La prueba de accidentes laborales en tiempos de teletrabajo

El número de fallecidos por accidentes laborales en el año 2020 ascendió a 780 personas según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, 53 más que en 2019. Entre las principales causas de este aumento se encuentra la pandemia de la Covid-19, crisis que también ha acarreado un alarmante auge de los problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad, por la intensificación de la carga de trabajo que han asumido muchos profesionales. La situación se ha visto agravada por la inicial falta de regulación del trabajo a distancia y, actualmente, por su todavía frecuente incumplimiento, incluso desconocimiento.

En principio, la ausencia de desplazamiento del profesional en régimen de teletrabajo puede asociarse a un menor riesgo de accidente laboral. Sin embargo, la crisis sanitaria ha evidenciado hasta qué punto las jornadas laborales desde el domicilio también acarrean riesgos físicos y, especialmente, psicológicos. Problemas de vista o dolores musculares pueden ser consecuencia directa de la falta de un equipamiento adecuado para la salud del trabajador, pero, ¿cómo medir y prevenir las repercusiones para la salud emocional?

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A raíz de la pandemia, el “lugar de trabajo” se ha convertido en un concepto difuso, pues en un elevado número de casos el domicilio se ha convertido en un entorno en el que se entremezcla vida personal y profesional hasta límites en los que la desconexión digital es prácticamente inexistente. Según el informe Mental Health Report de QBE Insurance Group, más de un 25% de los trabajadores españoles sufren problemas relacionados con la salud mental. Por su parte, una encuesta de Ipsos realizada a finales del año 2020 a trabajadores de 28 países desveló que el 44% de los participantes trabajaban a horas no convencionales, en el contexto del régimen de teletrabajo por la pandemia de la Covid-19.

A estos alarmantes datos se suma la complejidad que supone probar la naturaleza laboral de los accidentes que ocurren en el domicilio. La evaluación de riesgos por parte de la empresa en la modalidad de trabajo a distancia debe encontrar el equilibrio entre las obligaciones del empleador en materia preventiva y la intimidad del trabajador. Como establece la Ley 10/2021 sobre trabajo a distancia, "la evaluación de riesgos únicamente debe alcanzar a la zona habilitada para la prestación de servicios, no extendiéndose al resto de zonas de la vivienda o del lugar elegido para el desarrollo del trabajo a distancia".

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Ante la complejidad de las diferentes clases y niveles de gravedad de los accidentes laborales y la dificultad de su prueba ante los tribunales, el análisis e informe de un perito judicial resulta de esencial utilidad. La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, regula las garantías y responsabilidades básicas que deben asumir las empresas para establecer un adecuado nivel de protección de la salud de los profesionales frente a los riesgos derivados de las condiciones de trabajo. Estos riesgos incluyen los daños causados en el entorno laboral y enfermedades, patologías y lesiones provocadas como consecuencias de la actividad profesional y que pueden conllevar asistencia sanitaria, indemnizaciones y declaraciones de incapacidad.

La Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia establece que “La evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva del trabajo a distancia deberán tener en cuenta los riesgos característicos de esta modalidad de trabajo, poniendo especial atención en los factores psicosociales, ergonómicos y organizativos y de accesibilidad del entorno laboral efectivo. En particular, deberá tenerse en cuenta la distribución de la jornada, los tiempos de disponibilidad y la garantía de los descansos y desconexiones durante la jornada”.

Ante la complejidad que presenta un accidente laboral ante un tribunal, el análisis de un perito judicial resulta esencial

Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de cumplir con esta política diligentemente y seguir con precisión los protocolos de prevención que ayudan a proteger a sus empleados de cualquier tipo de accidente. Cubrir a los trabajadores con seguros médicos o costear los daños que ocurran en el entorno de trabajo o en sus desplazamientos ya no son medidas suficientes. Las compañías deben ir más allá y fijar medidas de protección preventiva del bienestar psicológico del trabajador para evitar problemas como la ansiedad y la depresión, derivados a su vez de situaciones como la soledad, la incertidumbre y la sobrecarga de trabajo. Asimismo, entra en juego la cada vez más compleja delimitación entre vida profesional y personal en el contexto del teletrabajo, mediante el respeto de horarios, descanso y derecho a la desconexión digital del empleado.

En los casos en los que conflictos relativos a las anteriores cuestiones derivan en una denuncia del empleado a su empresa, los peritos judiciales laborales determinan los daños o lesiones, sus causas, posibles negligencias por parte del trabajador o de la empresa y fallos en el funcionamiento de dispositivos de seguridad y maquinaria, entre otros aspectos. Para ello, apoyan su investigación en las diferentes normativas técnicas y de prevención de riesgos laborales, así como los ensayos y comprobaciones pertinentes. En definitiva, esta figura está cobrando una creciente importancia a la hora de recabar las pruebas en un conflicto del entorno laboral, en un contexto en el que los límites que separan el entorno profesional y el personal son cada vez más confusos.

* Albert Galán Llongueras es socio fundador de Perito Judicial Oficial.