Montilla y lo crudo que lo tiene E.ON ante “los reguladores y las autoridades españolas”

José Montilla, ministro de Industria, está moderadamente satisfecho -no exultante, porque no es para tanto- con los dos años al frente de su departamento. No concilia la vida laboral y personal, eso se lo deja a Jordi Sevilla. Para él es imposible. Además, no se inmuta mientras da cuenta de una escueta sopa de arroz caldoso con mejillones y desgrana, por ejemplo, lo crudo que lo tendrá E.ON para vender gas ruso en España.

Montilla dijo ayer en un almuerzo en la Asociación de Periodistas Europeos desconocer los papeles entregados por la alemana en la CNE, en los que asegura que diversificará las fuentes de abastecimiento del mercado español y respaldará la garantía de flujos de gas, amén de recordar que tiene sus reservas propias y que participa en el gasoducto del Norte de Europa para el suministro de gas ruso. El gasoducto de marras es donde Schroeder tiene una de sus tantas nóminas.

¿La unión con Endesa refuerza la garantía de suministro o por el contrario lo debilita? El ministro dixit: “Como no conozco la documentación presentada por E.ON, me reservo mi opinión, por lo tanto tengo poco que decir... en el bien entendido que el gas ruso canalizado a España es poco viable, entre otras cosas porque no existen las redes, y hay unos costes aparte de la materia prima que son los peajes correspondientes y Rusia está muy lejos. No sería competitivo con el gas procedente de otros mercados. No lo digo yo, lo dijo el presidente Putin en su última visita a España. No es una percepción subjetiva mía”.

Otro asunto nada baladí es el famoso proyecto de Medgaz, el consorcio de siete empresas internacionales. Cepsa y Sonatrach, los promotores y principales accionistas, tienen un 20% de participación cada uno y Total, Endesa, BP, Gaz de France e Iberdrola un 12% cada una. Con una capacidad de 8.000 millones de metros cúbicos al año transportará gas desde Beni-Saf, costa argelina, hasta Almería, a través de 200 kilómetros sumergidos sobre el lecho del Mediterráneo a 2.160 metros de profundidad máxima.

Pues bien si E.ON se hiciera con Endesa podría acabar teniendo la llave del gas ruso, con el oleoducto del Norte, y la del argelino, con su participación correspondiente. “Eso dependerá también del regulador español. Obviamente para el regulador español y las autoridades españolas lo prioritario es la seguridad del suministro”, subraya Montilla.

De estas cositas hablarán hoy en Berlín Ángela Merkel y Rodríguez Zapatero dentro de ese punto del orden del día de su visita que versa sobre el (inexistente) mercado único energético europeo. Montilla espera que en un periodo razonable Europa tenga ese mercado y un regulador, aunque no lo ve una realidad a corto plazo. “Hay cosas que pueden resultar utópicas y pueden convertirse en realidad”, remata.

Mientras tanto Montilla y “cualquier observador imparcial” estima “curioso” que sea ahora cuando la Comisión Europea se fije en la famosa disposición 27 de la Ley de Medidas Urgentes, un asunto del anterior ejecutivo como la acción de oro, sobre todo teniendo en cuenta que en otros países como Bélgica hay normas similares en vigor. Vamos que es lógico que mientras esté en vigor el Gobierno de turno pueda usarla.

“No presuponga usted -dice el ministro- un uso torticero de la norma que ya fue usada por este Gobierno en la toma de control de EDP sobre Hidrocantábrico”.

Vamos camino del parto de los nueve meses desde que se lanzó la OPA de Gas sobre Endesa, ahora paralizada, y con esta de E.ON sobre la mesa acabamos de empezar. Con la vía judicial más abierta que nunca -hoy pendientes del Supremo que resuelve sobre la autorización de la OPA con condiciones por parte del Gobierno- y la política al más alto nivel.

Las empresas ahora en un segundo plano, los fondos más especulativos que entraron al hilo de la segunda OPA nerviosos y los accionistas hartos de esperar. Y con toda Europa a la expectativa de los dictámenes de las autoridades regulatorias y no regulatorias españolas, que es donde E.ON puede encontrar más chinas en el camino.

Veremos que sale de la reunión de ZP y Merkel porque el pacto o el reparto no parece una solución empresarial. E.ON no quiso quedarse con un 24,9% de Endesa como caballero blanco y va a por todas, igual que Gas Natural, que deberá mostrar cuando las brumas se alejen -si es que se alejan- el color de su dinero, que es lo que quieren ver los accionistas de la eléctrica. Sobre 27,5 euros lo que quieran, aunque desde lo del aval Endesa ha perdido casi un euro y ahí sigue.