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Rally o crash: bomba nuclear al corazón de la crisis
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Rubén J. Lapetra

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Rally o crash: bomba nuclear al corazón de la crisis

Cuatro veces el PIB de España, diez veces el valor conjunto de las 35 compañías españolas más grandes (Ibex 35), el salario medio (1.700 euros/mes, según

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Rally o crash: bomba nuclear al corazón de la crisis

Cuatro veces el PIB de España, diez veces el valor conjunto de las 35 compañías españolas más grandes (Ibex 35), el salario medio (1.700 euros/mes, según el INE) durante 196 millones de años, es decir, lo que nos separa entre el día de hoy y vivir al lado de los dinosaurios. Ese es del tamaño del mercado que acaba de nacionalizar EEUU, por cuenta de la Administración Bush.

La envergadura de la intervención o nacionalización ocurrida este fin de semana en EEUU da escalofríos. Se veía venir, pero aun siendo así, provoca sudores fríos, no por la acción, sino más bien por la reacción o por lo que hubiese podido pasar. El Gobierno de George W. Bush ha jugado este domingo, probablemente, la última de sus cartas, quizá definitiva, para contener la ola de desconfianza crediticia. Será el Estado, la Constitución de 1776 y hasta la Estatua de la Libertad quienes respalden la AAA, triple A, de las dos agencias hipotecarias. Dinero público para lo privado.

Fannie Mae y Freddie Mac ya tenían un estatus semipúblico, pero funcionaban como entidades privadas, cotizando en bolsa y aprovechando los márgenes del negocio hipotecario para generar beneficios-ganancias para sus accionistas, estaban generando inestabilidad en los mercados por los recelos fundados sobre su capacidad para garantizar los créditos hipotecarios bajo su paragüas.

Todo un océano de dinero: la mitad de los 12 trillions americanos (billones en español) que suma el mercado de hipotecas en EEUU, entre las prime y las subprime. La papeleta para Bush, a apenas tres meses de abandonar la Casa Blanca, es tremenda: su Administración pasará a la historia con el peor legado económico en décadas. Henry Paulson, secretario del Tesoro, y Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed), serán las caras de la crisis. Junto los responsables de los principales bancos de inversión, hipotecarias y fondos que han sucumbido en este periodo.

El temblor de estos dos colosos era conversación a esquivar desde el año pasado. Para un banquero era hablar de que el cielo se iba a caer sobre su cabeza. ¿Fannie, Freddie? Dos instituciones respetadísimas, que gozaban de más confianza que el mísmisimo Péntagono estaban a punto de colapsarse y destruir en su caída todo. Y todo, significa, todo el sistema bancario occidental, porque las consecuencias de una quiebra de este tamaño hubiesen sido impredecibles.

El Armaggedon financiero hubiese sido una metáfora fiel con que describirlo. Pero no ha llegado, ni llegará. La intervención, ¿el único camino? Que EEUU se ponga al frente del sector hipotecario mundial -lo que allí ha ocurrido a terminado por afectar de una u otra manera a otros mercados occidentales- es una garantía, la máxima que se puede conseguir. El aval más fuerte. Es el último resorte el que ha entrado en juego. No ya los bancos centrales, sino el dinero público. Ahora sí que no queda nada detrás.

Consecuencias. Intervenir Fannie y Freddie es más que lanzar una piedra al estanque. Es como provocar una explosión en el corazón de un mercado hipotecario muerto, aislado y desconfiado. Extirpar el tumor con la esperanza de que esa nueva confianza capilarice y se transmita a todo el sistema financiero poco a poco. Con la intervención de Bear Stearns se produjo un rally de optimismo en los mercados: JPMorgan y la Fed, dos de los mayores actores posibles, acudieron a su rescate. Con Indymac se produjo el efecto contrario. Con todo EEUU detrás del billonario sistema de hipotecas parece que el resto de agentes debería reaccionar favorablemente. ¿Es el fin o el comienzo de una nueva era? El último cartucho se ha disparado contra la crisis crediticia y ahora queda por ver el efecto que se produce. A cruzar los dedos.

ACTUALIZACIÓN (10h): Las bolsas suben con fuerza este lunes. Funciona el plan. Los bancos respiran. (ver +)

Cuatro veces el PIB de España, diez veces el valor conjunto de las 35 compañías españolas más grandes (Ibex 35), el salario medio (1.700 euros/mes, según el INE) durante 196 millones de años, es decir, lo que nos separa entre el día de hoy y vivir al lado de los dinosaurios. Ese es del tamaño del mercado que acaba de nacionalizar EEUU, por cuenta de la Administración Bush.

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