Es noticia
Invertir en cordero para asegurarse la comida de Navidad
  1. Mercados
  2. De Vuelta
Javier Molina

De Vuelta

Por

Invertir en cordero para asegurarse la comida de Navidad

Las tensiones que se aprecian no son exclusivas del sector ovino, pues la sequía, como posible riesgo catastrófico, empieza a perjudicar a todos y cada uno de los sectores

Foto: Cena de Navidad.
Cena de Navidad.

Me comentaba el dueño de un conocido restaurante de Burgos que estaba teniendo serios problemas para conseguir corderos de la zona, y que esa falta de oferta estaba tensionando ya los precios. Ante la llegada de la campaña de Navidad, donde el lechazo fue consumido el año pasado en un 56% de hogares y pese a ser España uno de los mayores productores de carne de cordero de Europa, la preocupación del sector va en aumento ante la imposibilidad de completar con producto local la demanda creciente de estas fechas.

Mientras que ellos en particular eran totalmente contrarios a tener que importar el preciado animal de Israel, Francia, Irlanda o Nueva Zelanda, la sequía que estamos padeciendo y los efectos sobre el sector agropecuario empiezan a ser muy alarmantes y, de no remediarse, no se extrañe si termina comprando o comiendo cordero irlandés estas navidades o pagando un 25% más que el año pasado.

Foto: Sequía


Sin contar los temas relacionados con la lana, la mortandad en madres adultas y, sobre todo, los abortos resultado de esas condiciones climatológicas adversas, que representan el primer impacto directo sobre el número de ovinos disponibles ahora mismo y, lo más preocupante en caso de continuar la situación, los futuros.

Los efectos económicos de la sequía se muestran en la disminución de la producción de leche, la reducción del ganado, la limitación de tierras públicas para el pastoreo, el costo elevado del agua y de la comida, el aumento por traslado de los animales y lo comentado sobre las tasas elevadas de mortalidad, la disminución del peso y la interrupción de los ciclos de reproducción.

La sequía, como posible riesgo catastrófico, empieza a perjudicar a todos y cada uno de los sectores

Pero las tensiones que se aprecian no son exclusivas del sector ovino, pues la sequía, como posible riesgo catastrófico, empieza a perjudicar a todos y cada uno de los sectores: desde el agrícola hasta el ganadero, sin olvidar el efecto en el desarrollo rural o sobre el turismo.

Mientras que para ese afamado restaurante no tiene mucho sentido económico cubrir ese riesgo, lo cierto es que para muchas industrias donde el clima juega un papel muy importante en su negocio, existen posibilidades para paliar esos eventos que la madre naturaleza dispone y evitar, en la medida de lo posible, ese riesgo financiero.

Productos financieros para cubrir riesgos

Hablamos de los derivados sobre el tiempo (futuros y opciones) cuyo objetivo es cubrir ciertos riesgos catastróficos extraordinarios, que no se pueden prever de forma cierta. Aquí entran desde fenómenos atmosféricos, como la sequía que estamos sufriendo, hasta movimientos sísmicos o huracanes de alta intensidad. Este tipo de riesgos se calcula que puede afectar, en el caso de Estados Unidos, a cerca del 30% de la economía, y es por ello que se creó este tipo de productos sobre el clima para poder transferir ese tipo de riesgo. Se hacen en base a índices y pueden ser negociados como cualquier otro índice sobre acciones o bonos.

Estos derivados consisten en establecer un contrato para negociar una cantidad determinada de activo subyacente, a un precio y plazo estipulados. Mediante el pago a esa otra entidad que asumirá, en nuestro caso, el riesgo climatológico, se está cubriendo un riesgo determinado en forma de seguro. Si ese evento se produce, el vendedor tendrá que proveer de las cantidades acordadas y así compensar al comprador por sus pérdidas.

Este tipo de riesgos se calcula que puede afectar, en el caso de EEUU, a cerca del 30% de la economía, y es por ello que se creó este tipo de productos

Estos derivados sacan su precio en función de las condiciones climatológicas, como la temperatura, la lluvia, la falta de lluvia, huracanes, etc., y se negocian en el CME (Chicago Mercantile Exchange). Estos contratos aquí negociados se hacen en base a la temperatura alcanzada en una serie de ciudades de EEUU, Europa y Australia. Los más comunes son los HDD ('heating degree day') y los CDD ('cooling degree day'), y el pago se estipula en función de la diferencia acumulada de las temperaturas diarias relativas a los 18 grados. Ese nivel se establece por el sector eléctrico como el grado neutro para calentar o enfriar un hogar.

Las empresas de 'utilities' y las aseguradoras son los grandes jugadores de este mercado, pues sus resultados dependen mucho de esos eventos catastróficos. Una empresa eléctrica que tiene establecido el precio de venta al consumidor puede cubrir las variaciones que la energía experimente en ese mercado si se producen eventos climáticos adversos. Una empresa aseguradora puede, gracias a estos derivados, justo cubrir el riesgo de asegurar al ganadero o agricultor ante los efectos de la sequía.

Foto: Vigo activa su plan de emergencia frente a la sequía. (EFE)

La valoración representa un reto para los partícipes de ese mercado, dado el desafío estadístico que requiere por la multitud de resultados posibles. En cualquier caso, me parecen muy interesantes, dada la importancia económica implícita en un entorno donde el cambio climático es más que una realidad, donde estamos afectados por los cambios extremos y donde las pérdidas ocasionadas en la economía real afectan a todos los sectores. Y pese a que el volumen contratado no es aún significativo, la lógica indica que veremos crecer este tipo de derivados a medida que se sea consciente de la correlación entre tiempo y beneficio.

Así las cosas, y mientras ese restaurante se las ingenia para localizar lechazo de la zona, la realidad muestra que el cambio climático nos afecta ya y nos afectará de lleno en nuestra vida diaria. Y mientras a unos les darán cordero israelí por producto nacional, a otros les supondrá un incremento de precio que no podrán cubrir más que con un poco más de vino. Bueno, siempre que el clima lo permita y no haya perjudicado demasiado a la cosecha de este año. Ya nos toca hasta invertir para garantizarnos el cordero autóctono de estas navidades.

Me comentaba el dueño de un conocido restaurante de Burgos que estaba teniendo serios problemas para conseguir corderos de la zona, y que esa falta de oferta estaba tensionando ya los precios. Ante la llegada de la campaña de Navidad, donde el lechazo fue consumido el año pasado en un 56% de hogares y pese a ser España uno de los mayores productores de carne de cordero de Europa, la preocupación del sector va en aumento ante la imposibilidad de completar con producto local la demanda creciente de estas fechas.