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Algunas cuestiones a considerar de cara a 2024 en las bolsas
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Víctor Alvargonzález

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Algunas cuestiones a considerar de cara a 2024 en las bolsas

En breve ofreceremos a nuestros clientes nuestra visión estratégica para el año entrante, donde analizaremos con detalle los factores alcistas y bajistas, el grado de probabilidad

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)
Palacio de la Bolsa de Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)

En breve ofreceremos a nuestros clientes nuestra visión estratégica para el año entrante, donde analizaremos con detalle los factores alcistas y bajistas, el grado de probabilidad que le damos a cada uno y cuál debe ser la estrategia en cada caso.

Y no, no diremos que "no tenemos una bola de cristal". Que suele ser la excusa para no tener una estrategia. Quienes dicen que no tienen la bola de cristal están diciendo que no tienen un plan. Y no se puede invertir sin un plan, incluido un plan B. Tampoco vale limitarse a decir que hay que ser "cautos", esa palabra que en el sector financiero se ha convertido en sinónimo de no tener ni idea de por dónde pueden ir los tiros. Además, no es incompatible ser cautos con tener una estrategia. De hecho, es complementario.

La estrategia de inversión es un cálculo de probabilidades realizado en base a la información disponible. Afortunadamente, en temas económicos y empresariales, esa información es mucha. También hay que separar el grano de la paja, es decir, la información de calidad del ruido, la propaganda y la manipulación.

No vamos a entrar aquí en detalles y recomendaciones concretas, que quedan reservadas para la jornada de estrategia, pero sí podemos ofrecerles unas pinceladas sobre algunos de los factores que pensamos van a ser importantes en 2024, especialmente en la primera parte del ejercicio (que siempre es más predecible que el medio y largo plazo).

Que cambie el año no significa que cambien todos los factores que mueven los mercados. Al menos en el primer trimestre, la inflación seguirá siendo quien marque la dirección tanto de la renta variable como de la renta fija. Lo dijimos el año pasado y así ha sido.

Pero también pensamos que la importancia de la inflación podría ir decayendo según vaya avanzando el año. Se irá descontando su normalización y las futuras bajadas de tipos, de forma que el IPC irá perdiendo peso en las decisiones de los inversores.

Pensamos que la importancia de la inflación podría ir decayendo según vaya avanzando el año

Tampoco deben descartarse novedades inesperadas. En ningún sentido. No debemos descartar que la inflación repunte. Tampoco podemos descartar que pueda bajar más de lo que esperan la mayoría de los analistas. O que se quede donde está. Y cada uno de esos escenarios requiere una estrategia de inversión concreta, en la que habrá activos ganadores y perdedores y estilos de gestión adecuados para cada entorno.

Otro asunto que puede llegar a ser importante el año que viene es la política norteamericana. Normalmente, no influye demasiado, pero la situación actual es extremadamente compleja.

Para empezar, porque si hubiera elecciones hoy, ganaría Donald Trump. Lo dicen todas las encuestas, incluidas las de los medios más hostiles. El lawfare contra el expresidente le ha dado votos en lugar de quitárselos. Y la inflación, los excesos woke y la edad, se los están quitando a Biden.

Otro asunto que puede llegar a ser importante el año que viene es la política norteamericana

La última vez que ganó Trump los mercados se lo tomaron muy bien. Pero luego llegó su tendencia a generar situaciones de alta volatilidad. Y no solo en las redes sociales (recordemos cómo fue el tema de la negociación con China).

Ahora nadie se llamaría a engaño. Habrá que ver que pesaría más, si su inclinación a favorecer a las empresas o su forma un tanto confusa de gobernar. Además, si ganara, es muy probable que quiera vengarseretribution, ya lo ha dicho –, otro factor de volatilidad.

En cuanto a Biden, las encuestas le dan muy malos resultados, pero eso puede cambiar. Una victoria suya no afectaría mucho a los mercados, ya que sería continuidad de lo que hay ahora. Con la ventaja de que, con la nueva composición de las cámaras, se han puesto ciertos límites al descontrol de gasto al que tiende en su política económica.

La última vez que ganó Trump los mercados se lo tomaron muy bien. Pero luego llegó su tendencia a generar situaciones de alta volatilidad

Otra cosa: en estas elecciones hay un elemento sorpresa: el candidato independiente, Robert Kennedy Junior, que está pegando fuerte para ser un independiente (20% en las encuestas). Es difícil que pueda ganar teniendo como tiene a toda la prensa tradicional en su contra. Y su posicionamiento contra los confinamientos indiscriminados y la vacunación masiva en la pandemia (aunque el tiempo ha demostrado que algo de razón tenía). No sería la primera vez que un candidato independiente gana las elecciones (Roosevelt), pero es poco habitual. Ahora bien: podría decidir el resultado final, inclinándose hacia Trump o hacia Biden, dado que su estrategia de buscar lo que une a los norteamericanos en lugar de lo que los separa hace que su programa electoral coincida en cosas tanto con Trump como con Biden.

Tampoco podemos olvidar la geopolítica. La invasión de Ucrania ha sido como darle una patada al tablero de ajedrez de la geopolítica global. Y aunque en Occidente tenemos la sensación de que la mayoría de los países están contra Rusia, la realidad no es tan sencilla. Una parte importante del mundo considera que se fue demasiado lejos con la posibilidad de integrar a Ucrania en la OTAN.

No vamos a entrar en si eso era cierto o no, pero si en que el mundo está mucho más dividido que antes y que suele ser fuente de conflicto. Por las mismas, también podríamos ir a cierta "detente". Dos escenarios muy distintos —"detente" o continuación de las hostilidades— y las estrategias también deberán serlo.

Foto: Logo de S&P Global en Nueva York (EEUU). (Reuters/Brendan McDermid)

Y por supuesto, los resultados empresariales. Los ponemos al final porque dependerán mucho de lo que decidan los bancos centrales. Y la geopolítica, si afecta el precio del petróleo, cosa que “casualmente” siempre ocurre. Pero qué duda cabe que, como siempre, tendrán mucho peso en lo que ocurra en las bolsas. Y no está tan claro como pueden ser en 2024. Y los mercados se mueven por las sorpresas, al alza si son positivas, a las bajas y son negativas. Lo que ya se conoce está descontado y, por lo tanto, no mueve los precios.

En breve ofreceremos a nuestros clientes nuestra visión estratégica para el año entrante, donde analizaremos con detalle los factores alcistas y bajistas, el grado de probabilidad que le damos a cada uno y cuál debe ser la estrategia en cada caso.

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