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Depositante, ya nadie quiere tu dinero (II)
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Kike Vázquez

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Depositante, ya nadie quiere tu dinero (II)

El pasado octubre nos planteábamos una hipótesis aparentemente lejana pero posible, ¿podría llegar a generalizarse el hecho de que las entidades financieras cobren a los clientes

Foto: Commerzbank ya cobra por los depósitos de grandes patrimonios. (Reuters)
Commerzbank ya cobra por los depósitos de grandes patrimonios. (Reuters)

El pasado octubre nos planteábamos una hipótesis aparentemente lejana pero posible: ¿podría llegar a generalizarse el hecho de que las entidades financieras cobren a los clientes por depositar su dinero? Todo a raíz de que algunos de los mayores bancos a nivel mundial, como es el caso de JP Morgan, Goldman Sachs, Credit Suisse, HSBC o BNY Mellon (se rumorea que pronto se apuntará también State Street), abriesen la veda cobrando a los grandes patrimonios por custodiar sus saldos de pasivo en euros (“Depositante, ya nadie quiere tu dinero” 23-10-2014). Lejos de resultar una simple anécdota de interés didáctico, el fenómeno se está extendiendo, y hoy por hoy ya podemos afirmar que estamos ante una posibilidad real.

En un primer momento el movimiento se achacó a que se trataba de entidades cuya operativa se desarrolla principalmente en dólares: gestionar euros si la divisa principal es el dólar puede resultar más caro que gestionarlos siendo una entidad de la Eurozona. Puede que así sea, pero no, no es solo eso. El amago de ‘tipos de interés nominales negativos’ no se quedó ahí y pronto entidades alemanas, cuya moneda principal y funcional es el euro, cogieron el testigo. La avanzadilla la comandó el banco Skatbank, que tomó la decisión, solo unos días después, de comenzar a cobrar un 0,25% a sus clientes con saldos superiores a 500.000 euros.

Una medida sin precedentes en la Eurozona. Ya no hablamos de entidades ‘dolarizadas’, hablamos de una entidad que opera en euros, una entidad financiera normal y corriente. No obstante, a pesar de que la noticia se propagó por todo el sector y por muchos medios especializados, no se creyó que marcase tendencia por no tratarse de un banco de gran tamaño. Error. A mediados de noviembre Commerzbank, la segunda mayor entidad de Alemania, siguió el mismo camino y también comenzó a cobrar por los depósitos de grandes patrimonios. ¿Casos puntuales? No lo parece.

Por si no fuese suficiente ya tenemos un nuevo capítulo de la saga. Este domingo el WSJ publicó un nuevo artículo al respecto (“Banks Urge Clients to Take Cash Elsewhere” 7-12-14) donde se muestra que la tendencia es imparable: en Estados Unidos se están generalizando las comisiones sobre las cuentas a la vista de los grandes patrimonios. No, ya no hablamos de euros. No, tampoco hablamos de Draghi o de las medidas del BCE. Aquí hablamos de que los grandes bancos están empezando a ver el dinero a la vista como un estorbo, como algo a lo que no se le saca rentabilidad por la ausencia de oportunidades, y que en cambiohay que gestionar, resultando un coste.

Hablamos de entidades tan reconocidas como JP Morgan, Citigroup, HSBC, Deutsche Bank o Bank of America, quienes en las últimas semanas están trasladando a sus clientes más acaudalados, especialmente aquellos con un carácter especulativo, como son los hedge funds, que la nueva regulación financiera ha dado la puntilla a una larga tradición, como es el remunerar los depósitos. El 1 de enero de 2015 entra en vigor una nueva normativa por la cual los bancos se verán penalizados en función de lo inestables que sean sus fuentes de financiación, algo que ha precipitado los acontecimientos.

Los nuevos requisitos, que se engloban dentro de la nueva Liquidity Coverage Ratio ligada a Basilea III, pretenden que las entidades cuenten con activos líquidos de máxima calidad para cubrir 30 días de salidas de fondos en un escenario de stress. Así, se penalizan aquellas fuentes de financiación que según la normativa presentan un mayor ‘riesgo de fuga’, principalmente aquellos saldos de pasivo no asegurados por los fondos de garantía. En EEUU se ha establecido que para calcular los outflows se pondere a los depósitos minoristas asegurados con un 3%, y a los depósitos no asegurados entre un 40% y un 100% en función de lo inestables que se consideren. ¿Respuesta lógica? Decirles a los clientes no minoristas que se busquen otro banco o se atengan a las consecuencias (pagar por ello).

Se da la paradoja de que, por una parte, se penalizan los depósitos no garantizados y, por la otra, se obliga a cumplir con un determinado nivel de activos líquidos de máxima calidad (y máxima calidad en este caso es un concepto muy subjetivo y restrictivo que se refiere principalmente a la deuda pública). Por tanto, por una parte hacemos menos atractivos los depósitos y por la otra obligamos a comprar activos de máxima calidad, algo que podría incrementar la presión a la baja que existe sobre los tipos de interés a corto plazo. Esto es, no interesa captar depósitos, y además se genera una presión artificial bajista sobre los tipos de interés a corto plazo que provocará que su remuneración sea aún menor. Llueve sobre mojado.

Ojo, que no estoy en contra de la nueva regulación; como digo, probablemente estaremos más seguros con ella. Lo que es inquietante es que por un motivo u otro cada día se dé un paso más hacia un mundo en donde hay que pagar por guardar el dinero en una entidad financiera. Y es que, por si todo esto fuese poco, no estamos ante un caso aislado. En España, por ejemplo, tenemos medidas mucho menos justificables, como es el ‘impuesto a los depósitos’, que no es más que una forma de recaudar donde habitualmente se hace: obligando a pagar a quien no puede escapar. Más leña al fuego, más penalizaciones y presión para que los depósitos terminen por ser algo por lo que hay que pagar.

Es cierto que hasta el momento solo parecen verse perjudicados los clientes mayoristas: lo fueron cuando se afirmó que podrían sufrir pérdidas si su entidad quebraba, lo fueron cuando el BCE situó los tipos de la facilitad de depósitos en territorio negativo, y lo son ahora que la nueva regulación los penaliza. Pero como dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas cortar… Es cierto que los minoristas podemos estar tranquilos por el momento, e incluso los ‘no minoristas’ pueden repartir sus saldos de pasivo por el sistema bancario para no superar los límites establecidos, pero la tendencia es clara y hoy estamos un poco más cerca que ayer de atravesar la línea roja y que se generalice la práctica de que los bancos cobren por los depósitos a sus clientes.

El pasado octubre nos planteábamos una hipótesis aparentemente lejana pero posible: ¿podría llegar a generalizarse el hecho de que las entidades financieras cobren a los clientes por depositar su dinero? Todo a raíz de que algunos de los mayores bancos a nivel mundial, como es el caso de JP Morgan, Goldman Sachs, Credit Suisse, HSBC o BNY Mellon (se rumorea que pronto se apuntará también State Street), abriesen la veda cobrando a los grandes patrimonios por custodiar sus saldos de pasivo en euros (“Depositante, ya nadie quiere tu dinero” 23-10-2014). Lejos de resultar una simple anécdota de interés didáctico, el fenómeno se está extendiendo, y hoy por hoy ya podemos afirmar que estamos ante una posibilidad real.

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