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La bolsa tiene un virus (y no es el de Wuhan)
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Carlos Doblado

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La bolsa tiene un virus (y no es el de Wuhan)

Advertía la semana pasada que no es momento de comprar sino en todo caso de mantener, con o sin nuevos altos crecientes en el Dow Jones de Transportes o el Russell2000

Foto: Un hombre revisa su teléfono junto a los indicadores de la Bolsa australiana (ASX). (EFE)
Un hombre revisa su teléfono junto a los indicadores de la Bolsa australiana (ASX). (EFE)

Al mercado le encantan las historias, y el virus de la euforia ha hecho acto de presencia al tiempo que el de Wuhan, que sirve como excusa para que los bajistas planteen un contraataque. Y es que una cosa es hacer historia, y otra que esta no vaya a tener sus vaivenes. Y sus meneos. Cualquiera que repase la historia bursátil sabe que no existe año en que el S&P500 no tenga una o dos correcciones del 5/10 por ciento en algún momento, por maravilloso que sea el resultado del ejercicio al final del mismo… Sin ir más lejos, el pasado.

Advertía la semana pasada que no es momento de comprar sino en todo caso de mantener, con o sin nuevos altos crecientes en el Dow Jones de Transportes o el Russell2000. En estos se vio, ya a primeros de la semana, que no íbamos a tenerlo fácil. Se resistió el resto del mercado, como tantas veces, pero los datos de sentimiento inversor ya se habían extremado, con lecturas por debajo de las vistas en los altos de primeros de 2018. Así lo explicaba desde mí blog personal para añadir un dato que no disponía el viernes pasado por la noche, mientras escribía esta tribuna.

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Tenemos, además, lecturas propias de sobrecalentamiento tendencial en la encuesta de Investors Intelligence desde hace tiempo. Una encuesta que esta semana publicó también un porcentaje de alcistas no visto desde hace tiempo. Conviene darse cuenta que a primeros de 2017 también los teníamos, pero el put/call no estaba en zona extrema.

Ambas cosas juntas, por lo general, establecen las condiciones para un mercado correctivo. Eso no significa, tampoco, que hoy tengamos que tener una gran parada, tal y como muestra lo acontecido en enero de 2014: pequeña corrección, vuelta a empezar, y varios meses hasta que el movimiento bajista que cabía esperar por el virus del optimismo tuvo cierto éxito. Y digo cierto éxito porque solo fue una fase dentro de un período lateral/alcista, cuya presión vendedora no se concretaría realmente hasta un año después, en el verano de 2015 y luego en las primeras semanas del 2016, en las que vimos sentimiento inversor extremo por el lado bajista. Gran uso el que supimos darle.

Foto: Pantalla eléctrónica con varios índices bursátiles en Tokio. (Reuters) Opinión
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Los cambios de opinión de alcista a bajista no son tan rápidos. Y ojo que ayer parte del mercado marcó en apertura un nuevo alto histórico. Ayer. Pero incluso considerando esa posibilidad, me cuesta creer que vayamos a tener una fuerte corrección sin alcanzar techo de canal alcista en S&P500 y Nasdaq, como comentaba la semana pasada, aunque reconozco que la falta de confirmación de nuevos altos crecientes por parte del Russell2000 y del Dow Jones de Transportes es una anomalía chartista que muestra un mercado no tan alcista como podría parecer en el actual rally de máximos que ha facilitado el Nasdaq.

La vuelta en un día del S&P500 en zona de resistencia ascendente en el día de ayer, con fuerte volumen y tras cinco subondas en el tramo que viene desde los mínimos de octubre, sugiere como poco un techo de corto plazo. Parece difícil que la línea de tendencia que sostuvo a los precios en los primeros días del ejercicio pueda seguir en pie…

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Europa, por su parte, sigue en una situación complicada en corto plazo y no por el optimismo desatado por las ganancias precisamente. Incapaz de ganar altura en las últimas semanas, la lateralidad que viene presentando puede ser distributiva. La resistencia del DAX30 es doble, y se da en el máximo de 2018. El Footsei, como el DAX, tampoco ha sido capaz de batir la resistencia ascendente. El EuroStoxx50 ha roto a la baja lo que parece una cuña, y el rebote de ayer viernes encaja perfectamente como un pull-back. Incluso el Stoxx600 total return podría tener una fuerte resistencia entre manos pese a su buen tono relativo: la antigua directriz alcista principal, que ya frenó a los precios tras la vuelta en “v” de enero de 2019 para dejar al mercado en un amplio movimiento lateral de varios meses que, finalmente, rompíamos al alza en el último trimestre del ejercicio.

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Tribuna 4

El problema de la corrección es que uno sabe cómo empieza pero no cómo va a desarrollarse. Ni cuánto. Me encantaría decir que lo sé, que tengo claro cuánto podemos sufrir por el virus del optimismo, pero eso es aún más difícil de anticipar que el cuándo; así que ni lo intento. Incluso una vuelta a las zonas de gran resistencia histórica que batíamos a finales del año pasado debiera ser considerada como un `pill-back´. Salir de dos años de lateralidad, o de cinco según se mire, reabre un mercado alcista que debería tener camino por delante. Pero un camino proporcional no solo en espacio. También en tiempo. La ruptura puede tardar muchos meses, pero muchos, en cristalizar que efectivamente se abría un largo camino; y las correcciones generar un desánimo que, con el tiempo, parecerán carentes de sentido.

Al mercado le encantan las historias, y el virus de la euforia ha hecho acto de presencia al tiempo que el de Wuhan, que sirve como excusa para que los bajistas planteen un contraataque. Y es que una cosa es hacer historia, y otra que esta no vaya a tener sus vaivenes. Y sus meneos. Cualquiera que repase la historia bursátil sabe que no existe año en que el S&P500 no tenga una o dos correcciones del 5/10 por ciento en algún momento, por maravilloso que sea el resultado del ejercicio al final del mismo… Sin ir más lejos, el pasado.

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