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Sin complejos: la nueva economía ha vuelto
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Vicente Varó

No Brain, No Gain

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Sin complejos: la nueva economía ha vuelto

La burbuja tecnológica del año 2000 dejó una pesada losa, un gigantesco sambenito, sobre los negocios innovadores en Internet. Desde entonces parece pecado capital mencionar expresiones

La burbuja tecnológica del año 2000 dejó una pesada losa, un gigantesco sambenito, sobre los negocios innovadores en Internet. Desde entonces parece pecado capital mencionar expresiones como “nuevos paradigmas” si se les relaciona con la red, con las nuevas vías de negocio. Y además, expresiones como “nueva economía” pasaron de ser un sinónimo de paraíso a pura cancamusa (palabra coloquial en desuso pero que se ha puesto de moda en la blogosfera y twittesfera española).

El estigma también ha alcanzado a las redes sociales. No me canso de escuchar frases como “Sí, Facebook ha conseguido que todo el mundo lo use, pero a ver cómo ganan dinero”, “no van a saber monetizarlo” y similares. E incluso se han escuchado voces del tipo “Esto es otra burbuja, como la mayoría de negocios que surgieron en torno al año 2000”.

Pero no. Lo cierto es que sí podemos decir sin complejos que estamos asistiendo al nacimiento de una nueva economía, que sí crea negocios rentables y sostenibles, percibidos como de auténtico valor por los consumidores. Como me dijo ayer un directivo de una empresa online, “el humo ya lo vendimos en 2000”.

Cada vez hay más señales que lo demuestran, como las interesantes noticias que hemos conocido en los últimos días. Por un lado, el propio Facebook anunció que ha entrado en cash flow positivo. Es decir que ingresan más de lo que gastan. Y, como explicó el propio Zuckerberg, han conseguido este objetivo antes de lo previsto. Si el crecimiento en ingresos es tan vertiginoso como lo han sido en usuarios (ya han llegado a los 300 millones en todo el mundo) no tardarán demasiado en estar en bolsa, ya verán.

Pero en mi opinión estos días ha habido otra gran noticia, aunque no ha atraído tantos titulares en España: la compra de Mint por parte de Intuit, en una operación que ha rondado los 170 millones de dólares. Mint es una web de gestión de finanzas personales. Es decir, dándole acceso a tus cuentas bancarias (poniendo la contraseña de consulta de tus cuentas), te muestra cada día cómo estás ingresando dinero, y cómo y en qué lo estás gastando. Es lo misma tecnología que tenemos en Unience, la comunidad de inversores reales, aplicada en nuestro caso a inversión en acciones y fondos por ahora.

Mint fue lanzada hace sólo tres años y desde entonces había captado 32 millones de dólares en tres rondas de financiación con capital riesgo. Cuenta con cerca de 1,5 millones de usuarios registrados, que tienen ahora mismo en sus cuentas 50.000 millones de dólares y que han efectuado movimientos de cuenta (no a través de Mint, que es sólo de consulta) de más de 200.000 millones de dólares. Y, como en el caso de Facebook, el crecimiento está siendo exponencial.

Pasar de 0 a 170 millones de dólares en tres años no es nada fácil, pero es que el cambio está en marcha y a toda velocidad. Y cuenta con un factor clave: es realmente útil para el cliente. En el caso de Mint, la compañía ha ayudado a los ciudadanos a gestionar mejor su presupuesto familiar y a ver por qué servicios estaban pagando demasiado, y cómo podían ahorrar mejor. Más rápido, más sencillo, más útil: así son las cosas con la nueva economía.

La burbuja tecnológica del año 2000 dejó una pesada losa, un gigantesco sambenito, sobre los negocios innovadores en Internet. Desde entonces parece pecado capital mencionar expresiones como “nuevos paradigmas” si se les relaciona con la red, con las nuevas vías de negocio. Y además, expresiones como “nueva economía” pasaron de ser un sinónimo de paraíso a pura cancamusa (palabra coloquial en desuso pero que se ha puesto de moda en la blogosfera y twittesfera española).