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Miguel de Juan Fernández

A Bordo del Argos

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Este año toca subir…

“Dijo el Sargento: ¡Sigan avanzando!... y como Van Zando no sabía dónde ir se perdieron todos.” Anónimo (al menos para mí)  

Dijo el Sargento: ¡Sigan avanzando!... y como Van Zando no sabía dónde ir se perdieron todos.”

Anónimo (al menos para mí)

 

“Muchos gestores, parece, creen a) que realmente pueden predecir lo que sucederá con los mercados y cuales activos lo harán mejor o b) que sus clientes esperan de ellos que sean capaces de hacerlo y de actuar como si pudieran. Por tanto saltan cada año de un lado a otro con una cartera que les reportará grandes beneficios si sus estimaciones son correctas…y viceversa.

Los resultados sugieren que muy pocos gestores realmente conocen lo que deparará el futuro y aún así muchos siguen intentando hacer dinero vía selección de acciones y market timing incluso en los mercados más eficientes. Cuando sus carteras se aprecian se vanaglorian de su sabiduría, sin admitir nunca cuando tienen razón por motivos no previstos. Cuando están equivocados, se lamentan de las circunstancias que conspiraron contra ellos y explican que ellos estaban fundamentalmente en lo cierto pero por pura mala suerte no acertaron con el momento o la casualidad. Entonces, se embarcan en nuevas predicciones sin nunca publicar un histórico que permita juzgar sus resultados como pronosticadores.”

Howard Marks- How the game should be played -1995

Sé que el título os habrá animado pensando que me había vuelto loco e iba a daros una estimación sobre lo que hará el mercado. No, lo siento pero no voy por ahí. De hecho ya sabéis que no hago predicciones y que os insisto siempre en que no os preocupéis por ellas. El título va más en la línea de algunos de los informes y predicciones que he leído al respecto por ejemplo en los que se nos comenta que dado que históricamente la probabilidad de que se produzcan tantos años seguidos de recortes en la bolsa es menor de no sé cuánto… entonces lo más probable es que este próximo año la bolsa suba…y teniendo en cuenta lo que ha pasado en otras ocasiones el rango más habitual de subidas en dicho año es del orden del tanto por ciento.

Vale, pues estupendo. Como hemos hablado en otras ocasiones yo no pierdo mucho tiempo pensando si subirá o caerá el mercado. Bien es cierto que tampoco va a seguir cayendo eternamente, de igual forma que nunca subirá hasta el infinito- pero esto no suele preocupar a muchos inversores que luego se encuentran de sopetón con la sorpresa-. Como os escribí en otro artículo sí es muy posible que 2013 sea un año de subidas en la bolsa española y que la probabilidad de que existan tantos años seguidos de recorte es muy pequeña. Sin embargo el que una probabilidad sea muy pequeñita, incluso diminuta, no significa que no pueda ocurrir. Dejadme contaros un caso.

Hace años, cuando trabajaba en una entidad de banca privada se nos “planteó” la posibilidad de ofrecer a nuestros clientes un producto estructurado que funcionaba de la forma siguiente: pagaría al inversor (que por cierto, se ofrecía también a las posiciones de tesorería de empresas… que hay que ser) el Euribor más un 1%; pero esto no iba a ser sin problemas claro. El Euribor de aquella estaba cotizando entorno al 4% con lo cual se “ofrecía” como la posibilidad de ganar sin muchos problemas un 5% aproximadamente y sin mucho riesgo. Pero, como os digo, existía una pega, un ligero inconveniente, ¡una fruslería vaya! Esa fruslería consistía en que el producto se cancelaría si el Eurostoxx50 caía de un día a otro más de un 15%.

La probabilidad de ocurrencia de dicha situación era muy, muy pequeña, teóricamente la probabilidad de un crash bursátil y por ende diminuta. Pero el riesgo venía a continuación. Si sucedía esa situación, el producto se cancelaría y por cada punto de pérdida extra sobre ese 15% se multiplicaría la pérdida por cinco; esto es, si el Eurostoxx50, de un día a otro, caía un 17%, el cliente perdería un 10% (-17%-(-15%))x5= -10%

Lo peor no era esto. Lo peor era que la entidad nos había facilitado una información para entregar a los clientes en los que se mostraban las grandes caídas de un solo día en la bolsa, por ejemplo el Crash del 29 y otros en los que nunca había ocurrido dicha situación de caer más de un 15% de un día a otro. Pero había un fallo. Se incluía también el Crash del 87 y la pérdida que se indicaba- os hablo de memoria así que vedla como “aproximadamente”- era del -13,40%. Bueno, yo no tengo una gran memoria pero el Crash del 87 sí lo recuerdo y he leído en múltiples ocasiones el dato; de cierre a cierre la caída fue del -22,50% en números redondos. Eso supondría para el inversor una pérdida superior al 37%. ¿Dónde estaba el fallo? En que la información que se nos facilitaba o bien se equivocaron al copiarla o bien nos daba solamente la cifra de caída intradía pero el producto la calculaba de cierre a cierre. Lo comenté, pero pasaron de mí.

Como tenía la sana costumbre de explicar a los clientes productos en los que no quería que invirtieran éste fue uno de ellos y les comentaba que aunque nunca se hubiera producido dicho desplome, ello no indicaba que pudiera ocurrir, que no hay ninguna ley que impida que un mercado o una acción caiga más de una cifra concreta (bueno salvo el 100%). De hecho, ese producto habría podido seguir pagando el Euribor más 1%, salvo por la trágica casualidad de que el emisor, encima, era Lehman Brothers. Pero en fin, eso ya es otra historia.

A lo que me refiero es a que aunque las probabilidades puedan indicarnos que es más razonable pensar que este 2013 veamos subidas en la bolsa (como parece indicar el inicio del año), no deberíamos poner nuestra fe en que esa probabilidad se haga realidad porque las consecuencias de no acertar son bastante penosas. Sí, la historia y las probabilidades pueden sugerir que 2013 sea un buen año en bolsa- y no lo digo por el comienzo alcista y posterior recorte-, el problema es que si ponemos nuestra fe y nuestro patrimonio en la estadística deberíamos saber antes que un pollo entre dos tocan a medio pollo, aunque se lo haya zampado todo uno. La estadística dice lo que dice, ni más ni menos.

John Kenneth Galbraith en su libro A Short History of Financial Euphoria habla de la extrema brevedad de la memoria financiera para indicar lo rápido que se olvidan los desastres financieros; quizás más que olvido sea desesperación o ansiedad por recuperar lo perdido…Y actualmente, los inversores parece que están desesperados y ansiosos por lamerse las heridas de estos últimos años y, aunque no se sienten optimistas -cómo podrían- están deseando actuar como tales a poco que se les anime.

Pero esa ansiedad de buenas noticias, esa desesperación que nos lleva a olvidarnos de los hechos que conocemos por el deseo a que todo vuelva a ser como antes de la crisis, no debería hacernos dar malos pasos. Los que demos tendremos que ser capaces de asumirlos y de asumir las consecuencias que nos depare el devenir como inversores. Ojalá este año sea de recuperación global, que los parados encuentren trabajo y todos esos buenos deseos… pero ojalá no vayamos a perdernos por el camino buscando objetivos erróneos.

Nos vemos en el próximo artículo. Un abrazo a todos.

Dijo el Sargento: ¡Sigan avanzando!... y como Van Zando no sabía dónde ir se perdieron todos.”