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La tasa Tobin y la experiencia sueca como ejemplo
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Rafael Ojeda

Qué se mueve por Wall St.

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La tasa Tobin y la experiencia sueca como ejemplo

La tasa Tobin es un tipo de tasa sobre las transacciones financieras que fue propuesta por el economista estadounidense James Tobin en el 1971. Este tipo

La tasa Tobin es un tipo de tasa sobre las transacciones financieras que fue propuesta por el economista estadounidense James Tobin en el 1971. Este tipo de impuesto recuperó la atención pública cuando su aplicación fue propuesta en los años noventa por el movimiento antiglobalización y, de nuevo, con motivo de la crisis económica de 2008-2012.

James Tobin consideró que se abusó de su idea y de su nombre, dado que en su origen la tasa solo tenía por objetivo frenar la volatilidad de los mercados cambiarios internacionales y en su nueva formulación se propone que la recaudación se destine a fines sociales o que tenga por objetivo el control de la crisis financieras como la de la deuda soberana europea.

En el desarrollo de su idea, Tobin estuvo influido por el trabajo de John Maynard Keynes sobre la teoría general de las tasas sobre transacciones financieras. El concepto de Keynes deriva de su observación en 1936, cuando propuso que una tasa sobre las transacciones financieras fuera impuesta en las operaciones de Wall Street, donde argumentó que la excesiva especulación de traders financieros sin información aumentaba la volatilidad de los mercados.

George Soros comentó en su momento que, si bien es cierto que esta tasa desincentivaría la especulación de divisas, también reduciría la liquidez del mercado.

La CECA, AMF y la AEB han solicitado que antes de tomar una decisión sobre la introducción de esta tasa se estudie el impacto que esta medida puede tener, aprovechando que en el mes de agosto se ha puesto en marcha en Francia. Paralelamente piden que se analicen otras alternativas que aporten mayor seguridad al sistema.

En su opinión (y en la mía) el coste de la tasa se trasladaría tanto al cliente minorista como al institucional, esto supondría un sobrecoste para operar sobre acciones españolas.

La actividad en el mercado español se reduciría (con el consiguiente impacto sobre la capacidad recaudatoria), se produciría una deslocalización de las operaciones fuera de España y la tasa podría llegar a suponer la desaparición de las casas de bolsa pequeñas y medianas.

El impuesto no solo no conseguirá el objetivo (nada menos que 2.000 millones) sino que su mera aplicación será extremadamente contraproducente, puesto que producirá una potencial perdida de competitividad del mercado español y hay un enorme riesgo de que inversores extranjeros se desprendan de otros activos financieros no incluidos en el proyecto de ley (acciones y CDS) ante el temor de su posible inclusión en caso de ser necesario.

El caso sueco es clarificador. En 1984, Suecia introdujo una tasa del 0,5% sobre compra o venta de un activo de capital, de modo que una transacción de ida y vuelta (compra y venta) resultaría en un gravamen del 1%. En julio de 1986 fue doblado. En enero de 1989, se introdujo una tasa considerablemente mas baja del 0,002% sobre los activos de renta fija.

La recaudación de esta tasa no fue buena. Se preveía inicialmente que los ingresos de la tasa sobre los valores de renta fija fueran de 1.500 millones de coronas suecas al año. En realidad, no superaron los 80 millones de coronas suecas ningún año y la media estuvo cerca de los 50 millones. Además, al caer los volúmenes negociados imponibles, la recaudación de los impuestos sobre las ganancias del capital también cayo, eliminando por completo el efecto recaudador positivo de la tasa sobre las transacciones de capital.

El día que la tasa fue anunciada, los precios de las acciones cayeron un 2,2%. Pero existió filtración antes del anuncio, lo que explicaría la caída del 5,3% en el precio durante los 30 días anteriores al anuncio. Cuando la tasa fue doblada, los precios volvieron a caer un 1%.

Incluso aunque la tasa sobre los valores de renta fija fue mucho más baja que sobre el capital, el impacto en la negociación de mercado fue más dramático. Durante la primera semana del impuesto, el volumen de negociación de bonos cayó un 85%, incluso aunque la tasa para el bono a cinco años fuera de tan solo el 0,003%. El volumen de la negociación de futuros cayó un 98% y el mercado de opciones desapareció. 

El 15 de abril de 1990, se abolió la tasa sobre los activos de renta fija. En enero de 1991, los tipos de las demás tasas fueron recortados a la mitad y al final de ese año fueron abolidos completamente. Una vez que las tasas fueron eliminadas, los volúmenes de negociación volvieron y crecieron sustancialmente durante los años noventa.

El futuro inmediato de la tasa Tobin española es una incógnita. Cristóbal Montoro aseguró que no tenía sentido aplicarla si lo hace solo un país. Francia lo hizo en agosto, en España el Ministerio de Hacienda mantiene el proyecto vivo. La batalla entre el gobierno y los potenciales afectados sigue en todo lo alto.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, veremos...

La tasa Tobin es un tipo de tasa sobre las transacciones financieras que fue propuesta por el economista estadounidense James Tobin en el 1971. Este tipo de impuesto recuperó la atención pública cuando su aplicación fue propuesta en los años noventa por el movimiento antiglobalización y, de nuevo, con motivo de la crisis económica de 2008-2012.