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La hora caníbal entre las cajas de ahorro
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Rubén J. Lapetra

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La hora caníbal entre las cajas de ahorro

En Cataluña no sólo el Barça es més que un club. La Caixa también es més que una caixa. Más bien actúa como un banco, un

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La hora caníbal entre las cajas de ahorro

En Cataluña no sólo el Barça es més que un club. La Caixa también es més que una caixa. Más bien actúa como un banco, un gigante que agrupa al 25% de los activos del sistema de cajas de ahorro. Y desde esta semana, su presidente, Isidre Fainé, lo es también de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), el gran altavoz que tenían las entidades medianas y pequeñas a la hora de ejercer de lobby y defender sus intereses. Ya no será así a partir de ahora. El micrófono ha caído en manos de Fainé, el influyente banquero de voz rasgada, que ha prometido acelerar el proceso de reestructuración de las cajas. No le va a quedar otro camino.

El fondo de reordenación bancaria (FROB), el instrumento creado para hacerlo, se extinguirá el próximo mes de junio y, por el momento, sólo tres procesos ya han absorbido más de 2.100 millones de euros. En el sector, no obstante, se daba por seguro que habrá una petición de prórroga hasta final de 2010. Pero el relevo en la CECA ha cambiado la forma de pensar de las pequeñas cajas, que intuyen que será en este segundo trimestre cuando pase lo que tenga que pasar. Se ha acabado el compadreo y el buen rollo. Las grandes cajas de ahorro ya gobiernan sobre el resto y forzarán operaciones pese a la resistencia numantina de las comunidades autónomas.

Para ello, la nueva CECA y Fainé tendrán un plantel ejecutivo formado por la guardia de vicepresidentes que encabeza el novel del sector, Rodrigo Rato (Caja Madrid), junto a Amado Franco (Ibercaja), Modesto Crespo (CAM) y Braulio Medel (Unicaja), así como el secretario Carlos Egea (Caja Murcia). Sólo la ejecutiva tiene el respaldo de 725.000 millones de euros de activos en balance de la suma de las cajas que dirigen, un tamaño que podría situar a este hipotético grupo entre los grandes bancos internacionales, superando al BBVA (0,5 billones) y quedándose a la zaga del Santander (1,2 billones).

Cajas como Caja Rioja, Ávila, Laietana o Segovia han quedado descolgadas de sus proyectos de fusión y pueden quedar a merced de las más grandes o, incluso, indefensas ante las dificultades. No tendrán la voz de Quintás (CECA) para protestar. Tampoco la tendrá su antigua casa Caixa Galicia, cuyo proyecto de fusión con Caixanova está tropezando antes de echar a andar. Por eso parece un espejismo el movimiento en bloque de hasta diez entidades para crear un megasip de cajas que podría superar los 120.000 millones en activos, sólo por detrás de Caja Madrid y La Caixa.

Hay entidades que buscan cobijo ante la que está empezando a caer y ya no lo encuentran. Un ejemplo es la impotencia de algunas entidades en la guerra del pasivo (depósitos) desatada por el Santander y que ha provocado una oleada de movimientos defensivos para retener clientes. Pero hay entidades que no han podido reaccionar y pueden entrar en una terreno pantanoso. El del FROB, el fondo reestructurador y también enterrador de entidades financieras. ¿Podrán devolver en cinco años los fondos al 8% del fondo? Salvo pelotazo inmobiliario parece difícil.

Curioso: fue parte de su discurso ante el sector financiero, pero sorprendentemente el número dos de Economía, José Manuel Campa, recalcó por tres veces que el FROB era el último recurso y que antes de entrar en acción se daba prioridad a las operaciones privadas y luego al Fondo de Garantía de Depósitos. En esas mismas jornadas Rodrigo Rato (Caja Madrid) dibujó una hoja de ruta nueva: la caída de los márgenes va a provocar la entrada en pérdidas de una buena parte de las cajas.

Según estimaciones del Santander en enero, las pérdidas serán multimillonarias: 5.000 millones de euros. Buena parte, por cierto, procedentes de la entidad que preside. El mensaje entre líneas es que habrá entidades que se vuelvan insolventes en pocas semanas si sufren fugas de capital y su negocio entra en números rojos.

Y allí estará esperándoles el verdadero protagonista de la reestructuración, el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que lanzó este recado días antes de activar el FROB. "Es verdad que esas entidades ahora son todavía viables, pero deben saber que, en cuanto dejen de serlo, el Parlamento ha dotado al Banco de España de suficientes instrumentos para que más allá de lo que piensen las asambleas de esas cajas y los gobiernos autonómicos, esas entidades sean intervenidas y posteriormente liquidadas o vendidas en la forma que prevé el FROB".

Otras cajas estarán esperando esos activos, o más bien, los pasivos (depósitos) que queden tras las intervenciones.

En Cataluña no sólo el Barça es més que un club. La Caixa también es més que una caixa. Más bien actúa como un banco, un gigante que agrupa al 25% de los activos del sistema de cajas de ahorro. Y desde esta semana, su presidente, Isidre Fainé, lo es también de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), el gran altavoz que tenían las entidades medianas y pequeñas a la hora de ejercer de lobby y defender sus intereses. Ya no será así a partir de ahora. El micrófono ha caído en manos de Fainé, el influyente banquero de voz rasgada, que ha prometido acelerar el proceso de reestructuración de las cajas. No le va a quedar otro camino.

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