“Spain”, una oportunidad histórica

Muchos son los que me preguntan, cada vez con más frecuencia, cuáles son las expectativas para el sector del private equity en España, teniendo en cuenta la compleja situación de la economía española.

A pesar que no soy partidario de hacer predicciones ni juicios de valor sobre lo que puede pasar, especialmente en momentos de tanta incertidumbre, me gustaría compartir algunas tendencias que cada vez me parecen más evidentes.

La primera consideración está relacionada con el significativo volumen de atractivas compañías españolas que van a estar en “proceso de venta” durante los próximos tres años. La situación actual del sistema financiero español en pleno proceso de recapitalización va a forzar a una racionalización del número de jugadores, lo que va a provocar una cascada de operaciones corporativas para reforzar los balances de las entidades resultantes.

Como decía recientemente una persona muy conectada con los máximos responsables de la política económica de nuestro país: “la obligada reorganización del sistema financiero español va a provocar un necesario reparto de las cartas, que nada tendrá que ver con el status quo de poder con el que hemos vivido desde hace tanto tiempo”.

Este nuevo “reparto de cartas” va a poner sobre la mesa oportunidades de invertir en compañías que hasta le fecha eran consideradas “intocables”, y que sin lugar a dudas atraerán el interés de los fondos de private equity.

Por otro lado, las maltrechas finanzas públicas lastradas por crecientes niveles de déficit y endeudamiento público, va a ofrecer oportunidades de inversión muy atractivas en empresas públicas y en la privatización de servicios hasta ahora suministrados por la Administración.

Como comentaba hace bien poco el titular de Hacienda, “sólo hay dos alternativas, reducir los servicios sociales prestados o mantener el nivel de prestación asumiendo el pago de una parte de los mismos”. El Ejecutivo está trabajando en un agresivo plan que atraiga el interés de inversores privados, incluidos fondos de private equity, que permita sanear las arcas públicas. Algunas de las empresas públicas que hasta ahora se han considerado “joyas de la corona por su elevado interés estratégico” van a tener el cartel de “Se Vende” en un futuro inmediato.

Respecto a la calidad de los activos disponibles, las expectativas también son atractivas para los inversores interesados en las oportunidades descritas en los párrafos anteriores. Las políticas de ajuste en el mercado laboral y el exceso de oferta están provocando una notable depreciación de salarios, lo que está elevando la competitividad de nuestra economía, como se ve en el caso de la balanza exterior española.  

A pesar de lo que puedan pensar algunos, las empresas españolas están mejorando sus niveles de competitividad, haciendo más atractivos los retornos esperados por los potenciales inversores.

La escasez de financiación, y especialmente de capital privado para invertir en empresas españolas, va a favorecer un nivel de precios muy atractivo para los posibles compradores.

No todo es positivo, ya que el principal inconveniente para anticipar una recuperación de la actividad corporativa en España es la escasez de financiación. Si bien son muy pocas las entidades que estén dispuestas a financiar adquisiciones corporativas, los reducidos niveles de precios de los activos y la calidad los mismos facilitarán el acceso a los paquetes de financiación necesarios para obtener niveles de rentabilidad atractivos.

Sin lugar a dudas, la situación actual de la economía española le convierte en uno de los mercados con las oportunidades de inversión mas atractivas para los fondos de private equity.

El tiempo dará y quitará razones, pero a pesar del pesimismo reinante, vienen muy  buenos tiempos para invertir en empresas españolas. Feliz verano a todos.