Es noticia
Así es como dejarás de pagar en 2022 tu cuota de Spotify
  1. Mercados
  2. De Vuelta
Javier Molina

De Vuelta

Por

Así es como dejarás de pagar en 2022 tu cuota de Spotify

El verdadero potencial viene de la aplicación en la economía real de la tecnología subyacente, siendo los NFT uno de los pivotes sobre los que potenciar estos desarrollos

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic
Foto: Reuters/Dado Ruvic

A estas alturas de los mercados, es conocido por todos los participantes que aquellas aplicaciones Web 2.0 de software sobre la que muchas plataformas se desarrollan, como es el caso de Spotify (SPOT), se apoyan sobre la economía de la extracción y explotación de datos en lo que algunos llaman la “Commodification 2.0”. Mediante ese desarrollo, se prometía la “democratización” de la industria gracias a tener un potencial de audiencia conectado globalmente a costes marginales muy bajos, pero que al final se ha convertido en un espacio donde las grandes corporaciones han terminado por apropiarse de una gran parte del valor que los creadores de contenido producen, recibiendo aquellos muy poca o nula recompensa, al tiempo que del lado del usuario, se le da la falsa creencia de ser a un coste asequible o incluso, nulo en su versión más simple. Como decía hace un largo tiempo Liz Pelly en el Baffler, empresas como SPOT tienen un modelo de negocio del tipo “Uber” para los artistas independientes, resultando todo esto en que el 1% de todos ellos concentran casi el 80% de los “streams” y, por ejemplo en UK, solo el 0,4% de los artistas pueden vivir del “streaming”.

Bajo esta utopía digital, lo que ha quedado claro es el reemplazo de la industria centrada en la grabación, por ejemplo, por aquellas organizaciones digitales que basadas en el “streaming” que han terminado por quedarse con todo el poder, ingresos y usuarios. A diferencia de otros sectores, la pandemia ha provocado el más rápido crecimiento de ese negocio provocando que empresas que no eran rentables como SPOT, puedan serlo ya en 2022 con previsiones que apuntan a un BPA de 0,20 USD para el primer trimestre y de 0,60 USD para el tercero.

Los efectos red, donde los ingresos aumentan con el número de usuarios, suponen al final una gran barrera de entrada para otros jugadores, y esa situación termina generando que saquen mayor provecho de los datos de los usuarios y del funcionamiento de sus algoritmos, que llevan a escuchar la música que ellos quieren y que más les renta fruto de sus acuerdos comerciales.

Foto: Foto: Reuters.

En ese contexto, y siguiendo con el caso de SPOT los analistas clásicos (aquellos que aún no entienden el cambio que la criptoeconomía y los nuevos modelos de negocio que la Web 3.0 está empezando a generar) se centran en comparar a aquella compañía contra Amazon o Apple dadas las inversiones que esos gigantes están realizando en los campos del audio y la música. Según esto y en un entorno de cierta vuelta a la normalidad, SPOT podría empezar a ver una estabilización del número de usuarios en niveles inferiores a los actuales y esos competidores podrían comerle igualmente terreno. Otra cosa es la alta valoración actual, con un EV/EBITDA > 300 veces que supera con creces a Warner, Amazon o Netflix.

Sin embargo y como decía, ese no es el verdadero problema de los negocios de streaming. Son los tokens no fungibles (NFT) los que verdaderamente terminarán por reemplazar, ya no solo a SPOT, sino a todas esas empresas de la Web 2.0 que han estado sacando gran provecho de nuestros datos, ayudando de paso, a los creadores de contenido en su camino hacia la recuperación de ingresos.

Gracias a la descentralización que la tecnología Blockchain permite y al desarrollo de la propiedad privada digital, los creadores de música por ejemplo, podrán beneficiarse de su trabajo gracias a la capacidad otorgada en la distribución directa a los oyentes de su música, dejando de lado a esos intermediarios que llegan en el caso de SPOT o Apple Music, a quedarse con el 75% de los ingresos totales. Curiosamente y pese a los anteriores datos mencionados sobre las expectativas de algunos analistas sobre SPOT, el comportamiento en bolsa parece estar descontando más bien este último escenario.

En un entorno donde SPOT ha sido capaz de incrementar sus ingresos y el número de usuarios activos en los últimos años (unos 381 millones en el Q3 de 2021), esta situación presenta una excepcional ocasión para el salto hacía la descentralización de la música y de todo tipo de trabajo/temática creativa. En un momento donde converge el disgusto de los distintos creadores con el hastío por la manipulación y utilización de los datos de los usuarios, el gran salto que hará que no renueves tu cuota de Spotify vendrá gracias al gran boom de los criptoactivos y los NFT.

Este es el siguiente paso que, gracias a la tecnología descentralizada en favor de los generadores de contenido en distintas industrias, se permitirá la verdadera democratización perseguida por todas las partes comentadas, cambiando los modelos de reparto de ingresos de las actuales plataformas de streaming, logrando el desarrollo de comunidades que reciban valor añadido real y devolviendo al usuario el control sobre sus datos.

Así las cosas y más allá de la especulación de la que solo se habla en el mundo cripto, el verdadero potencial que debería comprender (y aprovechar) viene de la aplicación en la economía real de la tecnología subyacente, siendo los NFT uno de los pivotes sobre los que potenciar todos estos desarrollos. Bajo mi idea de solo invertir en infraestructura, existen algunas propuestas de valor interesantes ya en funcionamiento como es el caso de Audius o Rocki, ejemplos que pueden ser el inicio de esta gran revolución y aporte de verdaderas soluciones descentralizadas.

Feliz año a todos.

A estas alturas de los mercados, es conocido por todos los participantes que aquellas aplicaciones Web 2.0 de software sobre la que muchas plataformas se desarrollan, como es el caso de Spotify (SPOT), se apoyan sobre la economía de la extracción y explotación de datos en lo que algunos llaman la “Commodification 2.0”. Mediante ese desarrollo, se prometía la “democratización” de la industria gracias a tener un potencial de audiencia conectado globalmente a costes marginales muy bajos, pero que al final se ha convertido en un espacio donde las grandes corporaciones han terminado por apropiarse de una gran parte del valor que los creadores de contenido producen, recibiendo aquellos muy poca o nula recompensa, al tiempo que del lado del usuario, se le da la falsa creencia de ser a un coste asequible o incluso, nulo en su versión más simple. Como decía hace un largo tiempo Liz Pelly en el Baffler, empresas como SPOT tienen un modelo de negocio del tipo “Uber” para los artistas independientes, resultando todo esto en que el 1% de todos ellos concentran casi el 80% de los “streams” y, por ejemplo en UK, solo el 0,4% de los artistas pueden vivir del “streaming”.

Spotify
El redactor recomienda