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Empieza el partido económico contra el coronavirus
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Víctor Alvargonzález

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Empieza el partido económico contra el coronavirus

Para acertar con los mercados en el corto y tal vez medio plazo habrá que tener claro quien va ganando en cada momento ese “partido”

Foto: La Reserva Federal (Reuters)
La Reserva Federal (Reuters)

Como era de esperar, la amenaza que supone para la economía mundial la expansión del coronavirus no se quedará sin respuesta por parte de los bancos centrales y los gobiernos. Ahora, a ver quien gana.

De hecho, me llama la atención que en ninguna de las predicciones que he visto hasta la fecha se considerara esa respuesta. Todos los cálculos están realizados exclusivamente en base a los efectos que tendrán las medidas de contención del virus sobre el PIB mundial, sin valorar la posibilidad de que haya contra medidas, como les comentaba en el número de marzo de “Los Cuadernos del Mercado”. Y lógicamente esas contramedidas tienen efectos económicos cuantificables.

Foto: Jerome Powell, presidente de la Fed (reuters)

Si el motivo de no considerar esa posibilidad es que es difícil saber lo que van a hacer los bancos centrales o los gobiernos, a mi me parece más difícil todavía saber a que ritmo se va a expandir un virus desconocido o que países se van a ver más afectados. Es más ¿alguien pensaba, al hacer sus números, que ni los bancos centrales ni los gobiernos iban a hacer nada? No tiene ninguna lógica.

Bueno, el caso es que, como comentaba en dicho “Cuaderno”, lo van a hacer. Y lo acaba de confirmar el G7, emitiendo un comunicado con los principales bancos centrales del mundo aclarando que no se van a quedar con los brazos cruzados. Y según escribo la Fed acaba de bajar los tipos de interés. China ya se había puesto manos a la obra. Así, ironías de la vida, los bancos centrales y los países del G7 van a tomar medidas para compensar las medidas que ellos mismos han tomado para evitar la expansión del virus. O más bien para hacer frente al miedo y la histeria que genera, porque contamos la gente que se va a quedar en casa sin ir a trabajar por haber cogido el virus o la que fallecerá como consecuencia del mismo y la comparamos con el total de la población mundial, resulta ridículo pensar que el problema es el virus en sí. El problema es el miedo.

Aquí se lucha contra el miedo y las consecuencias de las medidas de protección que se han tomado, de forma que, económicamente hablando, es como si empezara un partido de fútbol, en el que por un lado está el miedo al virus y las consecuencias económicas de las medidas de contención y, por el otro, las medidas de gobiernos y bancos centrales tratando de compensarlas.

Para acertar con los mercados en el corto y tal vez medio plazo habrá que tener claro quien va ganando en cada momento ese “partido”

Puede que el ejemplo de un partido de fútbol no parezca demasiado serio, pero el planteamiento si que lo es. Porque para acertar con los mercados en el corto y tal vez medio plazo habrá que tener claro quien va ganando en cada momento ese “partido”. Cuando los “goles” los metan el miedo, la histeria y las medidas de contención tendremos bolsa bajista. Cuando pese más la ofensiva de los bancos centrales y los gobiernos para compensar sus propias acciones, el mercado de renta variable tomará la tendencia alcista. Y habrá momentos de “empate”, que se corresponderán con intentos de formar suelos del mercado, como ahora mismo, o canales de distribución. Para interpretar correctamente quién va ganando en cada momento habrá que hacer números realistas y tener en cuenta tanto los goles de los dos equipos, no sólo los de uno.

De momento, el miedo al virus y las medidas de contención ganan por goleada a gobiernos y bancos centrales, gracias, sobre todo, al efecto sorpresa, los medios de comunicación y las redes sociales. Pero ahora empieza el contrataque. El rumor, convenientemente filtrado, del inicio de una acción conjunta de gobiernos y bancos centrales hizo un subir 5 % la bolsa norteamericana en un día. El segundo gol lo ha metido la Reserva Federal bajando los tipos de interés. Lógicamente el efecto ha sido menor, porque ya se había descontado el día anterior y tocaba realizar beneficios. Ha habido algunas jugadas interesantes por parte de algunos jugadores del equipo de bancos centrales y gobiernos, como la bajada de tipos de Australia o los anuncios del gobierno y el banco central de Japón, pero se han quedado en intentos. Realmente el único jugador con capacidad de meter gol ahora mismo, aparte de la Fed, es un delantero europeo. Y no precisamente el BCE.

Una bajada de tipos de interés por parte del BCE sería rápidamente neutralizada por la defensa del “equipo” del miedo al virus. Cada vez está más claro que el traje de cemento de burocracia y regulaciones que le han puesto los políticos a la economía europea impide que cualquier medida de política monetaria se transmita al tejido productivo. Lo que realmente sería un “golazo” - y también lo comentaba en mis “Cuadernos” de este mes - sería que Alemania se dé cuenta de que su economía, que ya está a punto de entrar en recesión, ahora entrará de cabeza. Y que decidiera modificar su política de austeridad y lanzar un auténtico plan de estímulo económico. Lo que no han conseguido ni los sindicatos, ni los empresarios alemanes, ni el BCE ni el FMI, a lo mejor va y lo consigue un virus.

¿Y quien será el ganador al final del partido? En mi modesta opinión hay más probabilidades de que ganen “los buenos” que “el virus”, si me permiten la analogía. Para empezar, porque el virus tiene fecha de caducidad. Me refiero a que bajará su capacidad de expansión - como ya está ocurriendo en China – y finalmente habrá una vacuna. Así que si los bancos centrales y los gobiernos son capaces de aguantar este primer envite y no bajan la guardia, tarde temprano dejarán de abrirse los titulares del telediario con esa enorme imagen del virus detrás de la presentadora. Y habrá un momento en el que la morbosa cuenta de afectados y fallecidos disminuirá en lugar de aumentar, con lo que dejará de ser noticia. Si hasta entonces los gobiernos y los bancos centrales son capaces de transmitir fortaleza, decisión y liderazgo, lo más probable es que ganen – ganemos - el partido.

Como era de esperar, la amenaza que supone para la economía mundial la expansión del coronavirus no se quedará sin respuesta por parte de los bancos centrales y los gobiernos. Ahora, a ver quien gana.

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