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La abogacía de empresa: motor de transformación y liderazgo en el entorno corporativo
El futuro de las organizaciones dependerá, en gran medida, de la capacidad de los abogados para guiar a las empresas hacia modelos de negocio más sostenibles, éticos y transparentes
En los últimos años, la abogacía de empresa ha experimentado una evolución profunda. Los abogados de empresa han pasado a convertirse en actores estratégicos clave dentro de las organizaciones, impulsando el cambio y coliderando la toma de decisiones. Este nuevo rol, de mucho mayor impacto, responde a la creciente complejidad del entorno regulatorio y económico global, donde las empresas necesitan el liderazgo de profesionales jurídicos capaces de enfrentarse a desafíos cada vez más complejos y de ámbito global, abarcando diversos ángulos, desde las cuestiones legales a la prevención y gestión de riesgos de toda índole, económicos, geopolíticos, tecnológicos y medioambientales, además de los reputacionales.
Hoy, los abogados de empresa no solo dominan el marco legal, sino que comprenden profundamente, y de forma holística, el negocio y contribuyen de manera activa al desarrollo estratégico de las compañías. Según el "I Estudio integral sobre la situación de la abogacía madrileña", el 20% de los abogados colegiados en el ICAM se dedican a la abogacía de empresa. Este colectivo, además de destacar por su número, se sitúa a la cabeza en cuanto a nivel de ingresos, lo que refleja el gran valor estratégico que las empresas atribuyen a su función, reconociendo su capacidad no solo para asegurar el cumplimiento normativo, sino para liderar la transformación corporativa en un entorno cada vez más incierto.
Con más de dos décadas de experiencia a la cabeza de la dirección legal de grandes multinacionales, he sido testigo directo de cómo la abogacía de empresa se ha integrado en el centro de las decisiones corporativas. Los abogados de empresa ahora juegan un papel decisivo en áreas como la transformación digital, la gestión de riesgos y el liderazgo y la sostenibilidad.
Uno de los retos más urgentes y significativos a los que se enfrentan las organizaciones en la actualidad es la necesidad de integrar la sostenibilidad, ética, social y gobernanza en la estrategia. Los abogados de empresa están llamados a actuar como garantes de que las decisiones en la organización no solo cumplan con la normativa, sino que también estén alineadas con los valores sociales y medioambientales que demanda la sociedad.
El marco ESG va mucho más allá del cumplimiento regulatorio. Requiere una comprensión integral de cómo las acciones empresariales impactan en la sociedad, el medio ambiente y la gobernanza corporativa. Los abogados de empresa desempeñan un papel clave en la implementación de políticas que promuevan prácticas sostenibles, desde la reducción de la huella de carbono hasta la garantía de que las cadenas de suministro respeten los derechos humanos y el medioambiente. En este sentido, somos los custodios de una profunda transformación enraizada en valores corporativos sólidos que no solo protege a las empresas de riesgos legales y reputacionales, sino que también impulsa su crecimiento en un entorno global sostenible.
Otra área crucial es el ejercicio de nuestra función en la era digital. Las organizaciones están inmersas en un proceso acelerado de digitalización que afecta tanto a sus operaciones como a su estructura interna. La incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial están redefiniendo la forma en que se prestan los servicios jurídicos.
La capacidad de adaptación tecnológica no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad. Los abogados de empresa estamos llamados a liderar esta innovación junto con el negocio, asegurando que las organizaciones mantengan su competitividad en un entorno global cada vez más digitalizado y dinámico. Desde la ciberseguridad hasta la protección de datos, no debemos olvidar que nuestra función es garantizar que la transformación tecnológica esté alineada con las exigencias legales y éticas, protegiendo a las empresas y a sus stakeholders.
Liderar con propósito
Como abogada de empresa hasta recientemente y asesora miembro del Consejo de Administración de varias empresas, he tenido la oportunidad de observar cómo nuestra labor contribuye a que las empresas no solo cumplan con sus obligaciones legales, sino que operen de manera ética y responsable en un mundo interconectado. En un entorno en el que las decisiones empresariales tienen repercusiones globales, nuestro trabajo es asegurar que esas decisiones estén respaldadas por un sólido análisis jurídico y alineadas con los principios de sostenibilidad y justicia.
La abogacía de empresa ha avanzado mucho, pero aún queda camino por recorrer. Desde el ICAM, estamos comprometidos con proporcionar a los abogados de empresa las herramientas necesarias para que puedan seguir liderando la transformación de sus organizaciones. La independencia profesional, la protección del secreto profesional y la formación continua son pilares esenciales para que sigamos siendo motores de innovación y cambio.
El futuro de la abogacía de empresa
El futuro de las organizaciones dependerá, en gran medida, de nuestra capacidad para guiar a las empresas hacia modelos de negocio más sostenibles, éticos y transparentes. Como abogada de empresa, seguiré trabajando para que nuestro colectivo continúe liderando este cambio necesario, con el respaldo del Colegio de la Abogacía de Madrid y la dignidad de nuestra labor.
Porque la abogacía de empresa no solo protege: también impulsa, innova y transforma. Y en un mundo en constante cambio, nuestro papel como líderes estratégicos será más crucial que nunca para construir un futuro corporativo que responda a los desafíos éticos, tecnológicos y sociales que se avecinan.
* Ana Buitrago, diputada responsable de Abogacía de Empresa del ICAM.
En los últimos años, la abogacía de empresa ha experimentado una evolución profunda. Los abogados de empresa han pasado a convertirse en actores estratégicos clave dentro de las organizaciones, impulsando el cambio y coliderando la toma de decisiones. Este nuevo rol, de mucho mayor impacto, responde a la creciente complejidad del entorno regulatorio y económico global, donde las empresas necesitan el liderazgo de profesionales jurídicos capaces de enfrentarse a desafíos cada vez más complejos y de ámbito global, abarcando diversos ángulos, desde las cuestiones legales a la prevención y gestión de riesgos de toda índole, económicos, geopolíticos, tecnológicos y medioambientales, además de los reputacionales.