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Hacia un cielo único europeo: luces y sombras de la gran reforma de la navegación aérea
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Hacia un cielo único europeo: luces y sombras de la gran reforma de la navegación aérea

La resistencia de algunos Estados miembros a ceder competencias y las concesiones realizadas para obtener su apoyo han suscitado dudas sobre la efectividad de la reforma

Foto: Un avión aterriza en un aeropuerto. (EFE)
Un avión aterriza en un aeropuerto. (EFE)

El Cielo Único Europeo (Single European Sky, SES) es una iniciativa ambiciosa de la Unión Europea (UE) que se lanzó en 2004 con el objetivo de unificar el espacio aéreo europeo y establecer un sistema de gestión de tráfico aéreo (ATM) más eficiente, seguro y sostenible. Esta reforma pretende optimizar las rutas de vuelo, reducir los tiempos de espera, minimizar las emisiones de CO₂ y fortalecer la competitividad del sector aeronáutico europeo. Sin embargo, casi dos décadas después, la implementación del SES sigue enfrentando importantes desafíos y críticas que podrían limitar su efectividad.

El SES fue concebido para mejorar sustancialmente la eficiencia en la gestión del tráfico aéreo y los servicios de navegación aérea (ANS). Las expectativas iniciales incluían triplicar la capacidad del espacio aéreo europeo, reducir los costos operativos a la mitad, incrementar la seguridad por un factor de diez y optimizar el rendimiento ambiental en un 10%. Estos avances no solo reforzarían la competitividad del sector aeronáutico europeo, sino que también contribuirían a reducir la huella de carbono de la aviación, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de la UE.

En una señal de progreso reciente, el Parlamento Europeo aprobó, el 22 de octubre de 2024, una serie de reformas para fortalecer el SES, estableciendo objetivos vinculantes y medidas incentivadoras que promuevan la eficiencia y la sostenibilidad en la aviación. Entre estas reformas se incluye una disposición para que la Comisión Europea analice cómo las tasas cobradas a los usuarios del espacio aéreo, como aerolíneas y operadores privados, pueden fomentar prácticas más sostenibles. Esto busca incentivar el uso de rutas optimizadas y tecnologías limpias, incluyendo combustibles alternativos sostenibles. Además, la Comisión establecerá objetivos de rendimiento comunitarios en términos de capacidad, rentabilidad y factores ambientales, los cuales se revisarán cada tres años para asegurar una mejora constante en los servicios de navegación aérea.

No obstante, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha expresado un descontento significativo con la última fase del acuerdo del SES, calificándolo de “fracaso”. Argumentan que el acuerdo actual se aleja de la visión original del SES, y que las concesiones realizadas a los intereses nacionales obstaculizan la consecución de los beneficios previstos. Según la IATA, las decisiones adoptadas en el marco del SES 2+ no solo impedirán que el proyecto alcance su objetivo de modernización, sino que también impactarán negativamente en la competitividad europea y retrasarán los esfuerzos de descarbonización. Estas concesiones, advierte la IATA, limitan la capacidad del SES para transformar la gestión del tráfico aéreo en Europa, haciendo que las aerolíneas, los pasajeros y el medio ambiente asuman los costos de demoras más largas, mayores precios y emisiones innecesarias.

En el caso de España, la implementación del SES ha contado con el respaldo de los fondos europeos NextGenerationEU. Enaire, la entidad nacional de navegación aérea ha recibido una asignación de 107,3 millones de euros para apoyar el desarrollo del SES en el país. Esta financiación permitirá a Enaire invertir en tecnologías avanzadas e investigación, facilitando su integración en el sistema SES y contribuyendo a una navegación aérea más eficiente y sostenible. Sin embargo, el avance de España en este contexto podría verse limitado por las decisiones y concesiones tomadas a nivel europeo.

Aunque la reforma del Cielo Único Europeo representa un paso importante hacia una gestión aérea más sostenible y unificada, la resistencia de algunos Estados miembros a ceder competencias y las concesiones realizadas para obtener su apoyo han suscitado dudas sobre su efectividad. Los objetivos de sostenibilidad y eficiencia se ven comprometidos por las críticas de la IATA, que advierte del posible impacto negativo en la competitividad europea y del retraso en la reducción de emisiones necesarias para cumplir con los compromisos climáticos.

* Olivia López-Ibor Jaume, socia de López-Ibor Abogados.

El Cielo Único Europeo (Single European Sky, SES) es una iniciativa ambiciosa de la Unión Europea (UE) que se lanzó en 2004 con el objetivo de unificar el espacio aéreo europeo y establecer un sistema de gestión de tráfico aéreo (ATM) más eficiente, seguro y sostenible. Esta reforma pretende optimizar las rutas de vuelo, reducir los tiempos de espera, minimizar las emisiones de CO₂ y fortalecer la competitividad del sector aeronáutico europeo. Sin embargo, casi dos décadas después, la implementación del SES sigue enfrentando importantes desafíos y críticas que podrían limitar su efectividad.

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