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Montilla lo sabía, Pizarro no, pero se lo temía y Gabarró juega la mano de Brufau
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Jesús García

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Montilla lo sabía, Pizarro no, pero se lo temía y Gabarró juega la mano de Brufau

Pocos días después de que el ministro José Montilla haya insistido, con ciertos eufemismos, en sus preferencias sobre la idoneidad de los presidentes de las empresas

Pocos días después de que el ministro José Montilla haya insistido, con ciertos eufemismos, en sus preferencias sobre la idoneidad de los presidentes de las empresas privatizadas por el PP, salta la OPA de Gas Natural sobre Endesa, sin que Manuel Pizarro, presidente de la primera eléctrica española, ni sus accionistas principales lo supieran, aparentemente.

Es aquí dónde entra en juego la posición de La Caixa, que se hizo con un 5% y luego vendió un porcentaje del 2,99% de Endesa. Caja Madrid primero, con un 10% de Endesa, y Pizarro después, con el nombramiento de Joan Rossell, no dejaron satisfecho a Fornesa con sus intenciones de entrar en el consejo y, como no le dejaron, ahí está esta nueva jugada.

También Brufau, que sustituyó a Cortina en Repsol, se debe estar frotando las manos, porque ahora Rato está en Washington y no puede decir esta boca es mía sobre una posible transacción de estas características, como cuando Iberdrola. Gabarró es la mano que mece la cuna de una transacción que a los analistas no les ha gustado demasiado, en principio.

La idea de que Gas Natural con el apoyo de Repsol y el brazo financiero de La Caixa se haga con la principal eléctrica española y se convierta en el gran grupo energético español parece que es bien vista por Montilla, aunque en el famoso Libro Blanco elaborado por orden del Gobierno ya advertía de la gran concentración del mercado.

Manuel Pizarro es uno de los últimos mohicanos-presidentes nombrados por el Gobierno de Rato, pero ahora está en una compañía privatizada, con un plan de negocio propio y unos accionistas que deberán ahora analizar la transacción. Pizarro puede no ceder un ápice ante una transacción considerada hostil.

Una operación en la que Gas Natural trata de engullir una compañía que es el doble de grande que ella, para la que deberá llevar a cabo una macro ampliación de capital y por la que quiere pagar -papelitos y metálico- un precio de 21,3 euros, un 11,5% más que el último cambio. Veremos qué dicen las agencias de calificación y habrá que ver cómo opinan los accionistas de la gasista ante semejante aventura.

Gas Natural, conocedora de las trabas que puede encontrar en Competencia, ya se salva en salud en su hecho relevante y ha llegado a acuerdos con Iberdrola para la venta de activos en determinadas zonas. Por cierto, que la acción subía, igual que la de todas las eléctricas, desde primeras horas de la mañana. La CNMV tiene tajo otra vez más en su análisis sobre las últimas compraventas de Endesa.

Estamos ante la gran transacción del año, aunque Gas Natural debería explicar a sus accionistas cuáles son las sinergias reales de tal transacción y cómo queda su situación financiera, además de cómo va a desarrollar su política de dividendo, y si su intención es establecer o no finalmente una gran fusión, en la que los sindicatos deberían también tener voz y voto.

¿Operación política, empresarial, o las dos cosas? Lo cierto es que el panorama energético español vuelve a estar más concentrado que nunca. Si repercute positivamente sobre los consumidores será un evento.

Pocos días después de que el ministro José Montilla haya insistido, con ciertos eufemismos, en sus preferencias sobre la idoneidad de los presidentes de las empresas privatizadas por el PP, salta la OPA de Gas Natural sobre Endesa, sin que Manuel Pizarro, presidente de la primera eléctrica española, ni sus accionistas principales lo supieran, aparentemente.

José Montilla Manuel Pizarro