:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F843%2Ffc4%2F613%2F843fc4613efeca63ae8b422482d51d32.png)
Telón de Fondo
Por
Ahora, además de a Trump el inversor tiene que escuchar a Vance
No solo pinta mucho en esta administración: también habla mucho mejor que Trump y habla más claro. La voz de Vance es un dato a tener en cuenta
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe02%2F5fb%2F595%2Fe025fb5958586ca2cd5ffc1e5fcbc6c0.jpg)
El tema de la desinformación está alcanzando niveles surrealistas. Da igual que venga de la izquierda o de la derecha. Y el problema para el inversor es que la desinformación política y la propaganda afectan a las decisiones económicas. Nunca ha sido tan importante enterarse bien de lo que realmente ocurre o de lo que realmente se dice. Un ejemplo muy representativo lo tenemos en el discurso que dio recientemente el vicepresidente norteamericano Vance en la conferencia de seguridad de Múnich.
Al tratarse de un evento de seguridad, la mayoría de los medios españoles lo despacharon con que la UE tenía que pagarse su defensa, etc. y luego añadieron el argumentario de que Vance había roto con Europa y sus valores y listo. Pero si uno realmente lee o escucha lo que dijo Vance, se da cuenta que dedicó el 80 % del tiempo a hablar la libertad de expresión - tal y como él la entiende -, así como a advertir contra la – supuesta - injerencia de la UE en las elecciones de los países miembros. Pero de eso se ha hablado muy poco o nada en los medios o en las tertulias españolas.
En este caso, la diferencia entre la realidad y lo publicado no afecta al inversor, pero le recuerda que debe tener muchísimo cuidado con las fuentes de información que utiliza y, en la medida de lo posible, verificar si la información coincide con la realidad. Porque el sesgo político afecta a la interpretación económica. Un ejemplo que sí afecta económicamente, y muy concretamente a las bolsas, lo vemos en todo lo que se publica sobre los aranceles y la táctica del palo y la zanahoria que suele utilizar el presidente Trump.
En la primera presidencia Trump, los objetivos eran puramente económicos. Pero una adecuada lectura de la información actual nos muestra que, en esta ocasión los objetivos de Trump son más políticos. A México le amenazó con unos aranceles del 25% (el palo), que luego dejó en suspenso (zanahoria) si México lo “daba todo” para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo (estos eran los objetivos). Quien vendió valores o fondos en bolsa pensando que llegaría un montón de inflación en forma de aranceles a México, a día de hoy se ha equivocado. De hecho, de momento y pese a toda la retórica, los únicos aranceles en firme son del 10% a los productos importados desde China.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa91%2F9af%2F669%2Fa919af6693b70207ae7e5d1c90f57f0c.jpg)
En el caso europeo, la amenaza (el palo) son también los aranceles, pero si Europa asume un porcentaje mayor del coste de su defensa (objetivo) en ese caso los aranceles serán menores (zanahoria). Y escuchando a Vance, interpreto personalmente que el respeto a la libertad de expresión y muy concretamente a la red X de Elon Musk ayudarían a reducir esos aranceles (zanahoria) o podrían aumentarlos (palo).
De hecho, el objetivo puramente económico de los aranceles es reducir el déficit comercial, en este caso de EEUU con Europa. Nada tan fácil como que Europa compre esas armas para su defensa a EEUU, o al menos una parte importante. En este caso el objetivo es tanto económico (reducir su déficit, vendernos armas) como político (frenar la censura en la UE y evitar la supuesta injerencia de la misma en las elecciones europeas). Que la cuestión económica se pueda solucionar comprando armas a EEUU afecta de forma distinta en términos bursátiles. Mejor comprarles armas que dañar la industria europea con aranceles. Es más, afecta positivamente a las empresas europeas, que también participarán en el pastel del rearme.
Así vemos lo importante que es para los inversores tener buena información e interpretarla adecuadamente: cuando el objetivo es político, su efecto sobre la economía - y por lo tanto sobre las bolsas - es menor. Y viceversa.
No debo de ir tan descaminado en lo anterior cuando, en plenas amenazas arancelarias, la bolsa europea está teniendo uno de los mejores inicios de año de su historia. Y coincidiendo con que la UE ni ha protestado por tener que poner más dinero en armamento. Esto, en nuestra opinión, tiene mucho que ver con el nuevo uso que da Trump a las amenazas económicas y que luego se diluyen si obtiene beneficios políticos.
La voz de Vance es un dato a tener en cuenta
Otra lección importante es que, además de a Trump, hay que escuchar a Vance. No es el típico vicepresidente florero, como he comentado en otras ocasiones. No solo pinta mucho en esta administración: también habla mucho mejor que Trump y habla más claro. La voz de Vance es un dato a tener en cuenta.
Seguramente acabaremos pagando aranceles. EE.UU necesita ese dinero para bajar impuestos. Pero vigilen las negociaciones políticas, porque van a influir en cual sea la cuantía y por lo tanto, el impacto económico y bursátil de esos aranceles.
Y sean desconfiados. Verifiquen lo que publican los medios y lo que se dice en las tertulias. Siempre ha habido propaganda política y los políticos siempre han influido en los medios, pero ahora que los medios tradicionales están muy mal de dinero, esa influencia es mucho mayor. Además, vivimos en la época de la cancelación y nadie quiere ser cancelado por ser políticamente incorrecto. Y eso también afecta a la calidad de la información.
El tema de la desinformación está alcanzando niveles surrealistas. Da igual que venga de la izquierda o de la derecha. Y el problema para el inversor es que la desinformación política y la propaganda afectan a las decisiones económicas. Nunca ha sido tan importante enterarse bien de lo que realmente ocurre o de lo que realmente se dice. Un ejemplo muy representativo lo tenemos en el discurso que dio recientemente el vicepresidente norteamericano Vance en la conferencia de seguridad de Múnich.