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El inmenso valor de un simple paseo por el campo
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Jose Luis Gallego

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El inmenso valor de un simple paseo por el campo

Recuperar el contacto con la naturaleza, ya sea con la más próxima y cotidiana —un parque, un bulevar arbolado, un camino por las afueras— puede ayudarnos a serenar el ánimo en estos tiempos de incertidumbre

Foto: Un sendero hacia el bosque. (José Luis Gallego)
Un sendero hacia el bosque. (José Luis Gallego)

Nos ocurre cada vez que tenemos un traspié de salud, cuando superamos un incidente que ha puesto en riesgo nuestra vida o la de aquellos que nos son imprescindibles. En esos momentos, vencido el sobresalto, volvemos a poner en valor lo esencial, lo básico: aquello sobre lo que hemos ido edificando el resto pero que sigue siendo la base de todo.

"La simplicidad es la ley de la naturaleza, tanto para los hombres como para las flores". La frase es del naturalista y escritor norteamericano Henry David Thoreau (1817 - 1862), uno de los mayores y mejores cronistas de la vida simple y en pleno contacto con la naturaleza, de quien este 2022 se cumplirán 160 años de su muerte.

Thoreau nos propone recuperar una forma de existencia basada en la colaboración mutua y la solidaridad con los demás y con el entorno

Siempre es un buen momento para volver a Thoreau (algunos nunca nos hemos alejado demasiado de él), pero en estos días en los que la incertidumbre y el desasosiego vuelven a asediarnos, su relectura es especialmente reconfortante y del todo recomendable.

En 1845, agobiado por su ajetreado y convulso ritmo de vida (que incluyó su paso por la cárcel), decidió instalarse en una cabaña de madera construida por él mismo en mitad del bosque, junto a un lago situado a las afueras de la pequeña población de Concord, Massachusetts (EEUU). No era un territorio montaraz ni estaba rodeado de naturaleza salvaje, sino un lugar apacible en un entorno más bien doméstico.

Foto: La niebla parece esconder muchos misterios. (Unsplash)

Instalado a orillas del lago Walden, en un espartano cobertizo apenas equipado con lo más básico, Thoreau se dedicó a paladear la vida en soledad durante más de dos años, dando paseos por el campo y anotando sus reflexiones en un cuaderno que se convertiría en una de las obras maestras de la literatura universal: Walden o la vida en los bosques.

placeholder Estatua de Thoreau en Massachusetts. (Reuters/B. Snyder)
Estatua de Thoreau en Massachusetts. (Reuters/B. Snyder)

Walden es un libro que destila existencialismo y amor a la naturaleza: "Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome solo a los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñarme, no fuera que, al llegar el momento de morir, descubriera que no había vivido la vida, pues vivir es algo maravilloso".

Para todo amante de la naturaleza se trata de una de las lecturas indispensables. Pero el Walden es mucho más que uno de los textos iniciáticos del ecologismo, pues no solo defiende la necesidad de respetar y proteger el medio ambiente, sino que también predica (ojo: se publicó en 1854) el abandono del consumismo para abrazar la vida simple y recuperar una forma de existencia basada en la colaboración mutua y la solidaridad con los demás y con el entorno. Se pueden plantear propósitos mucho más bellos y loables en la vida, pero no mucho más.

Foto: Una nueva forma de entender las vacaciones y nuestra relación con la naturaleza. (Unsplash/@pichler_sebastian)

Desde su soledad buscada (aunque no demasiado alejada ni escrupulosamente practicada, todo hay que decirlo) Thoreau halló consuelo en los paseos por el entorno, sintiendo el pulso de las estaciones, el tránsito de las especies y de los espacios, descubriendo la intimidad que puede llegar a unirnos a las criaturas de la naturaleza, ya sean animales o plantas.

Cada vez existen más evidencias científicas que demuestran el poder curativo para el organismo de los paseos por el campo (especialmente entre los árboles). Pero más allá de eso, demostrado que en el alejamiento de la naturaleza radican buena parte de los males que nos aquejan como individuos y como sociedad, es oportuno señalar el inmenso valor de un simple paseo por el campo, especialmente en estos momentos de zozobra anímica ante el sexto envite de la pandemia.

placeholder Henry David Thoreau.
Henry David Thoreau.

La editorial Errata Naturae publicó en 2017, con motivo del bicentenario de su nacimiento, las principales obras de Thoreau, incluido un compendio de fragmentos y aforismos ('Todo lo bueno es libre y salvaje') de sus libros, en los que se ensalza la felicidad de caminar al aire libre sin otro afán que el de admirar. Su lectura es una seductora invitación a ponerlo en práctica.

Nos ocurre cada vez que tenemos un traspié de salud, cuando superamos un incidente que ha puesto en riesgo nuestra vida o la de aquellos que nos son imprescindibles. En esos momentos, vencido el sobresalto, volvemos a poner en valor lo esencial, lo básico: aquello sobre lo que hemos ido edificando el resto pero que sigue siendo la base de todo.

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