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Caruana se va dando capones a discreción: ahora le toca al hinchadísimo precio de la vivienda
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Jesús García

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Caruana se va dando capones a discreción: ahora le toca al hinchadísimo precio de la vivienda

Jaime Caruana se va dando portazos, convertido en el Pepito Grillo, dicho con todo el respeto, del Gobierno y en la conciencia de los ciudadanos, endeudados

Jaime Caruana se va dando portazos, convertido en el Pepito Grillo, dicho con todo el respeto, del Gobierno y en la conciencia de los ciudadanos, endeudados hasta las cejas y que tan poco caso hacen a las advertencias del banco emisor sobre sus propios excesos.

Años llevan los distintos servicios de estudios del Banco de España metiéndose con los elevados salarios y ahora resulta que tenemos encima un enorme problema de inflación de activos. Soros acaba de advertir de casi lo mismo en Estados Unidos y vaticina una recesión para 2007 si suben los tipos de interés de modo excesivo. El G-10 ha puesto en estudio hoy mismo la marcha global del sector inmobiliario, por su complejo comportamiento.

Resulta que el precio de los pisos puede estar sobrevalorado entre un 24% y un 35%, según firma el propio Caruana en inglés de Oxford, en una publicación ocasional que se puede leer en www.bde.es dedicada a Política Monetaria, Estabilidad Financiera y Precios de los Activos, que ofrece un sabrosón capitulito sobre ‘El boom del mercado de la vivienda en España’.

El problema es la persistencia de unos altísimos precios, con avances del 19% en los pisos de segunda mano en los diez primeros meses del año, según Tinsa, y del 10% en los nuevos, camino de otro récord en el visado de viviendas este año, que algunos auguran podría sumar hasta 800.000 casas y pisos. Con más de un millón de transacciones al año en los últimos años. Y el crédito hipotecario creciendo a un ritmo del 24%, con los tipos de interés al alza y la refinanciación de hipotecas a una velocidad del 27%.

Cuanto más dure este encarecimiento, y en la última década el precio de las viviendas ha subido un 114%, mayor es el riesgo de una brusca o desordenada corrección.

La banca puede estar a salvo gracias a las elevadísimas coberturas, pero el miedo es libre cuando se sabe que “la vivienda es garantía de la tercera parte de los créditos bancarios”. El dato, por supuesto, lo aporta Caruana, tras señalar que los bancos no están en peligro. ¿Se lo imaginan diciendo lo contrario?

Peor va a ser para las familias, en las que el nivel de endeudamiento sobre la renta disponible se ha duplicado hasta superar el 100%, con una tasa cero de ahorro familiar. Las rentas más bajas podrían ser las más perjudicadas, aunque algunos expertos señalan que si los tipos suben al 3,50%-4%, desde el 2,25%, bastará con elevar en cinco o siete años los plazos de amortización de los créditos para evitar el problema.

Son los chicos del acordeón, del crédito chicle, del matusalenazo. Muy realistas y conocedores de la idiosincrasia pagadora de los españolitos de a pie, que han visto cómo en la última década la financiación se ampliaba de 10 a 25 años, pero siguen tratando de pagar sus créditos entre los 8 y los 10 años, como mucho.

El riesgo crece conforme el mercado más tarda en hacer la corrección, dice Caruana, que considera casi imposible que no se produzca el morrón, sobre todo si siguen subiendo los intereses y se produce algún recorte también en el ritmo de crecimiento del empleo, hasta ahora alucinante por el proceso de regularización de inmigrantes. Una de cada tres altas en la Seguridad Social sigue correspondiendo a la construcción o al sector inmobiliario, lo que muestra que el modelo de crecimiento sigue intacto.

Liberalización del suelo y desarrollo del mercado de alquiler, sin volverse locos en asuntos fiscales que puedan entrañar ajustes del valor de los activos, son medidas estructurales a tener en cuenta por las autoridades, según Caruana.

En suma, Jaime Caruana, de su puño y letra, alerta a quien quiera oírle de la difícil situación creada por la inflación de activos, poco a casi nada tenida en cuenta desde una perspectiva estadística y que tanto daño puede hacer en familias, empleo, e incluso en el sistema financiero en caso de un brusco movimiento, no tan ordenado como el que pueda prever el Gobernador, dedicado estos días a dar capones en forma de advertencia a diestro y siniestro ahora que en junio, como dice la canción, se va el caimán...

Jaime Caruana se va dando portazos, convertido en el Pepito Grillo, dicho con todo el respeto, del Gobierno y en la conciencia de los ciudadanos, endeudados hasta las cejas y que tan poco caso hacen a las advertencias del banco emisor sobre sus propios excesos.

Jaime Caruana