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La clave del éxito del equipo Brawn GP en F1
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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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La clave del éxito del equipo Brawn GP en F1

En diciembre de 2008, cuando todavía no habían transcurrido ni dos meses desde la suspensión de pagos de Lehman Brothers y compañías como General Motors y

En diciembre de 2008, cuando todavía no habían transcurrido ni dos meses desde la suspensión de pagos de Lehman Brothers y compañías como General Motors y Chrysler se asomaban peligrosamente a la quiebra, Honda hizo publico su intención de abandonar sus intereses en la F1 después de ocho años como escudería.

 

Apenas cuatro meses antes de que empezara la temporada de F1 con el GP de Australia uno de los equipos con mayor presupuesto -casi 400 millones de dólares- y 700 empleados buscaba desesperadamente un nuevo dueño. Después de varios intentos frustrados de atraer millonarios -entre los que se encontraba Sir Richard Branson fundador del imperio Virgin- hacia el siempre llamativo circo mediático de la F1, desde los cuarteles generales de Honda crecía la preocupación ante los efectos de la inevitable liquidación del equipo.

Dos meses antes de que se iniciase la temporada, Ross Brawn hasta entonces director técnico de Honda y pieza clave para que Schumacher fuera siete veces campeón del mundo con Benetton y Ferrari, planteó a los japoneses una operación de Management Buy Out, bajo la cual los directivos de la escudería se hacían con el control del equipo Honda.

Apenas unas semanas antes de que se iniciara el GP de Australia, los nuevos propietarios tras depositar más de cien millones de dólares en las cuentas de Honda dieron a conocer el nuevo equipo Brawn GP. La apuesta no estaba exenta de notables  riesgos en medio de una severa crisis económica que ha recortado las inversiones en publicidad corporativa, lo que les impidió contar con sponsors que les avalaran en su arriesgada aventura.

Raras veces en la historia de la F1, la multicolor parrilla de salida esta formada por una escuderia propiedad de sus empleados y que compite con monoplazas inmaculados y huérfanos de reclamos publicitarios.

La nueva escudería, liderada por uno de los ingenieros más experimentados de la F1, empezó a tomar las primeras decisiones. No cambiaron muchas cosas, mantuvieron a los mismos pilotos Button y Barrichelo, pero con una sustancial rebaja  en sus millonarios honorarios- superior al 50%-, así como a una parte sustancial de los empleos. Técnicamente, decidieron apostar por un motor Mercedes, invertir en una arriesgada innovación técnica para los difusores de sus monoplazas, así como implementar un plan de incentivos para cada uno de los empleados sujetos a objetivos concretos.

En pocos meses, Honda, un equipo que en la temporada anterior no gano ningún Gran Premio y acabó en los últimos puestos en el Mundial de constructores, ya ha ganado cuatro de los cinco GP de esta temporada, ocupa las dos primeras plazas del Mundial de pilotos y es líder indiscutible de constructores. Como no podía ser de otra forma, los éxitos han animado a empresas como Virgin y otras que vendrán a interesarse para ser sponsors de los inmaculados coches del Brawn GP. 

La temporada es muy larga y todavía quedan muchas carreras por disputar pero en pocos meses los ejecutivos de Brawn han sido capaces de gestionar con éxito, en uno de los entornos más difíciles en la historia de la F1, un equipo como Honda, que parecía destinado a desaparecer.

La formula del Management Buy Out que se basa en la perfecta alineación de intereses entre directivos y gestores también es posible en el supercompetitivo mundo de la F1. No solo se ha evitado la liquidación de una de las escuderías de más presupuesto de la F1, sino que en tres meses los nuevos propietarios de Honda han sido capaces de ganar más carreras que durante los ocho años bajo la propiedad japonesa.

Ignacio Sarría, director general de Arcano Capital

En diciembre de 2008, cuando todavía no habían transcurrido ni dos meses desde la suspensión de pagos de Lehman Brothers y compañías como General Motors y Chrysler se asomaban peligrosamente a la quiebra, Honda hizo publico su intención de abandonar sus intereses en la F1 después de ocho años como escudería.