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El futuro en la financiación de las pymes
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Kike Vázquez

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El futuro en la financiación de las pymes

Vemos desempleo, vemos déficit público, vemos problemas en el sistema financiero… para el observador medio estamos ante distintos frentes de una grave crisis, para la PYME

Vemos desempleo, vemos déficit público, vemos problemas en el sistema financiero… para el observador medio estamos ante distintos frentes de una grave crisis, para la PYME española estamos ante otra cosa ligeramente distinta: estamos ante SU crisis. Y es que, si nos paramos a pensar, es la más afectada ante la falta de financiación, es la más afectada ante los retrasos en el pago de las Administraciones Públicas y es quien ve de primera mano el desempleo, por poner solo algunos ejemplos. O dicho de otro modo, la PYME española es el pilar de una verdadera salida de la presente crisis, la recuperación pasa por ella.

 

Por lo tanto, la pregunta del millón es, ¿existe alguna solución para salvar a la PYME española? Gran  parte de la solución es “interna” pues cualquier empresa debe adaptarse al entorno. Si parte de la demanda nacional está en estado de shock y la restante se polariza entre los diferentes “category killers”, entonces queda la demanda foránea, queda la búsqueda de “nichos”, la asociación y profesionalización… Pero también existen importantes factores “externos” que condicionan la “no resurrección” y de cuya resolución depende el futuro de las empresas de nuestro país, siendo la financiación uno de los principales.

 

Hasta el momento las diferentes medidas por mejorar la financiación se han centrado en ofrecer avales públicos, en promover las Sociedades de Garantía Recíproca, o en ofrecer créditos con el sello “ICO”. Ninguno de los anteriores parece resolver el problema teniendo en cuenta que el “deep pocket” de la Administración está en retroceso y las SGR están viendo como su modelo de negocio se tensiona precisamente por la presente crisis, o lo que es lo mismo, ninguna solución llevada a cabo en nuestro país hasta el día de hoy sirve en la coyuntura actual. Afortunadamente existen otras vías, vías que están siendo ensayadas en otros países con satisfactorios resultados y que ponen al alcance de la pequeña empresa las ventajas que hasta el momento solo disfrutaban las grandes.

 

 

Observemos esta gráfica de McKinsey donde se muestra el porcentaje de deuda bancaria frente a deuda del mercado de capitales en empresas con ingresos superiores a los 500 millones. La primera conclusión salta a la vista, mientras países como Corea del Sur o Estados Unidos asumen la mayor parte de su financiación a través del bloque denominado “corporate bonds”, en el caso de Italia, Reino Unido y especialmente España ocurre todo lo contrario. En nuestro país, con solo un 7% de la financiación proveniente de fuentes no bancarias, existe un “gap” de entre 200 y 300 mil millones de euros en el segmento planteado.

 

Países estos tres que, curiosamente, son algunos de los que más están sufriendo el “credit crunch”. ¿Existe una relación directa entre un mercado de deuda poco desarrollado y la falta de crédito en las PYMEs? Seguramente la relación no sea tan fuerte como se deduciría del presente ejemplo, pero lo que sí está claro es que un mercado de bonos desarrollado permite diversificar las fuentes de financiación y a su vez ofrece una alternativa cuando el sistema financiero tiene problemas. Algo que parece entenderse muy bien en países como Alemania, Reino Unido, Italia o China, donde se están viendo movimientos muy interesantes al respecto.

 

En Italia por ejemplo se lanzó hace dos semanas la plataforma ExtraMOT PRO, encaminada conectar a las medianas empresas con los inversores institucionales. Sigue así el ejemplo de NYSE Euronext en 2005, el Order Book for Retail Bonds del London Stock Exchange creado en el año 2010 para minoristas, o de la plataforma alemana “Bondm” (entre otras) para inversores institucionales y minoristas, que es quizá el caso más seguido por la reducción de ciertos requisitos legales y por su potencial crecimiento con sólidas empresas alemanas. Etc.

 

Reducir requisitos para emitir bonos a inversores retail es algo que se está siguiendo muy de cerca en Reino Unido, donde empresas de consumo venden bonos incluso a sus clientes tradicionales, o en Estados Unidos donde se están eliminando restricciones al respecto que datan de 1930 para permitir la oferta masiva de bonos, tanto de PYMES como de startups. Otros ejemplos interesantes los encontramos en China, gravemente afectada por la coyuntura financiera que viven, allí numerosas PYMES se unen para poder acceder al mercado en un acto que ya se está estandarizando.

 

Estos son solo algunos ejemplos en lo que podríamos llamar la nueva tendencia en el futuro de la financiación de las PYMES, tendencia en la que hay depositadas muchas esperanzas y que está siendo promovida a lo largo del mundo. Las empresas se benefician por la diversificación de sus fuentes de financiación, porque podrían recomprar sus emisiones si caen por debajo de la par embolsándose la diferencia o por tener una relación con muchas menos preguntas que la bancaria (quien a su vez ofrece otras mejoras). Por su parte los inversores asumen más riesgo pero también pueden percibir una mayor rentabilidad. ¿Todos ganan? Muchas entidades financieras no opinarán lo mismo, aunque no está tan claro que sean las perdedoras.

 

Para empezar medidas como el “Funding for Lending Schemede Reino Unido que otorga a las entidades financieras deuda pública a cambio de préstamos a PYMES, consiguiendo así dinero barato del BoE, promueven los bonos de PYMES y pasan inevitablemente por manos de la banca. A su vez un mercado activo favorecerá su titulación, un ejemplo es Commerzbank quien ya está emitiendo “covered bonds” con préstamos a PYMES contando con el respaldo de los Bancos Centrales (pronto le seguirán otros). Su desarrollo permitiría una mejor gestión del riesgo aumentando o reduciendo exposición a determinados segmentos con mayor facilidad. Resumiendo, se pierde negocio directo, se gana indirectamente, y por supuesto el grueso del mercado seguirá por las vías tradicionales.

 

Existen muchas opciones, plataformas o simples emisiones, inversores institucionales o retail, con “covered bonds” o no, con mayores o menores requisitos… las opciones son múltiples y el reto enorme, pero sin duda estamos ante una apuesta que debemos realizar si no queremos quedarnos descolgados de la tendencia a la que todos los países del mundo tratan de apuntarse. No es ninguna solución definitiva pero ayuda y, a pesar de sus riesgos, por el momento se ve con un win – win. Y sin duda las PYMES, que son las grandes perdedoras de esta crisis, se lo merecen.

Vemos desempleo, vemos déficit público, vemos problemas en el sistema financiero… para el observador medio estamos ante distintos frentes de una grave crisis, para la PYME española estamos ante otra cosa ligeramente distinta: estamos ante SU crisis. Y es que, si nos paramos a pensar, es la más afectada ante la falta de financiación, es la más afectada ante los retrasos en el pago de las Administraciones Públicas y es quien ve de primera mano el desempleo, por poner solo algunos ejemplos. O dicho de otro modo, la PYME española es el pilar de una verdadera salida de la presente crisis, la recuperación pasa por ella.

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