Teletranspórtese a la exuberancia irracional de los 90

Nueva semana de ganancias, con un ganador inapelable en Europa: el EuroStoxx50. Como puede verse en el gráfico, el selectivo por excelencia de las bolsas de la eurozona arrolló su última zona de resistencia en medio/largo plazo para seguir la estela que ya había dejado el Stoxx600 paneuropeo en versión total return. No busquen estas resistencias en los charts habituales de los analistas técnicos, los gráficos price return no son los mejores que puede usar; especialmente si lo que pretende es comprender el largo plazo.

Con ello, y liderado por el DAX30 alemán, se configura de forma general un patrón de cabeza y hombros invertido (hchi) en continuidad alcista, al tiempo que se perforan resistencias que acotaban un movimiento lateral/alcista de casi cinco años de duración. Obviamente, esto es algo absolutamente atípico y que un mortal vive pocas veces en la vida.

A la espera del IBEX35 y, en menor media, del Footsei100 británico, frenados por ahora en sus resistencias de corto plazo, la renta variable ha dado pasos de gran calado desde que a finales del pasado agosto pusiera de nuevo rumbo a sus zonas de resistencia en proceso de fondo.

Al otro lado del charco, el también mercado siguió presionando a los bajistas con nuevos récords para la historia en algunos de los principales índices. Si en la semana pasada el NYSE Composite y el Standard & Poor´s 500 total return rompían los altos crecientes que delimitaban un importante patrón consolidativo, esta semana fue el Dow Jones de Intrustriales en versión total return el que perforó lo que puede verse como techo de un amplio triángulo expansivo con el que el mercado se habría movido de techo a suelo de canal alcista principal durante una larga e irregular fase de traslación lateral. Lo hace apoyado direccionalmente por el Dow Jones de Transportes, que ha confirmado un triple suelo (sis2s3) en continuidad alcista visible desde la luna, a la espera de que la versión total return del Russell200 haga lo propio.

Los escépticos, ante tal claridad chartista, deberían recordar que el mercado puede mantenerse irracional mucho más tiempo de lo que puede resistir tu solvencia. Que se lo cuenten a Alan Greenspan y su exuberancia irracional, pronunciada a finales de 1996, no mucho después de la ruptura de un histórico patrón expansivo de casi doce meses de desarrollo. Él tenía razón, pero los precios jamás volvieron a ese punto. Yo estuve allí, le invito a teletransportarse.