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El Oscar de Avatar "va" para el Private Equity
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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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El Oscar de Avatar "va" para el Private Equity

Fueron muchos los sorprendidos la noche del pasado 7 de marzo cuando el actor Tom Hanks anunciaba que la película más taquillera de la historia no

Fueron muchos los sorprendidos la noche del pasado 7 de marzo cuando el actor Tom Hanks anunciaba que la película más taquillera de la historia no era merecedora del Oscar al mejor film del año.

 

Una vez más, el criterio de los miembros de la Academia de cine más prestigiosa del mundo no coincidió con los más de 400 millones de personas que han acudido a ver la película en tres dimensiones más famosa. Los gurús del celuloide sabrán por qué el largometraje “En tierra hostil”, que apenas ha recaudado un 1% de lo que ha generado Avatar, merece el galardón.

Es probable pensar que los más de 2.600 millones de dólares recaudados hayan ayudado al director James Cameron a recuperarse del enfado tras la “noche de los Oscars”, después de más de cuatro intensos años dedicados a la elaboración de la película más cara de la historia con un coste total de producción cercano a los 300 millones de dólares.

En cualquier caso, los que seguro que están muy contentos son los ejecutivos de Dune Entertainment y Ingenious Media, dos gestoras de fondos de Private Equity que han financiado el 60% de los elevados gastos de producción de Avatar junto a la multinacional americana Fox.

Ambas firmas, que están especializadas en gestionar fondos de Private Equity y que cuentan con experiencia en invertir en producciones de cine con el objetivo de obtener unos retornos superiores al 20% para sus inversores, recibirán aproximadamente un 60% de los ingresos obtenidos por Avatar.

Como decía uno de los ejecutivos que decidió invertir en Avatar “aunque no esperábamos semejante éxito, teníamos mucha fe en el trabajo de Cameron y después de analizar la película con mucho detalle, sabíamos que Avatar era algo totalmente distinto a lo que habíamos visto hasta ahora en el cine”.

 

Ambas firmas llegaron a un acuerdo con Fox para asumir parte de los elevados costes incurridos por la película cuando ésta estaba prácticamente finalizada, por lo que las plusvalías generadas por la inversión en un periodo de tiempo tan reducido son espectaculares.

El Private Equity no suele ser una fuente de financiación de películas muy frecuente, ya que la incertidumbre para proyectar los gastos e ingresos de las producciones no es del agrado de la mayoría de los inversores institucionales que invierten en este activo financiero para mitigar la correlación en sus carteras de inversión. Además, la intrusión de la financiación publica -especialmente en Europa- para respaldar el cine, complican aún más si cabe el perfil de riesgo de las inversiones de capital privado en el séptimo arte.

Sin embargo, en Estados Unidos es cada vez más frecuente acudir a inversores particulares e incluso fondos de inversión alternativa para financiar grandes producciones. A pesar del elevado perfil de riesgo inherente en un entorno generalizado de descenso de asistencia a los cines, los tiempos de producción y la capacidad de realizar las inversiones en un plazo de 4-5 años lo convierten en un activo apto para el Private Equity.

Es prematuro pensar que el éxito de Avatar vaya a animar a más inversores a participar en grandes producciones de cine, pero seguro que más de uno estará analizando seriamente cómo identificar las próximas gallinas de los huevos de oro de Hollywood.

Fueron muchos los sorprendidos la noche del pasado 7 de marzo cuando el actor Tom Hanks anunciaba que la película más taquillera de la historia no era merecedora del Oscar al mejor film del año.