Las bolsas se alejan volando del abismo

Cerraba mi tribuna de la semana pasada comentando que precios y volatilidad iban a intentar pasar al siguiente nivel si no se producía una recuperación sensible e inmediata, destacando la contención de la volatilidad y la presencia de soportes muy relevantes tanto para un Dow Jones Industrial como para el Dow Jones de Transportes de los que se podían destacar las velas desplegadas al final de la semana y sobre primeros soportes en tendencia.

El peligro empezó a contenerse el lunes, pero solo fue claramente alejado el martes de la mano de algunas vueltas en isla a uno y otro lado del charco. La del IBEX35 y el Dow Jones Industrial se desplegaron sobre bases de canal bajista en corto plazo, la del Stoxx600 sobre un importantísimo soporte horizontal que cuestionaba las rupturas de índices como el SMI en la semana previa. El índice suizo desplegaba su isla desde un terreno de gran vulnerabilidad pero con la misma brutalidad. En cualquier caso el patrón de posible vuelta en “v” fue absolutamente generalizado tanto en Europa como en Estados Unidos.

Los alcistas iban a jugar una última carta pese a toda la incertidumbre técnica desplegada la semana previa en términos de volatilidad y precios, una incertidumbre que resultó especialmente inquietante en Europa. Los que la cuestionaron, en general mercados asiáticos, no se mantuvieron al margen del rally alcista en ningún momento.

Sin embargo y pese al atracón, en realidad estamos donde estábamos. Ni la gran caída de la semana previa ni el impresionante viaje comprador de ésta ofrecen novedades en la estructura general del mercado de renta variable. Simplemente, ahora mandan los alcistas, son los “buenos” de la película los que tienen la oportunidad de aportar novedades.

Conviene recordar, por rebajar la euforia, que la situación general tiene dos grandes problemas desde hace meses, a saber: por un lado, los niveles de sentimiento inversor, que muestran un mercado que ya ha alcanzado una muy alta convicción alcista de palabra y obra. Por otro lado, las impresionantes resistencias por las que venimos transitando cuando hablamos de Wall Street, y que solo un Nasdaq, del que duda hasta el sagrado Stan Drukenmiller, habría superado en cierres mensuales (y sobre la que, oh desagradable magia técnica, el índice se ha reimpulsado al alza).

La semana fue impresionante en precio. Pero resultó aún más llamativa en volatilidad a uno y otro lado del charco.

Por el lado norteamericano me parece conveniente destacar la del VXN, la del Nasdaq, que recayó desde la zona de resistencia que marcaba la semana pasada y se ha permitido la hazaña de romper los últimos mínimos descendentes con contundencia. Si como parece, el VXN tiende hacia los 25 puntos, la probabilidad de nuevos altos crecientes sostenibles tras meses de digestión parecería realista.

Por el lado europeo, merece la pena volver a señalar el deterioro sufrido por el DAX alemán, con una formación de cabeza y hombros que conseguía alcanzar verticalmente su objetivo mínimo teórico, en la zona de mínimos que abre la el proceso de lateralidad o corrección que las bolsas europeas mantienen desde junio. Y si la reacción tras el deterioro del DAX, algo que no tuvimos en febrero/marzo, ha sido encomiable incluso no cerrando el gap bajista de ruptura dejado en la semana previa, lo de la volatilidad del índice ha sido realmente impresionante; desplegándose un patrón envolvente con el que incluso se ha cerrado un teórico hueco de escape. El movimiento recuerda más a junio que a marzo. Súmese esto a lo que destacaba la semana pasada como diferente a aquel evento.