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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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El poderoso eje Washington-Beijing

La semana pasada Google hacía público que está replanteándose su estrategia en el mercado chino, como consecuencia de los perjuicios provocados por hackers presuntamente gubernamentales intentando

La semana pasada Google hacía público que está replanteándose su estrategia en el mercado chino, como consecuencia de los perjuicios provocados por hackers presuntamente gubernamentales intentando extraer información de cuentas de Gmail de activistas chinos en favor de los derechos humanos.

El mismo día Carlyle, una de las mayores gestoras de Private Equity americanas, hacía público el novedoso acuerdo con las autoridades municipales de Beijing para lanzar un fondo chino en renminbis. Carlyle ha sido la primera gestora en lanzar un fondo según la regulación recientemente aprobada en Beijing, bajo la cual se pretende incentivar el lanzamiento de fondos de Private Equity denominados en divisa local, y cuyo objeto de inversión sea exclusivamente las empresas chinas. 

No ha sido nada fácil el aterrizaje de Carlyle en el mercado chino, que intentó con poco éxito hacerse con el control de Xugong, una compañía constructora controlada por el Gobierno y que después de más de tres años de intensas negociaciones fue vetada por las autoridades de Beijing.

A pesar del significativo revés tras el intento frustrado de controlar Xugong, Carlyle ha apostado fuerte por este mercado y es propietario de compañías chinas en el sector de alimentación infantil y de agencias de viajes. Inversiones que controla desde sus oficinas en Beijing, Hong Kong y Shangai donde cuenta con un potente equipo de profesionales. 

David Rubenstein, que después de haber trabajado en la Casa Blanca en la Administración del Presidente Carter fue uno de los fundadores de Carlyle (la tercera mayor gestora de Private Equity en el mundo con más de 50.000 millones de dólares bajo gestión), cree que el mercado chino es actualmente el “epicentro del sector de Private Equity” y muy pronto será “el mayor mercado de operaciones”.

Es curioso observar como los principales ejecutivos de Carlyle, cuyos cuarteles generales están en Washington DC -no muy lejos de la Casa Blanca- y que guardan una excelente relación con la Administración Obama, apuestan de forma decisiva por el mercado chino.

Parece que el mundo es cosa de dos, y tanto Washington como Beijing lo tienen muy claro. A veces la historia es caprichosa y se repite, pero esperamos que la decidida apuesta de Carlyle de colaborar con Beijing para lanzar un fondo de Private Equity que invierta en empresas chinas, sea más sencilla y menos polémica que lo que está siendo el lento desarrollo de Google como motor de búsqueda de referencia para los internautas chinos.

La semana pasada Google hacía público que está replanteándose su estrategia en el mercado chino, como consecuencia de los perjuicios provocados por hackers presuntamente gubernamentales intentando extraer información de cuentas de Gmail de activistas chinos en favor de los derechos humanos.

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