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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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Los ausentes de Davos

En sus casi cuarenta años de exitosa existencia como referencia indiscutible de los principales actores de la economía de mercado, nunca se había visto una cumbre

En sus casi cuarenta años de exitosa existencia como referencia indiscutible de los principales actores de la economía de mercado, nunca se había visto una cumbre de Davos con tantas ausencias. Pocos banqueros se han atrevido a dejarse fotografiar en las preciosas montañas nevadas de Suiza mientras está teniendo lugar la mayor nacionalización de instituciones financieras de la historia. 

 

Tampoco se han dejado ver mucho los gestores de private equity que han preferido quedarse en sus cuarteles generales en Nueva York y en Londres monitorizando el impacto de la crisis en las empresas que tienen en cartera. Entre los pocos asistentes del sector estuvieron viejos “rockeros” como David Rubenstein y Stephen Schwarzman, fundadores de Carlyle y Blackstone, respectivamente, que no han faltado a la cita anual de Davos y participaron en el panel titulado “tiempos arriesgados para el capital riesgo” que tuvo lugar el pasado viernes y que no fue especialmente brillante.

Es muy buena noticia para el sector que, después de varios años en primera línea de fuego, la presencia de los gestores del private equity haya pasado desapercibida. El volumen total de activos bajo gestión en este activo financiero es muy poco representativo en la economía mundial -inferior al 1% del PIB americano- y el excesivo protagonismo asumido en los últimos años no se justifica ni tampoco le beneficia.

El private equity es, como su propio nombre indica, de carácter privado y parte de su éxito que le ha consolidado como uno de los activos financieros más rentables y consistentes a lo largo del último cuarto de siglo ha sido su capacidad para invertir en compañías no cotizadas para mejorar su gestión y luego venderlas.

El exceso de liquidez de los últimos años ha propiciado un exceso de adquisiciones muy apalancadas de grandes compañías cotizadas que ha elevado significativamente el perfil mediático de los gestores de private equity. Afortunadamente esta época es historia y el sector, como la economía, vuelve a la normalidad “back to basics”  y como se ha podido ver a lo largo de la última semana en Davos los gestores de private equity han vuelto al perfil bajo que nunca deberían haber perdido. 

Se dice que el protagonismo en la cita anual de Davos que se celebra cada mes de enero, anticipa quienes serán las referencias en el mundo económico durante los próximos doce meses. Así ocurrió a finales de los noventa con los jóvenes emprendedores de las compañías de Internet que tanto cautivaron a los inversores, pasando posteriormente el testigo a los líderes que denunciaron la amenaza del cambio climático, y en los últimos años han sido los gestores de hedge funds y private equity, así como los máximos responsables de fondos soberanos los que acapararon el interés de los medios y los inversores.

Este año ninguno de los colectivos mencionados han captado mucha atención y han sido los cuarenta jefes de gobierno que han participado en Davos, y especialmente los primeros ministros de China y Rusia, los que han acaparado los principales titulares. Mucho está cambiando el mundo y en especial en la economía de mercado, que hace que personajes como Putin y el premier Chino Wem Jiabao acaparen la máxima atención de los mas de mil gobernantes, empresarios, banqueros y medios de comunicación que han acudido a la mayor reunión anual del capitalismo. El mundo está cambiando y Davos también.

Ignacio Sarría, director general de Arcano Capital

En sus casi cuarenta años de exitosa existencia como referencia indiscutible de los principales actores de la economía de mercado, nunca se había visto una cumbre de Davos con tantas ausencias. Pocos banqueros se han atrevido a dejarse fotografiar en las preciosas montañas nevadas de Suiza mientras está teniendo lugar la mayor nacionalización de instituciones financieras de la historia.