Telón de Fondo
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Por qué baja el dólar y que nos quiere decir con ese movimiento
Ahora todo el mundo sabe de mercados y por eso "escuchar" al mercado es la mejor forma de evitar que nos confunda el ruido ambiental
Gracias a las redes sociales, a los mercados financieros les esté ocurriendo lo que le ha pasado siempre al fútbol y a la psicología: que todo el mundo es un experto. Todos sabemos más que el entrenador y todo el mundo "tiene mucha psicología". Ahora todo el mundo sabe de mercados y por eso "escuchar" al mercado es la mejor forma de evitar que nos confunda el ruido ambiental.
La ruptura de determinados niveles en el S&P 500 fue la forma que tuvo el mercado de decirnos que era alcista cuando sólo cuatro gatos nos enfrentábamos a una mayoría absoluta histórica de pesimistas. Luego nos lo confirmó subiendo más de un 20 % desde los mínimos de octubre (lo que se define técnicamente como un mercado alcista), mientras que, en paralelo, se unían al coro alcista mercados como el japonés y el europeo.
Pero no es mi intención criticar a los "influencers" ni a todos los que opinan sin saber, sino seguir mostrándoles a Uds. ejemplos de plena actualidad de cómo nos habla el mercado y cómo interpretar sus mensajes. Y para ello, nada como preguntarnos que nos está queriendo decir el dólar con los signos bajistas que está mostrando últimamente.
Para ser muy práctico, empezaré por la conclusión: el dólar nos está diciendo que la Reserva Federal de los EEUU se podría estar pasando de frenada. Y que, como consecuencia de ello, la Fed tendrá que bajar los tipos de interés antes de lo que prevén tanto el mercado como los propios miembros de la Reserva federal. Los tipos de interés son el precio del dinero y si bajaran significaría que, en el futuro, se obtendrá menos por colocar dinero a corto plazo en dólares (comparado con lo que se obtiene actualmente).
No es casual que la fuerte caída que ha sufrido el dólar se iniciara el día que se conoció que la inflación había bajado al 3%. Los inversores se fijan en las tendencias y este dato ha confirmado que la de la inflación es claramente bajista.
Basta observar que venimos de un máximo del 9,1% hace un año. Y que el dato de inflación subyacente también tiende a la baja, situándose ahora en el 4,8% frente a un máximo del 6,6%. Y conviene explicar, dado que muchos economistas parecen ignorarlo, que la inflación subyacente siempre lleva un retraso con respecto a la general, es decir, sube más despacio y baja más despacio.
Lo que nos está diciendo el dólar es, en nuestra humilde opinión, que igual que la Reserva Federal se equivocó cuando se retrasó de forma espectacular a la hora de subir los tipos de interés, probablemente ahora se está pasando a la hora de subirlos, lo que a su vez le obligará a tener que bajarlos de forma bastante más agresiva de lo previsto. Y probablemente antes de lo previsto.
No olvidemos que la Fed también está obligada a escuchar a los datos y no sólo los relatos que se montan ellos mismos. Donde manda capitán no manda marinero y el capitán aquí es la inflación. Si la inflación sigue bajando y, sobre todo, si sigue bajando la subyacente, no solo no habrá justificación para seguir subiendo los tipos de interés sino que, a mas los suban o más tarden en decretar la pausa, más se verán obligados a bajarlos en el futuro para compensar las consecuencias de haberse pasado de frenada.
Ciertamente es muy difícil que la economía norteamericana entre en recesión. Al igual que la europea, es muy difícil entrar en recesión cuando los gobiernos han sustituido a los bancos centrales a la hora de inyectar dinero de forma masiva en el sistema. Es un crecimiento artificial, pero es crecimiento. Ahora bien, gran parte del crecimiento actual se debe al "dinero helicóptero" que lanzó el gobierno para hacer frente al confinamiento, importe que se ha demostrado fue excesivo y es lo que están gastando los norteamericanos como si fueran millonarios. Pero de los 4 billones lanzados, solo quedan 500.000 millones por gastar. Que no es poco, pero ya no es lo mismo. Y, sobre todo, no lo será.
Respecto a los precios, el nivel de la inflación subyacente se mantiene sobre todo gracias al apartado vivienda y muy especialmente al de los alquileres. Pero todo tiene un límite y los indicadores más actualizados ya muestran una tendencia a la baja. Nada puede subir al mismo ritmo con un crecimiento del PIB del 6% que con un crecimiento del 2%. Ni siquiera los alquileres.
No sabemos si el dólar será mejor que las redes sociales a la hora de predecir lo que vaya a ocurrir con la inflación en los EEUU, pero nosotros le prestamos bastante más atención. Especialmente porque la inflación seguirá siendo lo que más mueva los mercados en el corto y medio plazo. A la baja si sube, al alza si baja. Porque otra cosa que nos han dicho claramente los mercados es que este año es el espejo del pasado, solo que a la inversa. Que complicado resulta todo en medio del ruido y el frenesí por ganar seguidores y que fácil es todo cuando uno se queda solo con lo importante.
Gracias a las redes sociales, a los mercados financieros les esté ocurriendo lo que le ha pasado siempre al fútbol y a la psicología: que todo el mundo es un experto. Todos sabemos más que el entrenador y todo el mundo "tiene mucha psicología". Ahora todo el mundo sabe de mercados y por eso "escuchar" al mercado es la mejor forma de evitar que nos confunda el ruido ambiental.
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