Te renta
Por
¿De verdad tiene tanto riesgo el capital riesgo?
Los fondos de private equity ofrecen una rentabilidad superior a la de la bolsa, con un nivel de volatilidad inferior. ¿Dónde está el truco?
No sólo de pan vive el hombre. Y no sólo de bolsa y renta fija se nutre el pequeño inversor. Existe un conjunto de inversiones con las que es posible darle un poco de chispa a la cartera: los activos alternativos.
Dentro de este grupo se encuentra un producto que es todavía más rentable que la bolsa (no, no son las criptos) a pesar de que el nivel de riesgo resulta muy razonable (ya os dije que no eran las criptos). Me refiero a los fondos de capital riesgo.
Tradicionalmente, eran coto exclusivo de las grandes fortunas. El umbral mínimo para invertir se situaba en los 100.000 euros. Sin embargo, hace un par de años se produjo un cambio regulatorio que rebajó este umbral desde los 100.000 a los 10.000 euros. Este tipo de productos invierte en compañías no cotizadas. De ahí que en inglés se denomine private equity, ya que el adjetivo private se aplica a las empresas que no se pueden comprar o vender en bolsa. Sin embargo, en español se ha optado por el término capital riesgo que, reconozcámoslo, puede resultar un tanto disuasorio.
La cuestión es: ¿tiene realmente tanto riesgo? Según se mire. Es cierto que se centra en compañías que no cotizan. Algunas se encuentran en fases tempranas o bien tienen modelos de negocio que no están consolidados. Desde esa perspectiva, la incertidumbre puede ser mayor. Pero en la otra cara de la moneda, recordemos que en la bolsa no sólo nadan las ballenas de gran capitalización, con ingresos estables y predecibles. También hay pececillos de pequeños y mediano tamaño (las small y medium caps) e incluso algún que otro chicharro.
Entonces ¿cómo podemos medir el riesgo de forma objetiva? En el mundo financiero, se suele utilizar el concepto de volatilidad. En otras palabras, los altibajos que experimenta el valor de tu inversión. Y normalmente cuanto mayor es la rentabilidad potencial, mayores son esos altibajos. En resumen: cuanta más rentabilidad, más riesgo. Sin embargo, nos encontramos con una paradoja: el capital riesgo presenta una volatilidad más baja que la bolsa y al mismo tiempo ofrece un retorno superior.
Según un estudio de la gestora State Street Global Exchange, la volatilidad anualizada del private equity entre 1999 y 2019 fue del 10%, mientras que la del S&P 500 fue del 16%. En cambio, la rentabilidad del primero fue del 11%, mientras que el principal índice de la bolsa americana ganó un 6%.
¿Dónde está el truco? ¿Acaso hay gato encerrado? Lo cierto es que no. Varios estudios llegan a conclusiones parecidas. Y es que el capital riesgo goza de una ventaja que es a su vez su principal inconveniente: la iliquidez. Como las compañías no cotizan, no están sujetas a la irracionalidad que en ocasiones se apodera de los mercados. Su valor depende de las estimaciones de beneficios y de que esas estimaciones se cumplan. Punto. En cambio, la bolsa, como sabemos, depende también del miedo, la avaricia, el pesimismo, la euforia y un sinfín de sesgos emocionales más. Cotizar a tiempo real es lo que tiene.
Puede suponer un plus interesante para una cartera de inversión
En cuanto al exceso de rentabilidad, el capital riesgo tiene varias bazas a su favor. Por un lado, la competencia para comprar esas compañías es menor, por lo que es más fácil conseguir mejores precios de entrada. Además, el equipo gestor del fondo interviene en la gestión de la empresa y suele coinvertir en el capital. Estos factores incrementan la probabilidad de que la valoración de la compañía aumente.
Ahora bien, con el capital riesgo no podrás recuperar tu dinero cuando quieras porque las empresas no se compran ni se venden a tiempo real. Por tanto, toca esperar hasta el vencimiento del fondo (generalmente, unos diez años) o, cuanto menos, a las ventanas de liquidez que tenga contempladas.
Esto puede resultar muy frustrante para algunos, pero ¿convierte esto al private equity en un producto tan peligroso? Pues no debería. No olvidemos que otros productos perfectamente regulados y convencionales también son ilíquidos, como ocurre con los planes de pensiones (salvo supuestos de rescate muy concretos). O los fondos garantizados. O la propia inversión inmobiliaria. Con esto no quiero decir que el capital riesgo sea para todo el mundo. Ni mucho menos. Tampoco la bolsa lo es. Pero puede suponer un plus interesante para una cartera de inversión, siempre dentro de unos límites (como máximo, el 10% del patrimonio).
Lo importante es que entiendas bien el producto en el que inviertes. Qué estrategia va a seguir. Cuáles son los objetivos que persigue y en qué palancas de crecimiento se basa. Porque el verdadero riesgo no es la iliquidez. Ni siquiera la volatilidad. El verdadero riesgo es invertir a ciegas.
No sólo de pan vive el hombre. Y no sólo de bolsa y renta fija se nutre el pequeño inversor. Existe un conjunto de inversiones con las que es posible darle un poco de chispa a la cartera: los activos alternativos.
- Banca March lanza otro programa de coinversión en 'private equity' y batirá los 1.000 M bajo gestión Carlos Rodríguez
- Anta AM ficha como director de 'private equity' a un ex de Nomura y Gala Capital Carlos Rodríguez
- Crescenta y EY estiman una inversión en el mercado minorista de Private Equity de 43.000M A. M.