, el aumento de homicidios, secuestros y extorsiones ha llevado a una mayor dependencia de la seguridad privada. En Europa, el sector emplea a más de 2,5 millones de personas, según la Confederación Europea de Servicios de Seguridad.
Las estimaciones actuales y proyecciones de los próximos años apuntan a una expansión del mercado global de la seguridad privada, con una tasa anual de crecimiento compuesta (CAGR) muy por encima de la inflación.
La expansión del sector no se limita a la cantidad de personas empleadas, sino también a la diversificación de actividades. La seguridad privada ha asumido una amplia gama de funciones que antes eran responsabilidad exclusiva de las fuerzas públicas, mientras que a la vez han surgido nuevas demandas de seguridad y nuevas respuestas. Algunos ejemplos, a nivel internacional y con foco en vigilancia, son las vigilancias móviles, el apoyo a la investigación policial y análisis forense, el control del tráfico y la movilidad urbana, la protección del medio ambiente, la seguridad en centros de detención y pasos fronterizos o la respuesta a emergencias, donde la seguridad privada ha mostrado su capacidad para un despliegue rápido y flexible.
A nivel tecnológico, el ámbito privado ha avanzado notablemente con el uso de cámaras inteligentes y sensores conectados para monitoreo en tiempo real. La IA se emplea para análisis predictivo y la detección de patrones y anomalías, mientras que robots y drones autónomos mejoran la vigilancia y patrullaje de áreas extensas. La seguridad en la nube facilita la gestión remota de sistemas, y las soluciones avanzadas de control de accesos y biometría incrementan la seguridad en instalaciones sensibles.
"El ámbito privado ha avanzado notablemente con el uso de cámaras inteligentes y sensores conectados para monitoreo en tiempo real"
El análisis de datos masivos permite monitorear actividades en tiempo real, identificar comportamientos sospechosos y anticipar posibles incidentes. La integración de algoritmos de machine learning en estos sistemas potencia la capacidad de aprender de datos históricos y generar alertas mucho más precisas. Además, la consolidación de múltiples fuentes de datos ayuda a las empresas a obtener una visión más completa y detallada del entorno, mejorando el proceso de toma de decisiones y permitiendo evolucionar desde enfoques reactivos hacia modelos proactivos y anticipatorios.
En este contexto en el que las personas, la tecnología y los datos se retroalimentan creando un ecosistema colosal de información, la colaboración entre el sector público y privado es esencial para enfrentar la magnitud y diversidad de las amenazas actuales. A su vez, es una asignatura pendiente que, a nivel mundial, debe evolucionar en los próximos años. Esta sinergia entre lo público y lo privado no solo optimizaría recursos, sino que permitiría una respuesta más rápida ante incidentes de seguridad.
La colaboración entre el sector público y privado es esencial para enfrentar la magnitud y diversidad de las amenazas actuales
El crecimiento y diversificación del sector, en un proceso de transformación digital similar al del resto de las industrias, implica una profesionalización continua del mismo para asegurar la máxima eficacia operativa en las funciones de seguridad. La actualización y anticipación ante el volátil entorno de la seguridad exige una formación y capacitación permanentes. Estos profesionales son, a menudo, la primera línea de defensa en la protección de personas y bienes, lo que hace imprescindible que cuenten con las habilidades, conocimientos y apoyos tecnológicos necesarios para enfrentar situaciones cada vez más complejas.
La combinación de expertos, tecnología avanzada y análisis de datos, base del modelo de Seguridad Híbrida desarrollado por Prosegur, es clave para enfrentar los retos actuales. Esta sinergia permite anticipar amenazas, optimizar respuestas y adaptarse a un entorno cambiante. Solo integrando el conocimiento humano con el poder de la tecnología y los datos podremos garantizar una seguridad más efectiva y eficiente para el futuro.
*Fernando Abós es CEO de Prosegur Security.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el sector de la seguridad privada emplea entre 20 y 25 millones de personas en todo el mundo, una cifra en aumento debido a la proliferación de riesgos transnacionales como el crimen organizado y el ecosistema delictivo que genera. En países como Estados Unidos, el número de guardias de seguridad supera con creces al de policías, y en regiones como América Latina, con más de cuatro millones de empleados, el aumento de homicidios, secuestros y extorsiones ha llevado a una mayor dependencia de la seguridad privada. En Europa, el sector emplea a más de 2,5 millones de personas, según la Confederación Europea de Servicios de Seguridad.
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