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¡Pues claro que se puede ahorrar con planes de pensiones!
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Víctor Alvargonzález

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¡Pues claro que se puede ahorrar con planes de pensiones!

Es cierto: la mayoría de los planes de pensiones están mal gestionados. Y son abusivamente caros. Si se venden es por las ventajas fiscales

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Hucha cerdo

Es cierto: la mayoría de los planes de pensiones están mal gestionados. Y son abusivamente caros. Si se venden es por las ventajas fiscales. Y por la vajilla de regalo. Pero eso no significa que no se pueda obtener un buen resultado invirtiendo en planes de pensiones. Y sin necesidad de cambiar de banco. Porque lo importante no es el plan concreto; lo importante es la distribución de la cartera por activos y zonas geográficas. En otras palabras: todo depende del acierto en el asesoramiento.

En un mercado bursátil alcista lo difícil es no ganar. Basta con calcar la composición del índice, que es lo que hacen la mayoría de los fondos de pensiones españoles que invierten en renta variable. Si ganan menos es porque hay que descontar sus abultadas comisiones, no por la gestión, porque normalmente no gestionan mucho. Ni para bien, ni para mal. Y tienen razón: ¿para que gestionar, si se venden igual, gestionen o no gestionen? Y lo mismo se puede decir de los de renta fija. Cuando bajan los tipos de interés sube el precio de los bonos y hasta el más tonto hace relojes. El peor fondo de renta fija gana si bajan los tipos de interés. Es imposible no ganar si lo que tienes son bonos en cartera. En otras palabras: lo importante no es la elección del plan concreto. Lo importante es estar en los fondos de pensiones que invierten en el activo adecuado en el momento justo. O más concretamente en la mezcla adecuada de activos. Aunque se trabaje con un banco que tenga fondos de pensiones mediocres.

Un ejemplo: quien hace cinco años invirtiera entre el 30% y el 50% de su dinero en un fondo de pensiones de renta variable y el resto en un fondo de pensiones de renta fija habrá obtenido una rentabilidad de entre el 3% y el 6% anual (dependiendo de si se decantó por más o menos renta variable). Porque ahí ha estado la diferencia: en la decisión de invertir o no en renta variable y en cuanto se decidió invertir en la misma. Porque han subido mucho las bolsas en los últimos cinco años.

También ha influido elegir un fondo de bonos de largo plazo en lugar de un producto que invirtiera a corto, porque el primero se beneficia de la caída de los tipos de interés que se ha vivido en el periodo. Ese tipo de decisiones se agrupa en lo que se conoce como “distribución de activos”, que nada tiene que ver con el uso de un fondo concreto de uno u otro banco. Esa sería la segunda derivada y su influencia en los resultados es mucho menor.

En mi ejemplo estoy utilizando datos de la media, es decir, que ambos fondos fueran simplemente mediocres. Porque lo importante no fue dar con el mejor fondo de la categoría. Lo que ha sido determinante es el consejo en cuanto a la distribución. O el de no dejarlo en un depósito a plazo fijo, cuya rentabilidad media en estos últimos cinco años ha sido mucho menor que el “mix” mencionado. Y si, además, el asesor tuvo la visión de que al menos una parte de esa renta variable fuera norteamericana – algo básico en una correcta distribución de activos-, la rentabilidad total habría sido mucho mayor. De nuevo selección de activos – USA vs Europa o España -, no de fondos. Porque, además, si en el caso de los fondos de inversión son pocos los que baten a los índices, en los de pensiones son casos auténticamente raros y dignos de estudio.

Si las autoridades quisieran de verdad que la gente aportara dinero a planes de pensiones privados, lo que tendrían que hacer es ayudar y fomentar la existencia de asesoramiento profesional, independiente y, por lo tanto, objetivo, que ayude a los ahorradores a establecer una buena distribución de activos, como ocurre en el Reino Unido o EE.UU. Les puedo asegurar que no es el caso. Lo que se ha hecho – forzar una bajada testimonial de precios de los planes de pensiones– está bien, pero es claramente insuficiente. Mientras los resultados de ahorrar con planes de pensiones sean tan malos, la gente los evitará o se limitará al importe que desgrava. Y sin competencia los bancos seguirán colocando garantizados y productos de quinta regional.

No nos engañemos: poco va a cambiar en el asesoramiento con la llegada de la regulación MIFID II. Ya es de aplicación y siguen saliendo en los medios de comunicación gestoras, sociedades de valores y bancos resaltando su independencia, pese a que tienen producto propio y en los de terceros cobran comisiones (lo cual no ayuda a la objetividad y la independencia). Y nadie les dice nada. Así que ya ven como se cuida, se fomenta y se protege desde la Administración la independencia, la profesionalidad y la objetividad en ese asesoramiento que tan bien les vendría a quienes ahorran utilizando planes de pensiones. Y a la sociedad en su conjunto, que necesita desesperadamente canalizar ahorro hacia planes de pensiones privados. Sin buenos asesores va a ser simplemente imposible, igual que no puede haber buena salud en una sociedad si no hay buenos médicos.

Es cierto: la mayoría de los planes de pensiones están mal gestionados. Y son abusivamente caros. Si se venden es por las ventajas fiscales. Y por la vajilla de regalo. Pero eso no significa que no se pueda obtener un buen resultado invirtiendo en planes de pensiones. Y sin necesidad de cambiar de banco. Porque lo importante no es el plan concreto; lo importante es la distribución de la cartera por activos y zonas geográficas. En otras palabras: todo depende del acierto en el asesoramiento.

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