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Rafael Ojeda

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De promesas y precipicios

Durante la campaña, Barack Obama ha evitado concretar mucho sus promesas para estos cuatro años. Esta falta de concreción, se debe a que más adelante se

Durante la campaña, Barack Obama ha evitado concretar mucho sus promesas para estos cuatro años. Esta falta de concreción, se debe a que más adelante se le pueden echar en cara esos compromisos, especialmente sobre el mercado laboral, donde el presidente prometió en 2008 crear 12 millones de empleos no llegando ni a la mitad de esa cifra.

Así que la cautela ha sido la máxima de la campaña. Pero, con más o menos precisión, sí podemos esbozar la hoja de ruta demócrata hasta 2016. Una agenda que encontrará muchos obstáculos, porque para hacerse realidad deberá contar con el visto bueno del Congreso, que vuelve a estar bajo el control republicano.

La tasa de paro se situó en el 7,8% en septiembre y en el 7,9% en octubre, rompiendo así un periodo de 43 meses en el que se había instalado por encima del 8%, el más largo desde la Gran Depresión. Siendo las tasas más bajas de la primera legislatura de Obama, es el primer presidente desde Roosevelt en ser reeelegido con una tasa de paro como la actual.

Ahora Obama no se atreve a dar cifras generales y tan sólo desvela que creará un millón de puestos en el sector manufacturero. ¿Cómo? Aplicando exenciones fiscales a empresas que vuelven del exterior para instalarse en EEUU y eliminado las ventajas para aquellas compañías que trasladen los empleos al extranjero, medidas que no darán fruto y sino al tiempo.

En el tema impositivo, la máxima de Obama pasa por la regla Buffett, que pretende que aquellos que ganen más de un millón de dólares al año paguen al menos un 30% de impuestos. En este grupo de rentas más altas, todos los que ingresen más de 250.000 dólares anuales tampoco verían prorrogados los incentivos fiscales de la etapa de George W. Bush. Al mismo tiempo, Obama quiere aumentar el impuesto sobre los ingresos de capital del 15% al 20%. Esto último son malas noticias…..

En el capítulo de rebajas, pretende reducir el Impuesto de Sociedades del 35% al 28%, dejándolo en el 25% para algunas industrias que aún no ha especificado. Aunque, como contrapartida, eliminará "docenas" de exenciones a las empresas que finalmente compensarán la reducción del impuesto, por lo que el aliciente desaparece.

En cuanto al déficit y la deuda, el objetivo de todas estas medidas fiscales, que se combinarían con recortes de gastos y cambios en el Medicare, Medicaid y otros programas sociales, sería reducir el déficit, que durante los últimos cuatro años se ha situado en máximos desde la Segunda Guerra Mundial. El objetivo es recortarlo en 4 billones de dólares en un plazo de diez años y rebajar la deuda, que supera ya los 16 billones de dólares, algo más de lo que genera la economía en un año. Todo esto sin renunciar a seguir usando el gasto público para estimular la recuperación.

Obama continuará intercediendo para que Europa acelere sus reformas. Partidario de los rescates, de no recortar el gasto público y de los estímulos monetarios, ya ha criticado en las últimas semanas la lentitud de la UE para responder a la crisis. Si le interesa esta recuperación de la UE es sobre todo porque es el principal socio comercial de EEUU. “Si Europa cae en recesión significa que vamos a venderles menos bienes y servicios, y eso va a tener algún impacto”.

Obama aprobó en 2010 la ley Dodd-Frank, diseñada para estrechar el cerco a Wall Street y aumentar el control de las operaciones de alto riesgo. La banca está en contra de esta norma, pues critica que es una regulación excesiva que provocará fuertes pérdidas de dinero y de empleos.

De momento, los fallos de esta reforma financiera quedan patentes en que en dos años tan sólo ha entrado en vigor un tercio del texto. Ahora Obama tiene por delante otro mandato para especificar en qué consistirá la nueva regulación y para trasladarla a normas aplicables y comprensibles para las entidades.

Ben Bernanke, el actual presidente de la Fed, ya ha anunciado que seguramente no se presentará a un tercer mandato una vez que expire el actual en enero de 2014. Esto obliga a Obama a buscar un nuevo líder para el banco central que siga con la tónica que volverá a marcar el demócrata en esta legislatura: activar la máquina de hacer dinero.

En el camino hacia la mayor independencia energética de EEUU, promete reducir a la mitad las importaciones de petróleo extranjero en 2020 a través de una “estrategia amplia”. Eso pasa por elevar la producción local de crudo y gas y por desarrollar todas las fuentes de energía, sobre todo eólica y solar, a las que dedicará nuevos recursos.

Su objetivo es que el 80% de la electricidad proceda de fuentes limpias en 2035. La estrategia se completaría con la eliminación de las rebajas y beneficios tributarios para las empresas extractoras de crudo y gas, que suman 4.000 millones de dólares (lo que es contraproducente si quieres incrementar las extracciones en tu propio país, pero…).

Junto a ello, Obama se proclama defensor de la producción de gas natural. Con todo ello, dice que conseguirá crear 600.000 empleos en el sector energético desde ahora hasta 2020 (con él ya fuera de la Casa Blanca).

Casi todo no dejan de ser buenas intenciones, se trataba de ganar y lo ha hecho, Romney también había prometido medidas de dudoso cumplimiento, pero lo que tenemos ahora es el precipicio fiscal y Obama se va a encontrar al partido republicano enfrente, y esta vez, sin 100 días de gracia.

El candidato a vicepresidente del partido republicano y enconado archienemigo de Obama seguro que planea su venganza, Obama va a sudar tinta pata elevar el techo de deuda y evitar un escenario de recesión inminente y al igual que a España lo que le falta es... tiempo.

Durante la campaña, Barack Obama ha evitado concretar mucho sus promesas para estos cuatro años. Esta falta de concreción, se debe a que más adelante se le pueden echar en cara esos compromisos, especialmente sobre el mercado laboral, donde el presidente prometió en 2008 crear 12 millones de empleos no llegando ni a la mitad de esa cifra.