Las bolsas europeas, con más miedo que siete viejas

Semana muy negativa para las bolsas de renta variable europea, que dejaron algo más que nubes negras sobre la mesa. Todo en la zona de resistencia técnica más extraordinaria que hayan desarrollado los principales selectivos desde su creación en los años noventa del pasado siglo.

Los índices confirmaron patrones de tipo doble techo (t1t2) en el más corto plazo, alejando a los alcistas de la posibilidad de traspasar las puertas del cielo tras un esperanzador septiembre, y convirtiendo al patrón de tipo hombre colgado desplegado en la semana previa en potencialmente bajista en tanto en cuanto que se produjo un cierre bajo el mismo.

De entrada, las bolsas europeas quedan muy tocadas. Aparentemente se ha abierto, como sucediera el primer de agosto, un nuevo tramo correctivo; el cual no tiene soporte clave antes de que se alcancen los mínimos del citado mes. Por debajo, las sensaciones serían realmente bajistas, con patrones de tipo doble techo (t1t2?) visibles incluso en gráfico mensual que recordarían a las confirmadas a finales del pasado ejercicio; aún en pie y que configuran una de las decepciones bajistas más flagrantes de la historia de nuestros índices.

La historia en Wall Street, sin embargo, y al contrario de lo que sucedía la semana pasada, es completamente diferente. Las bolsas norteamericanas niegan la mayor a los osos. La semana, que pudo ser trágica, se torció el martes con datos que sugieren una entrada en recesión en los próximos meses, pero ha acabado siendo un proceso de transición con sensaciones más positivas que negativas, de la mano de un dato de creación de empleo peor de lo esperado, debido a un cierre en zona de máximo intrasemanal en buena parte de los índices clave, y después de que en Wall Street se tocasen algunos soportes muy relevantes en términos de niveles horizontales y medias de 200 sesiones.

Tras la jornada de ayer, la isla potencialmente alcista desplegada en el gráfico diario del Nasdaq, que incluso cerró con ligeras ganancias semanales, quita el hipo. Sin la ruptura bajista de los mínimos de agosto, aunque con más miedo que siete viejas visto lo visto en Europa, los alcistas mandan y siguen sin renunciar a cruzar las puertas del cielo.