Es noticia
Austericidio
  1. Mercados
  2. Perlas de Kike
Kike Vázquez

Perlas de Kike

Por

Austericidio

Una nueva palabra ha pasado a formar parte del día a día de los españoles, es el “austericidio”, palabra que si bien no existe en el

Una nueva palabra ha pasado a formar parte del día a día de los españoles, es el “austericidio”, palabra que si bien no existe en el diccionario nos deja inferir su significado por sus raíces. La RAE define “-cidio” como “acción de matar”, siendo este sufijo precedido por quien sufre dicha consecuencia, en este caso la austeridad. Por ello “austericidio” sería una forma un tanto poética de definir a la acción de matar la austeridad, algo que parece estar a debate viendo las últimas declaraciones de Barroso:

 

"While I think this policy is fundamentally right, I think it has reached its limits. A policy to be successful not only has to be properly designed, it has to have the minimum of political and social support."

 

Cada día que pasa más países se pasan al “lado oscuro” incumpliendo sus objetivos de déficit; con nombre esperados como España, otros más inquietantes como Francia e incluso sorpresas como las de Holanda. El apoyo público disminuye a la vez que las medidas actuales acaparan la culpa de la dureza de la crisis y de que suframos una recaída. Quizá por ello Barroso ha pronunciado esa famosa frase de que la austeridad “ha alcanzado sus límites”, cree que es una estrategia correcta pero que carece del apoyo para llevarla adelante. Puede parecer poco pero es un giro de 180 grados a lo que hemos visto hasta el momento.

 

¿Es la austeridad la respuesta correcta ante una crisis como la actual o debemos apostar por el “austericidio”? Claro, ahora ya no podemos responder a la pregunta citando el estudio realizado por Reinhart y Rogoff tras ser destripado por un estudiante de doctorado y sepultado por Krugman. Asimismo sería precipitado sacar conclusiones tras ver como nuestra prima de riesgo ha vuelto a situarse por debajo de los 300pb esta semana, por el momento el plazo es muy breve y una bajada de tipos fijada en mayo también puede estar detrás.

 

La idea que está emergiendo es la siguiente: “para solucionar un problema de deuda pública lo importante no es el déficit, es el crecimiento”. ¿Cómo puede ser que el déficit no sea lo importante, si es lo que se acumula generando deuda? Según esta teoría las medidas de reducción del gasto y subida de impuestos son útiles en reducir el déficit de forma teórica, pero fallan cuando chocan con la realidad. Teniendo en cuenta los multiplicadores fiscales actuales, al recorte le seguirá la caída en el PIB, en la recaudación… por lo que habremos recortado pero el déficit se encontrará en el mismo sitio en donde se encontraba en relación al PIB. Se sufre pero todo queda como estaba.

 

En 2009 España tenía un PIB de 1.048 mil millones de euros con un déficit según Eurostat del 11.2% del PIB, en el 2012 el PIB es 1.049 mil millones de euros y el déficit con ayudas a la banca se sitúa en el 10.6%. Han existido recortes y subidas de impuestos, pero aun así tres años después seguimos exactamente en el mismo sitio, salvo por la deuda pública que ha pasado del 54% al 84%. ¿El culpable? Según esta teoría la falta de crecimiento.  Y es que hay que tener en cuenta la siguiente fórmula.

 

Superávit o Déficit primario necesario para estabilizar la deuda = (coste de la deuda – crecimiento nominal) * nivel de deuda pública entre PIB

 

Así, supongamos un coste de la deuda del 4%, un crecimiento nominal del 0% y un nivel de deuda pública del 85%. (4-0)*0.85 = Necesitamos un superávit primario del 3.4% sobre el PIB simplemente para estabilizar el nivel de deuda. Objetivo imposible. Por la contra, si con estos mismos datos conseguimos un crecimiento nominal del 5% (3% de crecimiento real + 2% inflación), entonces podemos permitirnos un déficit primario del 0.85% del PIB, que en déficit fiscal final se situaría en torno al 4%. Objetivo alcanzable, y aun de no llegar a él, convertiría el aumento de la deuda en minúsculo. ¿La clave del desapalancamiento? ¡Que el crecimiento nominal se sitúe por encima del coste de la deuda!

 

El problema entonces se convierte en, ¿cómo conseguir crecimiento? Probablemente un exceso de austeridad limite el crecimiento, pero al mismo tiempo los planes de estímulo difícilmente consiguen una aportación al PIB superior al aumento de la propia deuda que suponen, y eso por no hablar de su sostenibilidad a lo largo de los años que dura el desapalancamiento, de la distorsión que crea premiar a unos sectores y no otros, eso por no hablar de meritocracia, de destrucción creativa, de esconder la basura debajo de la alfombra… Ejemplos de que la austeridad no funciona los tenemos en toda la periferia europea, incluyendo a Reino Unido, pero ejemplos de que los estímulos tampoco los tenemos en los Planes E o en Japón.

 

Llevamos desde los años 30 discutiendo la función del gasto público en las crisis financieras y, ¿a qué conclusión se ha llegado? ¡A ninguna! Y créanme que si alguien supiese realmente qué hacer, EE.UU. no aplicaría distintas políticas que Reino Unido, y a su vez Japón no aplicaría distintas políticas a éstos, y a su vez Europa… Cada uno va por su lado, ¡nadie tiene la receta! Pero es que además ningún país es igual a otro, algunos tendrán que hacer más reformas que otros, algunos tendrán que hacer un mayor esfuerzo en limpiar el sistema financiero… y algunos tendrán importantes problemas de competitividad.

 

El gran problema de España es que tiene una deuda exterior neta superior al 90% del PIB. Podemos darle las vueltas que queramos pero siendo ésta de las más altas del mundo, junto con nuestros amigos periféricos, solo queda realizar los ajustes pertinentes para reducirla (Japón por la contra es acreedor internacional y hace lo que quiere con su deuda pública, ¿si la compran ellos mismos a quién le importa?). En un primer momento en este tipo de crisis siempre ocurre lo mismo; una caída en la demanda interna, junto con una progresiva mejora del sector exterior, hacen que la tendencia se invierta y que el país comience a disminuir la deuda neta.

 

 

Al igual que el déficit fiscal se trasforma en deuda pública, la cuenta corriente negativa se trasforma en deuda externa neta. Pero inversamente a la deuda pública, el déficit por cuenta corriente no se soluciona con crecimiento, al contrario, fue el crecimiento con pies de barro el que hizo aumentar el déficit por cuenta corriente, pues pedíamos el dinero al exterior para crecer. La única solución conocida a una cuenta corriente desequilibrada es la austeridad, y España en los últimos 4 años no solo ha hecho su mayor ajuste de la historia, ha hecho uno de los mayores ajustes de la historia mundial.

 

Actualmente, España ha conseguido por primera vez desde el año 1997 un superávit en la cuenta corriente en dos trimestres consecutivos. Es más, si observamos el cuarto trimestre de 2012 y lo comparamos con nuestros socios europeos, veremos que solo Alemania y Holanda nos superan en términos absolutos. ¿¡Qué la austeridad no sirve, qué no está funcionando!? ¡Pues cualquiera lo diría! Todo depende de lo que busquemos, pero si lo que queremos es ser competitivos y por tanto seguir dependiendo de nosotros mismos y no de las limosnas de otros, este es el camino.

 

Ahora bien, como puede comprobarse existe una importante disyuntiva entre buscar el crecimiento para que la deuda pública no se desboque, y refundar el modelo de crecimiento del país para que no depende del dinero del exterior. En uno se necesita crecimiento, en otro no, y ambas cosas a la vez no son posibles. Por ello lo que interpreto que se intenta, es priorizar el ajuste competitivo sin dejar que el PIB se hunda, estableciendo un calendario de ajustes que se va modificando según las necesidades y la coyuntura. Una salida lenta a la crisis, pero quizá la única posible.

 

Si el PIB reacciona mal se permite un poco más de laxitud, que las cifras son buenas… más ajustes. La prioridad es el superávit en cuenta corriente, y una vez se consiga, y será este año con toda probabilidad, quizá nos permitan un poco más de libertad para conseguir el objetivo del crecimiento, obviamente sin descuidar la competitividad. Solemos atribuir poderes extraordinarios al “whatever it takes” de Draghi, pero nos olvidamos que fue precisamente en julio del año pasado cuando España tuvo su primer mes de superávit en la cuenta corriente desde que entró en el euro. Los bancos centrales no cambian los fundamentales, los potencian.

 

Sé que todo esto no sirve de nada a quien está en el paro, sé que todo esto no sirve de nada a quien es víctima de los ajustes, y que probablemente muchos de ellos sean injustificados. Sé que en muchos casos las medidas tomadas son cortinas de humo para que no miremos a donde no quieren que miremos, y que las PYMES que desfallecen no entenderán nada ni querrán entenderlo.  Muchas de las voces contrarias verán en el “austericidio” una salida, pero en mi opinión el austericidio no es más que la siguiente etapa de una estrategia así trazada desde el principio. 1, 2, 3

Una nueva palabra ha pasado a formar parte del día a día de los españoles, es el “austericidio”, palabra que si bien no existe en el diccionario nos deja inferir su significado por sus raíces. La RAE define “-cidio” como “acción de matar”, siendo este sufijo precedido por quien sufre dicha consecuencia, en este caso la austeridad. Por ello “austericidio” sería una forma un tanto poética de definir a la acción de matar la austeridad, algo que parece estar a debate viendo las últimas declaraciones de Barroso: