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2009, un “año perdido” en la historia del private equity
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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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2009, un “año perdido” en la historia del private equity

Escribo estas líneas esperanzado, porque apenas quedan unos días para que estrenemos un nuevo ejercicio, que inaugurará la segunda década del tercer milenio. No será fácil

Escribo estas líneas esperanzado, porque apenas quedan unos días para que estrenemos un nuevo ejercicio, que inaugurará la segunda década del tercer milenio. No será fácil recordar 2009 por otra cosa que no sea la pérdida de tiempo que para muchos gestores ha significado este año.

 

Hace exactamente doce meses, la incertidumbre que dominaba los mercados (arrastrados por la caída de Lehman Brothers), y los acontecimientos posteriores que hicieron temblar los cimientos del “modelo capitalista”, hacían muy difícil preveer como se comportaría el sector de private equity en 2009. Sin embargo, ni los más pesimistas esperaban que asistiéramos a doce largos meses de semejante “inacción”.

Probablemente, la mayor decepción del 2009 ha sido el escaso volumen de inversión observado en este ejercicio, equiparándose al nivel de actividad de hace una década. El volumen invertido por los fondos de private equity en compañías en Estados Unidos y  en Europa a lo largo de este ejercicio representa una quinta parte respecto a la media de los últimos tres años.

Las altas expectativas de los gestores de invertir en compañías atractivas a precios razonables -como resultado del entorno de recesión vivido en las principales economías desarrolladas- se han visto truncadas por la acusada restricción crediticia que todavia imponen las principales instituciones financieras, así como a la resistencia de los vendedores a corregir sus expectativas de precio de las compañías.

Uno de los gestores pioneros en el sector, y con  más de tres décadas liderando las principales operaciones de buyout en Estados Unidos, me reconocía recientemente: “nunca había visto en mi carrera profesional semejante disparidad entre las expectativas de vendedores y compradores, ni había tenido tan pocas reuniones con ejecutivos de los mayores bancos financiadores de Wall Street como en este año”.

 

Como consecuencia de todo lo anterior, la actividad de realizaciones de las inversiones, ya sea vía venta a un tercero o salidas a Bolsa (conocidas en el sector como “exits”), ha sido muy decepcionante. Se estima que el dinero que se ha devuelto a los inversores de private equity, como consecuencia de las desinversiones del 2009, representa menos del 20% de la media de las distribuciones recibidas por los inversores a lo largo del período 2006-2009.

Y por último, el desplome de las nuevas inversiones, así como de las aportaciones de capital devueltas a los inversores, han desdibujado el equilibrado ecosistema que configura el sector de private equity, provocando una parálisis de los inversores a suscribir nuevos fondos. En los últimos meses, se ha levantado una quinta parte del volumen captado de media en los últimos tres años.

A pesar de los decepcionantes resultados del sector en 2009, hay indicadores que fundamentan razones para el optimismo respecto al futuro inmediato. A lo largo del último trimestre se han anunciado más operaciones que en el resto del año, y la reactivación de las salidas a Bolsa es una realidad que está facilitando la recuperación de las deseadas desinversiones, que son el motor necesario del private equity para recuperar la confianza de los inversores, “I want my money back, show me the money”.

Es difícil pronosticar cómo serán los próximos doces meses, pero es razonable pensar que podemos asistir a uno de los mejores años para el sector. Las estadísticas de rentabilidad de los fondos de private equity que recopilan información del último cuarto de siglo,  muestran cómo las mejores añadas coinciden con los años posteriores a recesiones económicas. Así ocurrió a principio de los ochenta, noventa, y los años posteriores al pinchazo de la burbuja tecnológica, y es previsible que la situación se repita en esta ocasión.

Que nadie pierda mucho tiempo buscando y analizando las estadísticas del 2009, que será conocido como el “año perdido” del sector, pero afortunadamente el talento y la ingente capacidad financiera de los fondos de private equity para llevar a cabo interesantes operaciones en los próximos meses sigue intacta.  ¡Bienvenido 2010!

Ignacio Sarría, director general de Arcano Capital

Escribo estas líneas esperanzado, porque apenas quedan unos días para que estrenemos un nuevo ejercicio, que inaugurará la segunda década del tercer milenio. No será fácil recordar 2009 por otra cosa que no sea la pérdida de tiempo que para muchos gestores ha significado este año.