Poco dura la alegría cuando quien manda es el oso

Nada nuevo, absolutamente nada, para el IBEX35. Tanto es así que ni siquiera en los rebotes transmite el mercado español la más mínima alegría tras un desplome que parece haber confirmado una impresionante formación de techo de tipo cabeza y hombros (hch) en zona de máximo histórico para la versión total return del índice. En caso de pérdida confirmada de los 22.000 puntos en cierre mensual, cristalizaría un entorno muy negativo para los próximos meses desde un punto de vista chartista.

Sesión de ida y vuelta para el mercado europeo, que revertió las fuertes ganancias que llegó a mostrar en las primeras horas tras alcanzarse el segundo de los gaps bajistas desplegados desde primeros de 2016. La vela negra que desplegó el mercado de futuros, augura una nueva apertura bajista con la que se volverán a poner a prueba las líneas de tendencia que presenta aún el mercado desde los mínimos marcados en la segunda parte del ejercicio 2014.

Poco, muy poco, duró el rebote. Quizá tenga sentido considerando que no parecía completo el movimiento bajista de más corto plazo del S&P500, que ahora sí presenta ya cinco (i-v) microondas mientras se alcanzan los primeros soportes, mientras se pone a prueba una directriz alcista de corto/medio plazo y se acercan los mínimos de 2015.

Sucede todo sin que se extreme el sentimiento inversor -sobre todo en términos de ratio put/call-, y sin que se dispare la volatilidad. Y quizá en la lentitud de esas referencias para buscar zonas extremas está el mejor aliado que puedan tener las rupturas bajistas tras la perforación de soporte a medio plazo del Dow Jones Transportes de la semana pasada y de la que ayer ponía sobre la mesa el Russell2000 al romper los mínimos de 2014, lo que amplifica el deterioro general de los precios. Una ruptura de soportes sin lecturas extremas será mucho más fiable que la que vimos el pasado agosto en el primer intento realmente serio de toma de control por parte de los bajistas desde el verano de 2011.